Robert Lighthizer, representante comercial de Estados Unidos (Foto: Reuters)
Robert Lighthizer, representante comercial de Estados Unidos (Foto: Reuters)
Redacción EC

La segunda ronda de conversaciones sobre la renegociación del (TLCAN) concluyó el martes en medio de resistencia a discutir los bajos salarios en México y con grandes diferencias sobre los mecanismos de resolución de disputas.

Los principales negociadores de los tres países presentes en la reunión realizada en la Ciudad de México señalaron que hubo avances, pero el representante comercial estadounidense Robert E. Lighthizer dijo que algunas áreas van a ser difíciles.

“No es ningún secreto que las cláusulas laborales serán conflictivas y que nuestro objetivo es tener cláusulas que eleven los tabuladores salariales en México”, afirmó Lighthizer. “Creo que eso es conveniente para los mexicanos y conveniente para Estados Unidos”.

Dijo también que, aunque Estados Unidos había propuesto eliminar el mecanismo actual de resolución de disputas, “no hemos tenido ninguna negociación detallada” sobre el sistema, conocido como Capítulo 19.

A pesar ello, el texto estaba tomando forma en la mayor parte de los capítulos del tratado, incluidas las pequeñas y medianas empresas, la competitividad, el comercio digital, los servicios y el medio ambiente.

“La estrategia es concluir en el corto plazo lo que se puede concluir”, y después enfrentar los asuntos más complicados, señaló Ildefonso Guajardo, el secretario de Economía de México. Dijo que hubo grandes avances en algunos de los temas más sencillos, como las telecomunicaciones.

Con relación a los temas de energía, Guajardo dijo que no hay puntos de diferencias ni de controversia. Indicó que la principal cuestión es si debería tener su propio capítulo o extenderse a lo largo de todos los capítulos.

Pero personas cercanas a las negociaciones afirman que hubo relativamente pocas propuestas concretas en asuntos más polémicos, como los mecanismos de resolución de disputas, los aranceles de temporada para productos agrícolas y las reglas de contenido regional.

Estados Unidos quiere eliminar el sistema actual de paneles privados de arbitraje del Capítulo 19, mientras que Canadá desea conservarlos. Dichos paneles pueden anular aranceles, dificultándole a Estados Unidos el bloqueo unilateral de productos.  “Es claro que en el Capítulo 19 hay posiciones encontradas”, reconoció Guajardo.

Los productores de verduras, muchos de los cuales cuentan con operaciones en las tres naciones, se expresaron a favor del sistema actual de resolución de disputas y comentaron que un cambio podría obligarlos a resolver las diferencias en tribunales de uno de los tres países, una posibilidad que no les agrada.

“Creo que las industrias de los tres países han encontrado que el Capítulo 19 ha resultado un método efectivo y oportuno para tratar las disputas”, señaló el jefe de la United Fresh Produce Association (Asociación Unida de Verduras Frescas), Thomas Stenzel. Anularlo “ciertamente que lo volvería un proceso más complicado, legalista”.

Estados Unidos también quiere estándares laborales y reglas de origen más estrictos en productos como los automóviles. Lighthizer no quiso entrar en detalles en ninguno de los dos temas.

“Creo que fijar salarios obligatorios se vuelve muy complicado entre varios países”, comentó Stenzel. “Dentro del mismo acuerdo comercial, creemos que es apropiado atender temas como los estándares de trato justo al trabajador, trabajos forzados y trabajo infantil. Pero cuando se trata de salarios, no sentimos que sea apropiado dentro de un acuerdo comercial”.

México ha atraído fábricas e inversiones al sacar provecho de sus bajos salarios y sus débiles reglas sindicales, y líderes empresariales y obreros mexicanos parecen resistirse a cualquier intento por endurecer los estándares laborales o garantizar un aumento salarial en el país.

Los sindicatos de la industria automotriz, tanto de México como de Canadá, han indicado en un informe que los obreros mexicanos del sector ganan alrededor de US$3,95 por hora, que es cerca de una novena parte del sueldo promedio de un trabajador al norte de la frontera.

Estados Unidos también quiere incrementar los niveles mínimos de contenido regional en productos como los automóviles, para lograr que se importen menos piezas de Asia o de Europa, se ensamblen en México y se etiqueten como “hecho en América del Norte”.

Stenzel señaló que a algunos agricultores no les gusta la idea de aranceles antidumping de temporada, aunque recalcó que esa propuesta aún no se formaliza. Dichas medidas buscan proteger a agricultores, por ejemplo, de tomate en Florida, contra el incremento en las importaciones desde México. Stenzel y otros grandes productores temen que pudiera extenderse para aplicarse a otras cosechas.

Los grandes productores de frutas y vegetales, cuya industria es una de las más beneficiadas por el TLCAN, aparentemente no quieren que se realicen grandes cambios al tratado comercial.  “No hay necesidad de componer algo que no está descompuesto”, dijo Mario Andrade, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Berries.

Los cinco días de negociaciones en la Ciudad de México se realizaron en más de una veintena de grupos de trabajo. La primera ronda de pláticas se llevó a cabo a mediados de agosto en Washington y la siguiente se realizará del 23 al 27 de septiembre en Ottawa.

(Fuente: AP)

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