No siempre quienes enfrentan momentos adversos pierden la sonrisa o se envuelven en oscuridad. Silvia Bardales ríe a carcajadas, vive intensamente y agradece los buenos momentos, pero sobre todo los malos. Es paciente de cáncer de mama recurrente. La enfermedad regresó y puso a prueba -una vez más- su fortaleza y sabiduría. “No le temo, pero debo admitir que me cambió la vida”, asegura.
La actriz de “Luz de Esperanza” fue diagnosticada con cáncer de mama en estadio temprano en el 2015. “Gracias a un autoexamen me pudieron detectar la enfermedad a tiempo. Cuando me dieron el resultado, no le dije a nadie. Tomé un carro sin saber a dónde ir. Lo veía todo en cámara lenta. Al llegar a casa, mi hija me preguntó si estaba bien. Le respondí que sí. Al día siguiente le conté al padre Robert, que en paz descanse. Sus consejos me ayudaron mucho. Me dio la paz para pensar qué iba a hacer. Recordé que tengo tengo un primo que es oncólogo especialista en mamas, fui donde él y desde el principio le dije: ‘Lo que no sirve, a la basura’”, recuerda.
Luego de someterse a una mastectomía y a varias quimioterapias, Silvia continuó su tratamiento con pastillas. Perdió el cabello y bajó de peso. Llegó a pesar 40 kilos.
“Me aislé, pero no me di al abandono. Me rodee de gente positiva, que me hacía reír mucho. Mi familia me dio el apoyo moral, que es muy necesario en estos casos. Superé el cáncer, pero el 2022 este volvió. Tuvieron que operarme nuevamente. Actualmente sigo con la quimio oral. Aprendí a vivir el presente sin pensar en el futuro. Me iré cuando me toque, pero no pienso en eso”, asiente.
Pasión por el arte
Silvia Bardales nació en Pucallpa. Es la última de nueve hermanos. Su papá fue psicopedagogo y tocaba la mandolina. Su mamá fue profesora y amante del canto. Las expresiones artísticas siempre estuvieron presentes en su hogar. Por ello no sorprende que desde niña llevara clases de danza y ballet.
“Me inicié bailando en el elenco de baile de Armando Barrientos. Y fue él quien me llevó a ‘Risas y salsa’. Empecé en el staff de bailarinas. Un año y medio después, me dijeron que tenía que pasar al grupo de actrices. Fue una noticia dura para mí. Me fui a llorar a una esquina. Recuerdo que la tía Jesús Morales, que en paz descanse, se me acercó para decirme: ‘¿Hasta cuándo te va a durar la bailadera?’. Me dio un zamacón”, recuerda.
La actriz formó parte de sintonizados espacios de humor, como: “Risas de América” y “La Gran Revista”. En este último desarrolló junto a Patricia Alquinta, Karen América y Jesús Morales, uno de los sketches más recordados de la televisión nacional: “La familia defectos”.
“Guillermo Guille creó los personajes basándose en nuestras debilidades. Era muy observador. Un día que nos estaban maquillando, ingresa Karen para contarnos que su amiga, que era gaga, iba a estudiar inglés. Luego la imita. Y Patricia siempre era parca, hablaba muy poco. Mientras que yo andaba apurada porque trabajaba en una oficina. Llegaba con las justas, tiraba las cosas y me cambiaba rápido. Allí tienes a La Gaga, La Sorda y La Eléctrica”, señala.
Silvia nunca permaneció quieta. En el punto más álgido de su carrera se alejó de la comicidad para evitar ser encasillada en ese género. Permaneció tres años distante de la TV, hasta que Alomi Producciones la fichó para sus telenovelas. Luego, Oswaldo Cattone la reclutó para “Brujas”.
En la vida de la artista nacional, el amor tuvo un lugar privilegiado. “Siempre tuve enamorados de larga duración. Me casé, me separé, me divorcié. Luego me volví a enamorar. Tuve a mi hija. Quedé viuda. Luego quise darme una oportunidad, pero veía que me quitaba tiempo. Creo que me acostumbré a estar sola, aunque me hubiese gustado disfrutar con mi pareja hasta viejitos”, asiente.
"Luz de Esperanza"
A fines del 2023, cuando planeaba viajar al interior del país, fue convocada para interpretar a Guillermina Huanca en el ‘spin off’ de “Luz de Luna”, ficción que tiene en los roles principales a André Silva y Naima Luna, y que se emite de lunes a viernes a las 9:40 p.m. por América Televisión.
“Al principio no acepté la propuesta porque tenía temas pendientes por resolver, además quería descansar; pero terminé aceptando porque me dijeron que sería solo por tres meses. Mi personaje es hermoso. Es una provinciana, fuerte y luchadora”, destaca tras agradecer a la vida por obsequiarle -asegura- bendiciones como estas. “Estoy en una etapa feliz, tranquila, de resarcimiento y aprendizaje constante. Aprovecho, valoro y disfruto cada momento”, subraya.