Cuando una persona escucha el nombre de Jim Carrey, la asociación inmediata es con su personaje icónico en "La máscara", filme con el que el actor alcanzó fama en los años 90. A este exitoso proyecto le siguieron otros roles importantes en "Dos tontos muy tontos" (1994), "Batman eternamente" (1995) y "El Grinch" (2000). Sin embargo, esos tiempos de fama, buena taquilla y reflectores de Hollywood apuntando hacia él quedaron atrás: en los últimos diez años el actor no volvió a formar parte de ningún gran proyecto, e incluso el año pasado estuvo implicado en el suicidio de su pareja Cathriona White, quien dejó una carta en la que lo acusa de llevarla por el camino de las drogas y la depresión.
Hoy Carrey está de regreso con "Kidding", serie de televisión en la que interpretará a Jeff Pickles, un presentador de televisión para niños que intenta mantener la cordura y su carrera, mientras que su vida personal se va desmoronando. Esta producción, dirigida por Michel Gondry, se estrena el 9 de setiembre en Estados Unidos en la señal de Showtime. "Me identifico con el personaje porque siempre he intentado dar alegría al mundo. Mi intención es librar a las personas de preocupaciones", explicó.
EL PRECIO DE LA FAMA
Este esperado regreso a la pantalla chica vino acompañado de una portada en "The Hollywood Reporter", revista en la que la estrella se sinceró sobre su decepción y alejamiento de Hollywood. "Ya no quería estar en el negocio. Quizá fue porque me sentí atraído a una salida creativa y me gustaba el control que me permitía tener la pintura, el no tener a un comité diciéndome a qué idea debía aspirar para ser atractivo para todos. En el momento que la obtienes [la fama], te das cuenta de que este no es un lugar cómodo", afirmó.
Sin duda alguna, Jim Carrey está de vuelta, pero se trata de una nueva versión de la estrella. "No tengo nada que ocultar", dice.