Tarapoto: Un viaje rápido para desconectarte del mundo
No necesitas muchos días. Tampoco un gran presupuesto. La ciudad de Tarapoto, en la provincia de San Martín, está a noventa minutos de vuelo desde Lima. Existe una aerolínea ‘low cost’ que te lleva a diario y entre sus múltiples atractivos se encuentra la Laguna Azul, un paraíso natural donde el plan es puro relajo y desconexión.
¿Cómo llegar?
A Tarapoto puedes llegar por vía aérea, en solo una hora con treinta minutos. La inversión varía según la aerolínea, pero nosotros viajamos con Viva Air que ofrece pasajes desde US$35 por tramo.
La tarifa Viva, la más económica, te da derecho a viajar con una mochila de 40x35x25 c.m. en cabina y sin costo. Así que prepárate a comprimir todo y olvidarte de los ‘por si acaso’. Como se trata de un destino caluroso, no requieres mucha ropa ni materiales tan gruesos.
También llegan a este destino Latam, Star Perú y Peruvian Airlines. Los buses tardan 28 horas desde la capital y cobran desde S/100 por tramo.
¿Dónde quedarse?
La ciudad de Tarapoto es tan calurosa como ruidosa. Por eso, te recomiendo elegir un hospedaje con piscina, como para refrescar los 28ºC de temperatura promedio, y alejarte del centro lo más que puedas, para no escuchar los ruidos del tránsito lleno de mototaxis.
Un lugar que cumple con ambos requerimientos es el Coconut Tarapoto, Eco Bungalows & Lagoon Pool que está ubicado a solo 10 minutos del aeropuerto y también a diez minutos de la Plaza de Armas, pero que da la impresión de estar en medio de la selva.
Su propietario, Reynaldo Thais, nos recoge del aeropuerto así que nos ahorramos la movilidad y vamos conociendo detalles del destino en el trayecto. La bienvenida llega con un coco helado y en seguida recorremos el lugar que cuenta con seis búngalos y dos apartamentos rodeados de palmeras.
Mientras caminamos por las dos hectáreas de terreno verde que abarca el ecolodge, Reynaldo se confiesa un enamorado de la selva. Atraído por la tranquilidad que se respira por esos lares, dejó Lima junto a su esposa para construir su sueño bajo el cielo tarapotino. En solo año y medio, Coconut ha logrado una ocupabilidad de entre 80% a 90%.
Minutos después disfrutamos de la protagonista del lugar, una piscina de tipo laguna que tienes que disfrutar. Cae la noche y el hotel se ilumina con energía solar, lo que le da un aire todavía más tropical.
¿Qué hacer?
Si planeas desconectarte escápate a la Laguna Azul, un espejo de agua ubicado en el distrito del Sauce, a un par de horas de la ciudad de Tarapoto. Uno de los lugares mágicos del Perú que fue bautizado con ese nombre por su parecido al escenario natural de la famosa película protagonizada por Brooke Shields.
Aunque en la ciudad ofrecen tours de un día, lo mejor es quedarse al menos una noche para disfrutar del silencio de la selva y las vistas de ensueño. La Laguna Azul está rodeada de una docena de hoteles y nosotros optamos por el Maloca Inn, que está en la lista de destacados de Booking.
Maloca Inn cuenta con habitaciones dispuestas en edificaciones de dos plantas, una piscina que mira a la laguna y un muelle ideal para ver el atardecer. Sus tarifas incluyen desayuno. Hay una promoción de 4 días y para dos personas que cuesta S/640 e incluye un paseo en bote y una excursión a los baños de barro de Don Grimaldo. Además, los alumnos y exalumnos de la universidad de Lima gozan del 20% de descuento hasta el 1 de julio de 2019. Las promociones no son válidas ni en feriados ni fines de semana largos.
* Para llegar a la Laguna Azul debes tomar los colectivos que parten de la carretera Fernando Belaunde Terry s/n, Banda Shilcayo. Los colectivos cobran S/15 por pasajero y tardan una hora y media en llegar. Desde el paradero en Sauce hasta la laguna son S/2 en mototaxi.
Más planes
A la mañana siguiente, toma una embarcación para conocer el Ecoparque La Soñada, un centro ecológico de 150 hectáreas que ha sido creado por Michele Lettersten para recuperar especies oriundas y que el viajero se encuentre con la naturaleza.
Junto a Alberto Jimenez, nuestro guía apodado ‘el Chamo’, recorrimos el mariposario y el orquideario, donde las estrellas son nativas. También reconocimos la planta del cacao, que crece en estas tierras, tostamos las semillas, las trituramos y elaboramos nuestro propio chocolate. Una faena didáctica y sobre todo divertida.
Como la selva es una farmacia natural, tienen un espacio exclusivo para las plantas medicinales con las que elaboran esencias y productos de belleza para la venta. La visita termina en el mirador donde exponen 33 esculturas del artista Felipe Lettersten, que viajó a retratar a 283 etnias de Perú, Brasil y Colombia.
No te vayas sin pasear en bote y visitar el caserío 2 de Mayo, el único a orillas de la Laguna Azul. Toma fotos del atardecer. Apaga tu celular. Escucha a la naturaleza y renueva energías bajo el sol o la lluvia ligera. Porque así como en el amor, en la guerra al estrés todo vale.
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