Genoveva Núñez conoció el mundo de la imaginería y los retablos en los años 80, cuando se mudó al distrito de Chaclacayo. Oriunda de Cusco, se trasladó a Lima en 1966 con el motivo de ofrecerle un mejor futuro a su único hijo, Eustaquio Pomarosa. Y lo logró. Con su esfuerzo consiguió que se gradúe de la carrera de Física y Matemática en la UNMSM.
Años después, mientras buscaba algo en qué ocupar sus horas libres, se inscribió en el Centro de Capacitación Artesanal de Chaclacayo, para aprender el arte del tejido. Es allí donde conocería a su mentor y esposo: Jesús Urbano Rojas, Amauta de la artesanía peruana.
Su encuentro fue tan casual que parece de cuento. "Eran las siete y media de la mañana y yo bajaba de mi casa al taller de artesanías. Don Jesús estaba sentado en un banco, mirando hacia las palomas. Así no más no me gustaba hablar a la gente, pero le vi al señor Jesús y le dije: ¿Por qué está usted triste?...". Con esa conversación, relatada por Genoveva Núñez y plasmada en el retablo que se aprecia bajo estas líneas, empezó su historia.
Así fue como Doña Genoveva empezó a aprender junto a él las técnicas y secretos de la imaginería, volcando las historias de su niñez y costumbres en cada una de las figuritas que hace a mano con pasta de papa con yeso para armar cada retablo.
En el 2014, luego del deceso de su esposo, Genoveva Núñez se encargó de continuar con la tradición que le fue heredada. En el 2015, la artista cusqueña tuvo su primera exposición individual, donde presentó media docena de retablos, un cajón de San Marcos (origen del retablo ayacuchano) y una pastawawa.
La exposición "El retablo: arte tradicional", del Centro Cultural Inca Garcilaso, rinde homenaje al legado de Doña Genoveva Núñez y Jesús Urbano Rojas como artesanos retablistas, con piezas que conmueven desde el diminuto tamaño de cada personaje que lo compone hasta las flores de guarango que enmarcan cada una de las historias que cuentan.
La muestra estará abierta al público en general hasta el domingo 19 de agosto de 2018, de martes a viernes, de 10 a.m. a 8 p.m. El ingreso es libre.