Punto de vista
La política, como actividad humana vinculada al poder, siempre ha interesado a los especialistas de distintas disciplinas. De allí la tradición europea de ciencias políticas, en plural, recogida por Norberto Bobbio en su definición de ciencia política, que tiene un sentido amplio.
El curso de la especialidad fue dictado por primera vez por el alemán Francis Lieber, en 1858, en la cátedra Historia del Pensamiento Político, en la Universidad de Columbia. En esta casa de estudios se creó la primera facultad de ciencia política en 1880. Según algunos autores, ese mismo año Herbert Baxter Adams, profesor de historia de la Universidad Johns Hopkins, acuñó por primera vez el nombre de la disciplina. Para otros fue el francés Paul Janet, profesor de la Universidad La Sorbona, quien usó el término en su obra “Historia de la ciencia política y sus relaciones con la moral”.
En el Perú, en 1963 se creó por primera vez un departamento de ciencia política en la Universidad Católica, el cual tuvo poca duración. Se cerró en 1971. Al año siguiente, en la Universidad de San Marcos se presentó un proyecto para crear el área de la especialidad. En 1983, Francisco Miró Quesada Rada dictó la primera cátedra en la Facultad de Derecho y Ciencia Política de San Marcos. Miró Quesada había publicado en 1976 su primera obra titulada “Ciencia política: actualidad y perspectiva”, con la cual se convirtió en uno de los pioneros de esta disciplina en nuestro país. En la década del 80 se creó la Escuela de Ciencia Política en la Universidad Federico Villarreal. En el 2001 se fundó la Escuela de Ciencia Política en la Universidad de San Marcos.
La ciencia política se ha venido desarrollando debido a cátedras en las universidades de Lima, Ricardo Palma, Católica, San Martín de Porres, Inca Garcilaso de la Vega, Ruiz de Montoya, entre otras. En provincias también hay escuelas de ciencia política en las universidades Micaela Bastidas de Apurímac, de Trujillo y Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque, así como un curso de posgrado en la Universidad César Vallejo, entre otras.
Sin embargo, el reto de este desarrollo está, como afirmaba Sartori, en la construcción de un lenguaje especial de la disciplina, que supere el lenguaje corriente de la doxa y lo convierta en uno científico, la episteme, como enseñaba Platón, cuya tarea es establecer el significado de los términos de modo explícito y unívoco que aprehenda el fenómeno político peruano, para describirlo y explicarlo en sus causas y hacer prognosis sobre ellas. Pero este discurso científico solo puede ser construido desde la diversidad propia de nuestro país. Somos un país multilingüe y pluricultural. Más aun, cuando la ciencia política no es una disciplina que se explique en una teoría totalizadora. De allí que si en verdad los politólogos desean aportar al país, en la construcción de una sociedad democrática, deben alejarse de aquella afirmación anticientífica de Aristóteles de que la ciencia política es una ciencia regia.
Contribuyen a la evolución de esta disciplina los congresos nacionales e internacionales que congregan a los politólogos y catedráticos. Por eso llamó la atención que en las coordinaciones temáticas del Octavo Congreso Latinoamericano de Ciencia Política (Alacip 2015), comité local, sección peruana, realizado recientemente en Lima, no estuvieran presentes los representantes de las escuelas de ciencia política de las universidades de San Marcos, Villarreal, de Trujillo, Micaela Bastidas de Apurímac, Pedro Ruiz Gallo, ni catedráticos del interior del país; y la ausencia inexplicable de politólogos de larga trayectoria que han aportado a la disciplina en el Perú y que han participado en congresos internacionales. Y no me refiero a la intervención como panelistas, que era otro mecanismo de participación. Nos parece una clara discriminación.
Finalmente, nuestro país necesita más que nunca cambios y reformas políticas urgentes. Parafraseando a Marx, quien afirmaba que se necesitaba de una filosofía que transforme al mundo, hoy requerimos de una ciencia política que transforme la realidad política del Perú.