No fue casualidad
CUANDO MENOS LO ESPERABA, APARECISTE.
Nunca le contesté el correo electrónico al Chico Tímido, pero no tardé en volverlo a ver. La semana pasada me habían invitado a comentar una película. Cuando terminé de hablar, comenzó el diálogo con el público. De pronto, un chico de camiseta roja a rayas levantó la mano para hacerme una pregunta. Sí, era él. Lo observé mientras hablaba mirándome a los ojos.- Alicia –dijo- ¿piensas que las relaciones son tan complicadas o somos nosotros los que lo complicamos todo?, porque si es así, sería inútil seguir buscando el amor.
- Si es cierto lo que dices –le respondí en tono de una broma-, me voy en este instante a cerrar el blog.
Sonreí y continué.
- Yo sí creo que el amor existe– le dije y continuaron las intervenciones del público.
Llegué contenta a casa esa noche. Mis padres, a los que en esta época del año veo poco por mis interminables horarios de trabajo, habían ido a saludarme y de paso a ver una buena película. Este tipo de demostraciones de cariño de parte de ellos nunca dejan de conmoverme. Iba a apagar la computadora que se había quedado bajando un disco de Dream Theater, cuando encontré otro correo en mi bandeja. Era el Chico Tímido disculpándose por no haberse despedido. Casi me caigo de la silla. Yo era realmente el colmo de las despistadas y él terminó autoproclamándose el presidente del club de los chupados. Por segunda vez yo no lo había reconocido y él había huido apenas terminó el diálogo.
Fui a dormir tratando de armar el rompecabezas del Chico Tímido. Si me escribe, es porque espera que le responda; si ha ido al conversatorio, es porque quiere verme. ¿Estaba jugando a las escondidas? Yo que siempre he sido curiosa, como la Alicia del cuento, sentí que un conejo había aterrizado en mi vida que anda tranquila; también pensé que no quiero un roedor con sombrero y reloj, o cualquier otro personaje animado que cargue con maletas del pasado, y no hace mucho el Chico Tímido me había hablado de una mochila reciente. ¿Ya habría superado el asunto? ¿Consideraba acaso que ya era momento de salir al mundo de los solteros otra vez?
Sin embargo, el Chico Tímido se las arregló para poner mis emociones entre la espada y la pared con un detalle que ametralló a mi lado racional y lo dejó hecho melcocha. Hace unos días, recibí un link que me llevó a su blog (sí, también es blogger). Había escrito sobre el día que nos cruzamos. El post se titulaba “Himalaya”. Sonreí. Recordé una conversación en la que le pasé una canción del mismo nombre y le dije que me gustaba una frase: “Si juras que no te rajas, apuesto por ti un millón”. El subtexto del post era el mismo: Yo me atrevo, ¿te atreves tú?
Además, entre sus líneas encontré tres cosas que juntas me pueden volver loca: inteligencia, humor y una muy particular sensibilidad.
Apenas lo vi conectado, le hablé por el chat:
-ALI DICE: Hey, gracias
-CHICO TÍMIDO DICE: De nada
- ALI DICE: Nadie me había escrito algo tan bonito.
- CHICO TÍMIDO DICE: ¿En serio?
- ALI DICE: En serio
- CHICO TÍMIDO DICE: ¿Ali?
- ALI DICE: …
- CHICO TÍMIDO DICE: ¿Quieres salir conmigo?
- ALI DICE: Sí.
- CHICO TÍMIDO DICE: ¿Mañana?
- ALI DICE: No puedo
-CHICO TÍMIDO DICE: ¿Pasado mañana?
- ALI DICE: Ya
- CHICO TÍMIDO DICE: ¿Te gusta comer pasta?
- ALI DICE: Me gusta todo menos el yogurt.
- CHICO TÍMIDO DICE: ¿Paso por ti a las 9?
- ALI DICE: OK
Y le escribí la dirección de mi casa. Así que tengo una cita pasado mañana. El Chico Tímido y yo nos vamos a ver, y no va a ser una casualidad.
CANCIÓN PARA IR AL HIMALAYA.
AL HIMALAYA.mp3 – ELODIO Y LOS IMPOSIBLES
Ironía del tiempo, eso lo que siento. Falta poco.