Andrea Castillo
Geriatra de formación y convicción, José Antonio Serra llegó a Lima por primera vez la tercera semana de mayo pasado. ¿El motivo? Participar en una conferencia mundial sobre tendencias en nutrición. Nada mejor que un almuerzo para conversar con él sobre las alternativas que tenemos para comer sano.
El doctor Serra afirma que el ejercicio y la dieta son los dos hábitos que más influyen en la manera cómo crecemos, maduramos y envejecemos. Y que no importa tener 40 años o 78 años para empezar a desarrollarlos.
«Está demostrado científicamente que nunca es tarde para tener hábitos de vida saludable, pero tampoco hay que esperar mucho por adoptarlos», fue lo primero que nos dijo una vez instalados en la mesa de un restaurante cerca del Hotel Country Club, sede de la Cumbre Internacional de Nutrición para la Vida, organizado por Abbott.
Era su segundo día en Lima y ya había probado el cebiche. Estaba encantado. Pero ahora el tiempo apremiaba y la carta ofrecía una variedad de sánguches, ensaladas, jugos, refrescos y postres ideales para un almuerzo rápido, como los que tenemos en un día de trabajo.
El doctor Serra pide la ensalada de la casa; una de nuestras acompañantes se apunta con un pastel de acelga, ensalada y jugo de naranja, y la otra con un sánguche caprese y un vaso de jugo de naranja. Yo ordené un sánguche triple de pollo y palta, y una manzanilla natural. Y empieza el diálogo.
¿QUÉ NOS RECOMENDARÍA?
«Una ensalada que incluya verduras, frutas, quesos, huevo y pollo es una buena elección, y sería extraordinario si la aliñamos con aceite de oliva. Si le agregamos una salsa más cremosa limitaríamos los beneficios de esta opción. Soy poco rígido a la hora de hacer recomendaciones. Comemos tres veces al día, esto es 21 veces a la semana, entonces podemos alimentarnos estupendamente bien unas 16 veces y darnos unas licencias en las otras cinco. Hay que ser flexibles».
¿PERO ESO DEPENDE DEL ESTADO FÍSICO DE CADA UNO?
«Es una combinación. Por eso le decía que no se puede separar dieta de actividad física. Si tienes un buen grado de actividad física, puedes ser más tolerante con la dieta; pero si tu actividad física es poca, no será raro que ganes peso con una dieta no adecuada».
Entre sorbos de agua, jugo y té la conversación sigue su curso. Lee más en los recuadros. Después a comer bien.