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Por Rosa Chávez Yacila
Una anciana que es un hombre adulto que es un actor de teatro. Katerina D’Onofrio tenía quince años la primera vez que quedó conmocionada por la potencia seductora y engañosa del universo teatral. Era 1993 y había ido a ver "La Nona", una de las comedias más importantes de Latinoamérica, que el primer actor Alberto Ísola protagonizaba ataviado como una abuela disparatada y comelona. Una anciana, un hombre, un teatro. Si disfrutar de una ficción implica creer sin protestas que su mundo posible es en verdad el mundo que habitamos, entonces Katerina D’Onofrio disfrutó de esa obra como nadie. Tanto así que no se percató sino hasta el final del detalle del travestismo. El regalo de quince años perfecto.
Cuando le preguntas cuál fue la primera vez que actuó y esperas que responda con el nombre de una obra de teatro, Katerina D’Onofrio te dice que " fue en la sala de mi casa" o mencionará su papel de pollo en una actuación escolar. O el de Eva que le ganó a la chica más guapa del salón. "Allí me di cuenta que no dependía del 'look', sino de la pasión", comenta la actriz, cuya pasión la ha llevado a actuar en casi una veintena de obras de teatro, cinco películas y siete producciones televisivas. Actualmente está en la obra de teatro "Reglas para Vivir", una comedia de la dramaturga inglesa Sam Colfrot, cuyo humor negro es celebrado por la actriz.
¿De qué trata "Reglas para Vivir" y quién es tu personaje?
Es una obra sobre cómo las personas nos comportamos en convivencia e intentamos ser aceptadas socialmente. Cuenta la historia de una familia que está viendo la manera de convivir y para ello establecen sus propias reglas. Mi personaje es la foránea del grupo, la novia de uno de los personajes (el de César Ritter). Desde un inicio ella se siente fuera de foco y una de sus reglas para encajar o crear confianza y cercanía es destensar momentos incómodos haciendo bromas. Lo cómico es que mientras más lo intenta, peor es el resultado. Ella es un tanto vulgar y avasalladora con una familia muy reservada. Viene de otro tipo de círculos y ese es el choque, ese es el conflicto.
He leído que eres un poco así: bromeas para superar los malos ratos...
Sí, me ha pasado que por querer relajar alguna situación o algún momento donde he sentido algún tipo de fricción he soltado alguna broma que no ha estado acorde a las circunstancias (risas). Lo que pasa es que trato de ser muy sincera conmigo y con mis personajes. Desde un principio intento encontrar lo que yo pueda tener de ellos. En Karen (su personaje en "Reglas para Vivir") he ampayado varias coincidencias, en otros personajes, otras. Trato de no distanciarme, de no juzgarlos. Al contrario, mientras más los acerque siento que disfruto incluso más el proceso.
¿Y tú tienes reglas para vivir?
(risas) Yo estoy tratando de llegar a un equilibrio. Lo que me planteaba un poco con este personaje es: hasta qué punto dejas de ser tú misma para complacer a los otros o hasta qué punto, por querer ser tú misma, te pasas del límite y ofendes a los demás. Tiene que haber un equilibrio en lo que haces, en lo que dices. En eso estoy: en esa búsqueda de conocerme a mí misma.
¿Eres muy selectiva con los papeles que vas a interpretar?
No es que me lluevan tantos y diga ¡wuju! (risas). Con algunos sí he tenido que decir que no, otros tal vez hubiese querido trabajarlos con más anticipación. La televisión te da muy poco tiempo para trabajar tu personaje, pero en general creo que he tenido bastante suerte. En teatro y en cine han sido muy lindos proyectos. De verdad lo agradezco un montón y ojalá que vengan más.
En tu carrera actoral lo que menos has hecho es televisión y, de hecho, no la ves.
Podría decirse que sí. He hecho un poco de tele, más de teatro y un tanto de cine. El no ver televisión fue una elección. Estoy más tranquila sin una televisión en casa. Suelo distraerme o nutrirme con películas que yo escojo o libros que me gusta leer, la tele no es que me llame demasiado la atención. Creo que cada quien tiene sus gustos y su derecho a elegir lo que consume.
Lee la entrevista completa en nuestra edición impresa o encuéntrala aquí.
Agradecimientos:
Ropa: H&M Studio ss2016
Maquillaje: Carolina Anaya
Zapatos: H&M Studio ss2016
Locación: Teatro La Plaza
Styling: Carlos Chung
Fotos: Javier García Rossell
Asistente de fotografía: Patricia Otoya
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