He ido hace poco a esta parte de Brasil y por experiencia propia puedo decirles que se la van a pasar muy bien. Jericoacoara es una playa que está a 300 kilómetros del estado de Ceará, Fortaleza. Es considerada una de las más hermosas del mundo y está catalogada como reserva natural.
Durante el camino hay que pasar por dunas y para eso hay que contar con un auto especial, así que lo mejor es contratar un tour. Eso fue lo que yo hice. Ya no te preocupas por cómo llegar.
La playa es linda, rodeada de un pueblo que mantiene un estilo rústico. No verán calles asfaltadas, todo es arena. Se trata de un lugar simple pero bonito, que cuenta con todas las comodidades: hay restaurantes para todos los gustos y también posadas o resorts de lujo. Para comer, les aconsejo ir a Leonardo Da Vinci, sus pizzas y carnes son buenísimas y la atención del personal es A1.
En el caso de hospedaje, lo mejor será que reserven con tiempo, si van a la deriva quizá no encuentren disponibilidad. Pueden ver buenas opciones en booking.com o en todo caso comprar un paquete que ya incluya alojamiento. Yo me quedé en la Pousada do Serrote. No queda frente al mar pero está muy cerca, como unas dos cuadras. Me fascinó porque cuenta con todo lo necesario, tiene aire acondicionado, desayunos, agua caliente y piscina.
En Jericoacoara todas las noches tienes la opción de ir a fiestas regionales diferentes, si es que les gusta la rumba y si no, también pueden aprovechar las tardes para subir a las dunas que rodean la playa y sentarse a ver el sunset. Además hay muchas lagunas cercanas por visitar.
Si tengo que quedarme con algo de allá sería con el agua del mar, es tibia y eso hace que quieras estar ahí el día entero descansando o aventurándote a practicar algún deporte acuático.
En fin, si ya están planeando las próximas vacaciones, ya saben a dónde tienen que ir. Se divertirán mucho.