Trabajar con menores de edad siempre ha sido un reto en Hollywood, sea por los estrictos horarios laborales (solo pueden hacer medio turno) o por los cambios hormonales. Aun así, ellos son necesarios para la maquinaria de ficciones. Sus padres lo saben bien y algunos de ellos, inescrupulosos, se aprovechan de los chicos.
Jimmy Bennett, quien dijo haber sido abusado sexualmente por Asia Argento, también denunció a sus padres; a los cuales pidió US$ 1.5 millones que él asegura le robaron. Como Bennett, otros actores menores de edad, cansados del trato que le dieron sus padres, decidieron emanciparse y, en algunos casos, exigir por la vía judicial el dinero que les debía.
Dos décadas antes del caso de Jimmy Bennett, una situación emblemática fue la de Macaulay Culkin, el protagonista de "Mi pobre angelito", quien demandó a sus padres cuando solo tenía 15 años. Él les pidió US$ 17 millones de dólares equivalentes a las ganancias que hizo por su trabajo como estrella infantil. Al referirse a su padre, el actor dijo en 2017 que este era un hombre malo que lo abusaba física y mentalmente.
En una situación distinta, Drew Barrymore también llevó a su madre a la corte. A los 15 años el juzgado le otorgó lo que quería: ser reconocida legalmente como adulta. Ella eligió separarse de su progenitora para así adquirir la independencia que le permitiría trabajar a tiempo completo.
No podemos hablar de niños que llevaron a sus padres a juicio sin comentar la historia de Gary Colemam, estrella de la serie “Diff’rent Strokes”. Él demandó a sus progenitores en 1989 por malos manejos de su dinero y, tras morir, se sabe que no les dejó nada.