Suena a ciencia ficción pero quieren que sea una realidad. El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, y su esposa, Priscilla Chan, imaginan un mundo libre de enfermedades para el 2100.
Durante una conferencia en San Francisco (EE.UU.) la pareja se comprometió a donar US$3.000 millones para financiar investigaciones médicas en la próxima década.
Ambos dijeron que su objetivo final era "curar, prevenir o controlar todas las enfermedades a finales del siglo".
La pareja admitió que podría parecer una locura, pero destacó los avances que se han dado en la ciencia y la medicina en el siglo pasado, después de milenios de poco progreso.
Mark Zuckerberg dijo que habían pasado dos años hablando con expertos para formular y planificar el proyecto, y que no era "algo que acabamos de leer en un libro".
Reconoció que pasarán años antes de que las investigaciones que van a financiar den resultados y se pueda aplicar en pacientes.
A todas luces, es un objetivo muy ambicioso. ¿Pero qué tan realista es?
-Cambio permanente-
"Creo que no es realista", dice la doctora Sheena Cruickshank, profesora de inmunología de la Universidad de Manchester (Reino Unido).
El problema con el tratamiento de enfermedades, explica, es que no es "un campo estático". "Todo cambia. Nuestro sistema inmunológico cambia. Los males cambian a menudo," dice Cruickshank.
No solo las bacterias y los virus mutan y se vuelven resistentes a los medicamentos. Factores ambientales como el cambio climático pueden alterar la manera en la que las infecciones se propagan.
"Algunas enfermedades son difíciles de tratar, ya que no entendemos completamente cómo funciona el mecanismo de contagio", comenta.
Agrega que hay grandes lagunas en el conocimiento humano; por ejemplo, nadie sabe a ciencia cierta por qué algunas personas se enferman si se exponen a algunas cepas de la gripe común, mientras que otras no.
Algunas condiciones de otro tipo, como los males cardiovasculares y la diabetes tipo 2, pueden ser causadas por el estilo de vida, y una "cura" implicaría cambios completos en el comportamiento de las personas, señala.
Sin embargo, Cruickshank opina que es brillante que Mark Zuckerberg y Priscilla Chan quiera invertir en investigación médica.
-Inversión modesta-
Desde 1971, solo el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. ha gastado más de US$90.000 millones para buscar una cura para la enfermedad.
El presupuesto del presidente estadounidense Barack Obama para el 2017 incluye US$34.000 millones para los esfuerzos contra el VIH.
En el 2014 se gastaron más de US$1.000 millones en investigar el ébola.
Los fondos para erradicar la malaria se han multiplicado por 10 en la última década, de acuerdo con la Fundación Bill y Melinda Gates, pero como en el resto de enfermedades, lograrlo parece lejano.
En este contexto, la cifra de US$3.000 millones en una década propuesta por Mark Zuckerberg y su esposa empieza a lucir más modesta.
"Es mucho, pero no es suficiente para vencer a las enfermedades antes de fin de siglo", dice la profesora Catherina Pharoah, codirectora del Centro de Donaciones de Caridad y Filantropía en la Escuela de Negocios Cass de Londres.
La especialista detalla que el gasto total de Reino Unido en investigación médica asciende a cerca de £8.500 (US$11.000 millones) al año.
-De algo hay que morirse-
La viruela es la única enfermedad infecciosa del hombre que la Asamblea Mundial de la Salud, máximo órgano de decisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS), considera erradicada. El último caso conocido se reportó en Somalia (África) en 1977.
Esta semana, Microsoft dijo que curaría el cáncer dentro de 10 años, al lograr descifrar el código de las células tumorales, para luego reprogramarlas como sanas.
El Grupo de Trabajo Internacional para la Erradicación de Enfermedades del Centro Carter (EE.UU.), tiene ocho enfermedades -dracunculiasis, poliomielitis, paperas, rubeola, filariasis linfática, cisticercosis, sarampión y frambesia- en su lista de males por exterminar.
Pero considera que otras siete -incluyendo la amebiasis (o amibiasis) y la úlcera de Buruli- son imposibles de eliminar.
El profesor Louis Niessen, economista de salud en la Escuela de Liverpool de Medicina Tropical (Reino Unido), también se muestra escéptico de que las enfermedades puedan desaparecer por completo.
"Es el viejo dicho", recuerda: "De algo hay que morirse".