¿Magda Botteri? Has escuchado este nombre alguna vez. Puede que sí, porque se trata de una las locutoras de radio más famosas del país. Más que eso: la peruana de 50 años es locutora, cantante, actriz, escritora y profesora. Y aunque no lo reconozcas leyendo esta nota, ella está presente en tu vida cada día.
La voz de Magda está cuando tomas el tren eléctrico, cuando llegas al aeropuerto y hasta cuando el BCP te brinda tu saldo. O también al ver un comercial de agua Cielo o escucharla en radio Corazón. Su voz nos acompaña día a día hace 32 años, tiempo que la peruana está inmersa en el mundo de la locución.
Este mes dejó de ser la voz que escuchamos en todos lados para ser la peruana que nos representó en los prestigiosos “Premios de locución Sovas”, algo así como los Oscar de la locución. Magda no ganó —la victoria se la llevó el ecuatoriano Eduardo Rales—, pero nada le quitó la alegría de llegar orgullosa hasta el Warner bros studios. Ahí, en el mismo Hollywood.
“Es mi primera nominación a un premio tan importante como este, y aunque suene a cliché, así no haya ganado, estoy feliz. Yo me he sentido triunfadora al ser nominada a la categoría como ‘Mejor locutor en español en un anuncio de servicio público’, el comercial que hice para la comunidad de fresno libre de tabaco”, cuenta Botteri.
Retrocedamos unos años. A los 17, a Magda le divertía escuchar música, grababa en casetes sus temas favoritos, y como todos esperaba que el locutor “se callara para no malograr la canción”.
“Yo era una oyente de toda la vida. Estudiaba cerámica, mientras esperaba para postular a pedagogía. Cerca de donde me enseñaban había una academia de locución, y a mí me llamaba la atención ver a los chicos con sus micrófonos”, sostiene.
“Así es que decidida, supe que eso era lo que quería. A los dieciocho, ya era una locutora egresada. El profesor me decía tienes buena voz para noticias. Nunca narré una”, agrega.
El primer comercial que locutó fue en 1987, el de los chicles, ‘Bubblicious’. Magda recuerda esa experiencia con cariño, aunque solo haya dicho la palabra: “Bubblicious”. Así de breve.
“Una cabina, un micrófono. Todo era especial, hasta escucharme en los parlantes. No me costó mucho soltarme porque a la par llevé cursos de actuación”, dice.
La lista de comerciales que Magda ha locutado es incontable, pues hasta ha hecho el doblaje de una película “Piratas en el Callao” con la voz del niño Ignacio Pérez de Tudela. Pero en el momento más alto de su carrera, el amor la sorprendió: se enamoró de un ciudadano norteamericano por Tinder.
“Dejé todo para irme a vivir con mi esposo. Hace tres años estamos casados y residimos en Las Vegas. Él es un gran apoyo para mí, en nuestra casa hemos instalado nuestra propia cabina y desde el extranjero también trabajo para Perú. La tecnología permite que podamos hacer eso”, resalta Botteri.
“Yo cuido mucho mi voz porque es mi herramienta de trabajo y es lo que más me gusta hacer. Yo tenía claro dos cosas desde que empecé: Que en la mañana sería profesora y por la tarde locutora. El tiempo me ganó y a la pedagogía me dediqué muy poco, ahora a través de mis canciones lo expreso un poco”, señala.
Magda tiene 50 años, y no es mamá. Ahora que encontró el verdadero amor, sabe que es tarde para ser madre pero su lado más maternal lo expresa con “La tía Botas”, personaje con el que explora el mundo infantil con los cuentos que escribe, compone y canta. También hace villancicos.
Con tanta experiencia en el mundo de la locución es difícil creer con que más pueda soñar esta peruana, pero ella anhela algún día convertirse en la voz oficial de una canal de cable.
¿Un consejo para los jóvenes que quieren dedicarse a la locución? “Toma cursos con profesores profesionales, estudia, prepárate mucho. Todos los días se aprende. Hay que tener más respeto por esta profesión. Ahora veo que cualquier persona graba porque simplemente cae bien y no se educan nada”.