California, EE.UU. (Agencias). NASA inició una misión especial con el objetivo de proporcionar información más detallada de las fuentes de dióxido de carbono naturales y humanas.
Para esta misión el cohete Delta 2 partió de la Base Aérea Vandenberg, junto a la costa central de California, para dejar el satélite Observatorio Orbital Carbón-2 (OCO-2 por sus siglas en inglés), en órbita inferior.
El satélite buscará de anhídrido carbónico desde 705 kilómetros (438 millas) de la superficie de la Tierra y se convertirá en el satélite principal de un grupo de cinco satélites internacionales que orbitarán cada 99 minutos, brindando información detallada sobre los niveles de CO2 de la atmósfera.
Estas acciones permitirán una lucha contra el calentamiento global, teniendo en cuenta que el dióxido de carbono en la atmósfera ha alcanzado sus niveles más altos en los últimos 800.000 años.
La NASA intentó en 2009 lanzar un satélite para el estudio del dióxido de carbono, producto del consumo de combustibles fósiles y principal causante del efecto invernadero. El satélite en esa ocasión cayó al mar de la Antártida debido a una falla mecánica con el cohete Taurus XL.
Después de ese fracaso, la NASA invirtió varios años y millones de dólares en la fabricación de un artefacto casi idéntico.
Fábricas y automóviles liberan cada año unas 40.000 millones de toneladas de anhídrido carbónico. La mitad del gas de efecto invernadero queda atrapado en la atmósfera, mientras que el resto es absorbido por árboles y océanos.
El objetivo de la misión de dos años, con un costo de 468 millones de dólares, es estudiar los procesos de absorción de anhídrido carbónico por el ambiente.