San Luis: Nueva gestión, nuevos retos
El distrito de San Luis, creado el 1968, tiene una población cercana a los 60.000 habitantes distribuidos en las urbanizaciones Cahuache, Villa Jardín, Javier Prado III, IV y V etapa, Las Moras I y II, San Luis, La Marinera, El Trébol, La Viña I y II, Centro Industrial y Comercial Castilla, Lincoln, Los Reyes, El Rincón, La Libertad, Túpac Amaru, El Pino, Agrupación Esther, San Jacinto, Jorge Chávez, El Mercurio, San Pablo I y II y la Unidad Vecinal de Yerbateros. Su ubicación es estratégica porque limita por las avenidas Canadá, con San Borja; Aviación y Nicolás Arriola, con La Victoria; y Circunvalación, con Ate.
La actual gestión del alcalde Ricardo Castro ha desarrollado, con el limitado presupuesto que maneja (aproximadamente cerca de 21 millones de soles y con una morosidad que bordea el 40%), una serie de obras como el mejoramiento de los espacios públicos para los ciudadanos. Ha recuperado parques, implementado áreas deportivas y mejorado vías de tránsito, entre otras obras.
Sin embargo, ahora que culmina su gestión, vemos un conjunto de aspectos pendientes, que la gestión municipal que empieza el 2015, debería resolver.
Su futuro, para el mediano y largo plazo, debe plasmarse en un plan de desarrollo concertado, con la participación de los diversos actores del distrito: los sociales y políticos, del comercio y las MYPE. Esto debe llevar a tener una gestión de puertas abiertas al vecino, con una mejor comunicación, transparencia total y la mejora de la información en el portal electrónico, entre otras actividades.
Al ser un distrito consolidado y principalmente residencial, el reto es proyectar su crecimiento vertical. Una buena herramienta para diagnosticar su realidad física es contar con un catastro urbano actualizado y mejorar la zonificación actual de acuerdo a los usos que actualmente se le están dando a los predios.
Urge una actitud más agresiva respecto a la seguridad ciudadana. El alcalde preside el Codisec. Este puede ser un espacio que articule las dos comisarías de la PNP, San Luis y Yerbateros, que trabajan no solo a través de los operativos que le corresponden, sino con los vecinos que integran las juntas de vigilancia de seguridad ciudadana, sin dejar de lado la necesidad de aumentar el número de serenos y de cámaras de vigilancia. Es necesario un tratamiento de recuperación integral de la Av. Nicolás Arriola. El lado que le corresponde al distrito sufre no solo el impacto de la delincuencia sino el de la actividad comercial del mercado mayorista de frutas, ubicado en la Victoria.
San Luis podría convertirse en un distrito modelo, principalmente debido a su extensión manejable, potencialidades y la proactividad de sus ciudadanos. Implementar una real democracia local participativa es el gran desafío. Confiamos en que la próxima gestión del alcalde electo Ronald Fuertes hará realidad aquello que figura en su plan de gobierno municipal: la realización de cabildos abiertos. Si esto se concreta será un aporte cualitativo para empoderar al vecino respecto al desarrollo de su distrito, más allá de las obras de fierro y cemento.
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