Una carita. Una manito. Los latidos del corazón. Es difícil explicar lo que experimenta una madre cuando observa por primera vez a su bebe a través de una ecografía.
Se dice que ese primer encuentro marca el inicio de muchos cambios en la psiquis materna. Empiezan los nervios por saber el sexo del bebe. Y aparecen esos deseos imperiosos por comprar la primera ropita.
A nivel bioquímico, ocurren cambios más complejos. Cuando una mujer reconoce a su vástago por primera vez, su cuerpo genera altos niveles de oxitocina, la hormona responsable de que amemos y seamos compasivos y amables. Esa química del cariño hace más especial este tipo de exploraciones. Son el inicio del vínculo afectivo más poderoso que existe, aquel que forman una madre con su bebe.
“La ecografía representa un momento único para la mamá. Es un encuentro anticipado con esa personita que se espera con ansias. Las reacciones de las mujeres cuando ven a su bebe en pantalla, son inexplicables. Muchas lloran de alegría. Otras no paran de sonreír. Tienen un brillo único en el rostro. Ahora, con las nuevas tecnologías, ese encuentro es mucho más especial”, explica el doctor Rafael Ascenzo Aparicio, experto en ecografía fetal de la Clínica Miraflores.
Antiguamente, conocer el desarrollo de un feto dentro del vientre, era un verdadero “parto” para los médicos. Con la escasa tecnología que había, era imposible saber si un bebe nacería en buena posición o si podía sufrir una malformación de gravedad. La única posibilidad era esperar hasta el momento del nacimiento, con todas las dificultades que eso podía representar.
BREVE HISTORIA DE LA ECOGRAFÍA
Eso cambió hace 70 años, con el arribo de las ecografías fetales. El concepto se lo debemos a Ian Donald, un médico británico que sirvió a la Real Fuerza Aérea de su país, manejando radares y sonares de barcos de guerra. El doctor vislumbró que aquellos instrumentos podían tener una aplicación menos bélica y más médica.
Tras varios experimentos, en 1959 logró obtener mediciones de la cabeza de un feto a través del ultrasonido. Un año después, la aparición del primer aparato de ecografías bidimensionales para el embarazo sorprendía al mundo, y alimentaba la esperanza de millones de futuras mamás. El resto ya es historia conocida.
De la imagen en blanco y negro en 2D (con un solo ángulo), se pasó a la ecografía 3D, que presentaba tres ángulos distintos del feto y por primera vez a color. Luego llegó el 4D, que era una imagen tridimensional mejorada, pero con los movimientos del bebe en tiempo real. El 2017 aparecieron las ecografías 5D/6D, que agregaron efectos de sombra y profundidad y resolución en HD.
Este año, el ultrasonido ha dado un paso más allá con el 7D, un equipo que produce imágenes mucho más rápidas, claras y precisas. Además, es la primera que usa Inteligencia Artificial. Las imágenes son tan reales, que parecen que hubiera una cámara dentro del vientre materno.
El secreto del dispositivo está en su transductor electrónico 7D. Como se sabe, el transductor o sonda es el pequeño aparato que el médico desplaza encima del vientre materno. Sin este, sería imposible la transmisión del ultrasonido. Como si fuera el sonar de un barco, el transductor emite vibraciones y ondas sonoras, las cuales rebotan en los tejidos del feto y permiten producir las imágenes que vemos en la pantalla del ecógrafo.
Cada transductor está formado por hileras de cristales. A más cantidad de cristales, el detalle de la imagen es superior. La Ecografía 7D cuenta con un transductor de ocho mil cristales. Debido a ello, es 16 veces más rápida que un ecógrafo 4D (cuyo transductor tiene solo 980 cristales) y es capaz de capturar más de mil imágenes por segundo, dando una nitidez asombrosa. Por ello, más que una dimensión, el 7D significa un salto en la definición.
“Con la ecografía a color 7D se puede observar la actividad y el buen desarrollo del bebe. La captura de la imagen es mucho más rápida, sobre todo en órganos como el corazón y el cerebro. Incluso, ya podemos ver a detalles los vasos sanguíneos, por más pequeñitos que sean. Sin duda, es el mejor método de diagnóstico para ver el bienestar fetal”, explica el también director de la Clínica Miraflores, centro médico que tiene el único ecógrafo de este tipo en Lima.
Recientemente, la actriz Yidda Eslava, la presentadora de TV Karen Schwarz y la periodista Juliana Oxenford publicaron en sus redes sociales fotografías y videos de sus futuros bebes tomadas con una ecografía 7D. Las publicaciones generaron varios miles de likes y pusieron el foco en esta novedosa tecnología, que permite compartir estas imágenes al celular de la mamá en pocos segundos. Y todo en resolución Súper HD.
“La transferencia es inmediata, ya que el equipo se encuentra sincronizado con el smartphone de la mamá. De hecho, al momento en que se hace la ecografía, la madre ya está recibiendo las imágenes al instante y en vivo. Tener estas imágenes en el móvil y poder verlas todas las veces que se quiera es maravilloso. Además, se puede compartir en redes sociales con familiares y amigos. Es algo revolucionario”, señala el especialista.
Otro punto revolucionario de este ecógrafo es el uso de la Inteligencia Artificial, que le permite ser más intuitivo en la obtención de datos. “Por ejemplo, cuando se estudia alguna parte como la cabeza del bebe, el equipo ya está adelantándose y tomando las medidas exactas de la zona, mientras el médico continúa con el diagnóstico. Es un complemento muy necesario. La idea es maximizar las herramientas de este nuevo equipo para mejorar los resultados para la madre y su bebe. Sin duda, es toda una revolución”.