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Cuando mantienes una adecuada hidratación (consumo de agua, frutas y verduras), tu piel luce fresca, tersa y con brillo. Sin embargo, hay ciertas condiciones que la deshidratan, como la radiación solar, los cambios bruscos de temperatura (uso de aire acondicionado) y el proceso natural de envejecimiento (disminuye la capacidad de la piel para mantener el agua), refiere el médico dermatólogo Carlos Montenegro. En estos casos, los hidratantes y humectantes son de ayuda.
Este tipo de productos vienen presentaciones similares pero actúan sobre la piel de diferente manera. Mientras los hidratantes aportan y retienen el agua en las células cutáneas (dermis), los humectantes favorecen la retención del agua en la capa más superficial de la piel (estrato córneo o capa externa de la epidermis). ¿Quieres saber más? Revisa esta foto galería.