¡No quiero estar sola!
PREFIERO UNA RELACIÓN DE TERROR A ¿ESTAR SOLA? CLARO QUE NO.
Llegó otro Halloween, una buena ocasión para recordar historias de terror. Yo tengo una que, ahora, me resulta aún más escalofriante que una maratón de “La Profecía I y II”, “El exorcista”, “El resplandor”, “Carrie” y “Viernes 13″: mi miedo a estar sola.
¿Pueden creer que por esa razón fui la novia non-stop de tres chicos (es decir, uno tras otro sin un mes de descanso siquiera) durante ocho años? Aunque me da vergüenza admitirlo fue así. Cómo diría mi jefa, vamos por partes y cucharadas.
La semana pasada me encontré por una no-casualidad con un chico con el que he salido ocasionalmente durante los dos últimos años. Somos amigos, creo. Sin embargo, no puedo negar que nos gustamos y que las sesiones de besos en las que terminamos más de una vez, hacen temblar mis rodillas. Él fue a buscarme a una galería. Yo sabía que lo vería, así que saqué a pasear a mi vestido estilo Alicia en el País de las Maravillas-también-sale-de-noche. Apenas nos saludamos e hicimos muestro pequeño acto rompe-hielo: ¿cómo has estado?/ bien, y ¿tú?, me propuso ir a cenar con una pareja de amigos suyos. Yo le puse mi cara de a dónde quieras y poco después ya estábamos en camino hacia un restaurante nuevo, bonito, y que después comprobé, es riquísimo.
Todo parecía perfecto, hasta que después de las respectivas introducciones, nos sentamos frente a una pareja en apariencia común y corriente, pero que pronto se quitó el disfraz.Con el menú en la mano y a punto de romper la dieta en la que estaba, le pedí a mi pareja de la noche que ordenara por mí, algo que siempre le pido, porque tiene buen gusto y además le encanta seducirme complaciendo ese tipo de caprichos míos. Al parecer la chica sentada frente a mí me escuchó, porque comentó al instante:
- Yo jamás dejaría que éste (señalando con la ceja a su novio y voz burlona) pidiera por mí. ¡Puag! Eso de comer porquerías le viene de familia.
Traté de aparentar que se trataba de una broma y sonreír de manera condescendiente, pero todos sabíamos que no era un chiste y yo me dí cuenta que estaba a punto de cenar con la popular pareja: “nos odiamos pero seguimos juntos”. Y fue así.
De modo inversamente proporcional a los platos que iban llegando a la mesa, cada uno más rico que el otro, la situación que se ponía cada vez más amarga (y agria). Ni los coqueteos que, de rato en rato, nos metíamos mi chico y yo, nos salvaban de desembarcar el Titanic de esa conversación (y ¿relación?). Cómo toda película de miedo tiene un clímax, el de esa noche fue:
- Ella: “Tú eres Alicia Bisso, ¿no?”
- Yo: “Ah, si”
- Él: “Claro, me eras cara conocida, pero no estaba seguro”
- Ella: “Cuando no éste maricón, te apuesto que no te hubiera dicho nada”
- Mi chico (cambiando de tema, o tratando de): “Alicia y yo nos conocimos…”
- Él (interrumpiendo): “Buena compadre, acá uno soplándose a una descerebrada”
- Yo (a ella y completamente incómoda): “Oye, ya no le des más vino”
- Ella (con cara de asco): “Borracho es peor”
- Él (a nosotros). “Esta borracha es capaz de agarrarse al guachimán”.
Yo ya ni tuve tiempo de pensar en que momento los guachimanes entraron en la conversación, porque esos dos ya se estaban peleando a un volumen que hizo que otras mesas nos dirigieran miradas de desconcierto. Y aunque la noche tuvo un bonito final, porque ni bien acabé el postre, nos fuimos volando a otro bar cercano y terminamos en la puerta de mi casa besándonos como quinceañeros, me quedé con un round de preguntas flotando en mi cabeza.
¿Qué había sido eso? ¿Una pareja en la que el amor funciona en función a la agresividad? ¿Un mal día (lo que le puede pasar a cualquiera)? O simplemente, ¿ya no se querían? Eso nunca lo sabré, porque es muy probable que no vuelva a verlos (para mí fue una versión freak retorcida de la última cena con Frankestein y la novia de Chucky). Pero situaciones así ya las vi y las viví, al recordar en una especie de espantoso flash back al pasado. Yo había sido una de esas parejas. Yo había continuado en esas típicas relaciones en las que todo va bien, un mes, un año o dos, y luego todo se va por un tubo al mundo del desprecio mutuo. Lo más saludable para una relación en la que uno o ambos han dejado de quererse (y en algunos casos, también, respetarse) sería terminar y seguir cada uno con su vida. Pero la mayoría no lo hace. Por comodidad o por un inconfesable ¿miedo a la soledad?
Yo creo que por ahí va la cosa. Y lo peor de ese pánico a estar solos es que nos hace, como en mi caso, soplarme tres relaciones consecutivas de ocho años en total con tres chicos a los que dejé cuando me enamoraba del siguiente, ¿bastante egoísta, verdad? sí, y además inmadura y con un grave problema. Si hubiera sido valiente, honesta, y no me hubiese aterrorizado la idea que quedarme sola, los años que en fuimos felices esos tres y yo, no hubieran sido ni la mitad de lo que fueron.
Y no pienso echarle la culpa a la sociedad que impone que debemos vivir en pareja, a la presión (que aumenta por la edad), a las ideas negativas de estar “solo” o “sola” que rondan por ahí, a las mentalidades cerradas o falta de independencia. Pero así como sé lo difícil que es el camino (porque lo he recorrido, y creo aún estoy en ello) hacia el estoy sola y estoy bien, sé que puede ser aún más tranca sentir el vértigo de romper una relación que no te hace feliz o separarte de alguien que no amas o que ya no te ama. Como bien dice Calamaro:
la difícil la que usa el salmón,
siento llegar al vacío total,
de tu mano me voy a soltar.
Y prefiero ser un pequeño salmón a volver a vivir un día, de esos ocho años de discapacidad emocional. Ahora, además de poder estar sola y, aún más, disfrutarlo, puedo ver cualquier película de terror, de noche, sola, a oscuras, abrazada de mi almohada y después dormir como un oso. Estoy segura de que dentro de ese gran closet llamado sociedad, hay muchos que aún viven con ese miedo, ¿se atreven a contar? (o ¿a salir?).
CANCIÓN PARA ESTAR APRENDER A ESTAR SOLO
Les dejo una escenita de Luna de Hiel de Polanski (una relación así le quita las ganas a cualquiera).
CHICOS Y CHICAS DE BUSCO NOVIO, LOS INVITO A UNA FUNCIÓN ESPECIAL DEL CLÁSICO DEL CINE: “THE ROCKY HORROR PICTURE SHOW” este viernes 31 de octubre a las 9.30 pm en El Cinematógrafo: Pérez Roca 196 Barranco (Alt. cuadra 4 de Av. San Martín).
Habrá participación de públicoy gelatina, matracas,arroz, pistolas de agua y todo para pasar un rato divertido! Los espero desde las 8.30 p.m.
El INGRESO ES LIBRE y EL DISFRAZ o CARATERIZACIÓN SON OPCIONALES. Más información en: www.rockyhorror.com
Acá les dejo el trailer para que le den una chequeada (y se animen!)