Por Andrea Carrión / WUF
Hasta hace algunos años, en el Perú se escuchaba poco o nada sobre la esterilización o castración de mascotas, pero cada vez más quienes tienen animales domésticos incluyen este debate en sus tertulias o buscan consejo profesional sobre el tema.
Lo cierto es que donde sea que se converse al respecto, la propuesta de interrumpir la posibilidad de procrear a la mascota genera controversia en distintos niveles. Hay quienes defienden el derecho del animal a tener su camada de cachorros, pero también están quienes sugieren la cirugía para prevenir enfermedades y la proliferación de animalitos no deseados.
De acuerdo con la médico veterinario Briscia Janssen, de la Veterinaria SOS, la mayoría de hembras suele hacer falsas preñeces debido a desordenes hormonales. Esta condición puede complicarse y convertirse en piometra, una seria infección al útero. También se puede generar mastitis canina, una infección de las glándulas mamarias, o TVT (tumor venéreo transmisible), una enfermedad venérea que se encuentra principalmente en animales callejeros.
“Siempre tenemos perritas que vienen a consulta por alguna de estas situaciones. En el caso de la falsa preñez, les sale leche por los pezones y se comportan extraño, como si quisieran hacer un nido. Muchas veces ocurre en perras adultas mayores y con ellas la cirugía es bastante riesgosa. Resulta más fácil y seguro evitar esta situación esterilizándolas desde cachorras”, explica Janssen.
La cirugía de esterilización es bastante sencilla, requiere de anestesia general y la recuperación dura en promedio tres días. En el caso de los machos, los cuales son sometidos a una castración, el procedimiento es más sencillo aún y el tiempo de recuperación es menor. En ambos casos se recomienda hacerlo entre los 6 y 12 meses de edad.
Un tema de sobrepoblación
Pero la sugerencia de esterilizar o castrar no solo pasa por prevenir infecciones y/o enfermedades, también tiene que ver con el control de la natalidad.
En el Perú se calcula existen más de 4 millones de perros callejeros –sin contar los gatos en igual condición-, cifra que responde a varios factores, entre ellos falta de información, de recursos e, incluso, a un tema de cultura.
Mientras muestra el mural que tiene en la veterinaria con avisos de servicio público, Janssen señala que el 80% de los anuncios son de gente buscando dar a sus mascotas en adopción. Luego explica que aún existe mucha gente que siente pena de someter a sus mascotas a un proceso con el cual perderán la posibilidad de ser madres o padres.
“El Perú es bastante machista”, segura Janssen. “La gente viene con ideas como ‘No, pero ¿cómo la vas a esterilizar? Al menos que se cruce una vez y que tenga sus hijitos’ Y si se trata de un macho te dicen ‘No, pero ¿cómo le vas a quitar sus huevitos, él es macho’. Ese es el principal problema en nuestro país, la falta de cultura y de información. Y se ve mucho en esta zona (Miraflores). Aquí en la veterinaria siempre recomendamos esterilizar o castrar, sobretodo si no tienen pensado cruzarlos, así se evitan muchos problemas”.
Así como sucede con muchos veterinarios, también existen municipios, asociaciones sin fines de lucro e individuos que, conscientes del problema que genera la sobrepoblación de mascotas, se esfuerzan por promover la esterilización entre los pacientes, por ofrecer servicios a costo social o por realizar campañas de esterilización.
Vida Digna es una de estas asociaciones. Valeria Verme, quien organiza las campañas de esterilización, señala que para notar una disminución en el número de animales desamparados, se debe de esterilizar al 90% de una población. Ello puede tomar uno o dos años.
“Nosotros ya estamos empezando a ver el cambio porque ya no veo tantas perras preñadas como antes, pero aún falta mucho por hacer”, asegura Verme.
Además del riesgo a enfermarse, las mascotas no esterilizadas generan otros problemas. La hembra, además de dejar manchas cuando sangra, atrae a manadas de machos que pueden permanecer frente a la casa los días que dure el celo. Esto puede generar peleas, ataques a personas, que el animal se escape, incluso puede provocar accidentes.
En el caso de los machos, al castrarlos se evita su necesidad de territorializar y de marcar con orina por donde va. No disminuye inmediatamente, pero sí en el transcurso de unos meses.
Con los felinos sucede algo similar. Mientras la gata en celo puede pasar noches enteras llorando como un bebé para atraer a los machos, el gato puede resultar herido no solo por las peleas para ganarse a la gata, sino con la gata misma debido a la espinosa anatomía de su pene.
“Y todo esto sin contar la cantidad de cachorritos no deseados que se desechan por ahí”, agrega Janssen. “El año pasado supe de un señor que encontró en el parque Kennedy una bolsa con gatitos recién nacidos en el basurero. Uno murió y el otro fue adoptado. Encima estaba herido. Al parecer la gente no solo los tira a la basura sino que además los golpean, y esto pasa tanto con gatos como con perros”.
Y para quienes se preocupan por el peso de su mascota, aquí un consejo profesional:
“El animal que es esterilizado puede aumentar de peso, es verdad, sobretodo en animales sedentarios o de mayor edad pues su metabolismo es más lento. Sin embargo, uno lo puede evitar con buena alimentación y ejercicio”, asegura Jenssen.
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EN RESUMEN: Mito y Realidad
MITO: Lo mejor es dejar que las hembras tengan un parto antes de esterilizarlas.
REALIDAD: Es conveniente operar a las hembras antes de su primer celo, pues la esterilización temprana reduce el riesgo de cáncer mamario.
MITO: La esterilización es una operación peligrosa y dolorosa para mi mascota.
REALIDAD: La esterilización es la operación más común realizada en animales. Con cuidados mínimos, su mascota tendrá un comportamiento normal en un par de días.
MITO: Las cirugías afectan el comportamiento de los perros y gatos.
REALIDAD: No importa la edad en que su animal haya sido esterilizado, éste seguirá siendo un compañero cariñoso y protector. Cualquier cambio será positivo pues los perros y gatos esterilizados viven vidas más largas y sanas, un promedio dos o tres años más que aquéllos que no lo están. La esterilización reducirá la necesidad de reproducirse, ocasionando un efecto calmante en muchos de los animales, por lo que tenderán a dejar de vagar y pelear, perdiendo además el deseo de marcar su territorio con orina.
MITO: No es necesario operar a los machos, sólo a las hembras.
REALIDAD: Ambos deben esterilizarse. Un macho sin supervisión puede preñar a varias hembras a la semana y contribuir así a la sobrepoblación animal.
MITO: La esterilización de los animales provoca que éstos engorden.
REALIDAD: El sobrepeso puede ser provocado por una alimentación incorrecta o excesiva o por una falta de ejercicio. Si nuestro animal engorda, se deberá corregir la alimentación y los hábitos de ejercicio bajo criterio veterinario.
MITO: Dejar a mi mascota tener crías permitirá a mis niños ver el milagro de un nacimiento.
REALIDAD: Numerosos libros y videos están a su alcance para enseñarle a sus hijos un nacimiento de una manera responsable. Dejar que su animal tenga crías que usted no tiene intención de cuidar es enseñar a sus hijos lo contrario al respeto y la responsabilidad que implica cuidar a un ser vivo.
MITO: La esterilización de los animales no es natural. Ya intervenimos con la naturaleza al domesticar y reproducir a perros y gatos.
REALIDAD: Los humanos hemos contribuído a la sobrepoblación de los animales callejeros y ahora debemos asumir la responsabilidad de encontrar soluciones. Lo que no es natural es que mueran tantos animales a la semana en los centros antirrábicos, o en las calles por maltrato, negligencia o atropellos.
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