Hace 30 años (un 24 de enero, para ser más exactos), Ted Bundy presenciaba un último asesinato: el suyo propio. Sentado en la silla eléctrica, el homicida serial era ejecutado a los 42 años por la justicia estadounidense tras haber recibido tres condenas a muerte en dos juicios diferentes. Luego de más de una década de negarlo todo y dos fugas de prisión, Bundy había confesado ser el asesino de 30 jóvenes mujeres, desde Washington hasta Florida, durante los años 70. Aunque en realidad se teme que sus víctimas hayan sido muchas más.
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Puede sonar desagradable, pero da la impresión de que Hollywood intentara conmemorar esa ejecución. Y lo ha hecho por partida doble. Primero, con el estreno de la serie documental "Conversations with a Killer: The Ted Bundy Tapes", estrenada por Netflix el último 24 de enero. En segundo lugar, con la película de ficción "Extremely Wicked, Shockingly Evil and Vile", con Zac Efron como protagonista. Tienen sus similitudes y diferencias.
LA VOZ DEL MAL
La serie de Netflix consta de cuatro capítulos de casi una hora cada uno, que tienen como hilo conductor la perturbadora voz de Ted Bundy, extraída de los casetes utilizados para grabar sus interrogatorios. La mayor parte del contenido, por supuesto, es una perorata grandilocuente y narcicista en la que el homicida jura su inocencia, aunque también se anima –en un arrebato clásico de la psicopatía– a esbozar sus hipótesis sobre los crímenes de los que es acusado hablando en tercera persona. Como negando su retorcida identidad.
Así, la docuserie de Netflix hace un aterrador recuento de cómo perpetraba sus acciones: haciendo un seguimiento a muchachas de perfiles similares (jóvenes veinteañeras, universitarias, de clase media alta), ganándose su confianza con engaños, y luego masacrándolas con un ensañamiento desquiciado. Todo lo demás –que va desde las decapitaciones hasta la necrofilia– es tan atroz que incluso asquea rememorarlo. Lo llamativo del caso es que el modus operandi de Bundy se basaba en su atractivo físico y carisma. Unos atributos que han encendido el debate: ¿destacar esa faceta significa romantizar al asesino?
DE DISNEY A LA PRISIÓN
"Extremely Wicked, Shockingly Evil and Vile" es la otra cinta sobre Bundy. En este caso, una ficción (que también aterrizará pronto en Netflix, pues acaba de comprar sus derechos) en la que Zac Efron es el protagonista. Es decir, un criminal encarnado por una ex estrella de Disney. "Es exactamente lo que Bundy habría querido, ¿no?", se pregunta con razón Suzanne Moore, columnista del diario británico "The Guardian". Y es que si había algo con lo que Bundy estaba obsesionado, era justamente llamar la atención.
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¿Qué tan necesario es glorificar a un homicida por más simpático que haya podido parecérselo a sus víctimas justo antes de matarlas? Sabemos que las licencias de la ficción son ilimitadas, desde luego; pero habría que estar preparados para lo que la glamorización cinematográfica se alista a vendernos. Como dice el dicho: ya estamos viejos para esos cuentos.
Sobre todo en este país con 11 feminicidios en el primer mes del año, Bundy debería ser entendido como un simple asesino más.