La vida de Susan Ochoa no ha sido sencilla. La mujer que hoy brilla por su voz privilegiada y sus vibrantes interpretaciones, enfrentó muchas dificultades en su infancia. Huérfana de padre cuando tan solo tenía 11 años, se vio en la necesidad de trabajar desde muy temprana edad. Para ayudar a su madre en la crianza de sus hermanas menores la cantante realizó trabajos como vendedora, empleada del hogar y cantó en los carros.
“Mi niñez la recuerdo trabajando, no porque me obligaban, me gustaba y veía la necesidad”, rememora Susan Ochoa en #Dilo con Jannina Bejarano. Cuando su padre falleció a los treinta años de edad, su madre tenía apenas veintisiete. Quedaba viuda y responsable de la vida de tres niñas menores. Para la ganadora de Viña 2019 la responsabilidad era clara. “Ayudar a mi mamá. Cuando ella estaba trabajando yo la ayudaba en la casa porque éramos más hermanas”.
Desde muy chica se dedicó a buscar oportunidades de trabajo. “¡Qué no habré negociado!”, recuerda. Por ejemplo, cuando se realizaba la Feria de San Martin en su natal Chiclayo, Susan le pedía a su mamá que le prepara canchita para poder venderla. Confiesa que su madre no quería, pero para ella era más importante poder ayudarla. “Hacerle sentir a mi mamá que no estaba sola”.
Ese ejemplo de trabajo y esfuerzo ha sido uno de los pilares para que la cantante alcance sus sueños en la música. “A mi mamá le agradezco por haberme enseñado, sobre todo, mis valores”. Y es que la perseverancia para sacar adelante una familia ha sido el ejemplo que también tiene Susan al momento de criar a sus tres hijos. En #Dilo también reveló que, en la dinámica familiar, es ella quien se encarga de poner orden.
Además, se animó a actuar por primera vez frente a cámaras en el juego Casting de #Dilo. Asumiendo el reto de recrear cuatro emociones diferentes, demostró que en el terreno artístico tiene mucho más para ofrecer.
Mira el programa completo de #Dilo con Jannina Bejarano para El Comercio.