Turquía: Amor a Primera Vista
Visité Turquía por primera vez porque consideraba que era un país interesante, un lugar que tenía que conocer y un check más en mi lista personal de viajes. No imaginé, en 1999, que se convertiría en un destino al que volvería una y otra vez. Ya van seis veces y estoy seguro de que seguiré yendo.
Aquel primer encuentro fue muy particular, sobretodo porque fue la primera vez que hice un viaje largo solo. A las advertencias y preocupaciones de mi familia, tenia que agregar mi propio miedo a lo desconocido y a la soledad de pasar un mes solo en un lugar tan “diferente”. A alguien se le ocurrió hablarme de la película “Midnight Express” que habla de las experiencias de un viajero que es encerrado en una cárcel turca. Si bien yo no tenía planeado probar drogas, ni mucho menos contrabandearlas fuera del país, ver la película fue una fuente suplementaria de ansiedad. Sin embargo, mi primer viaje a Turquía fue estupendo. No solo no vi el interior de ninguna prisión turca, sino que quedé maravillado por el lugar, por sus atractivos y por su gente.
¿Cómo describir Turquía? Comencemos por el hecho de que presenta un cruce inmenso de culturas y civilizaciones. Allí surgió una de las primeras ciudades de la humanidad, Çatalhöyük. Aquellas tierras han albergado o recibido a los Hititas, Griegos, Romanos, Bizantinos, Cruzados, Armenios y Otomanos. Estas y otras civilizaciones han dejado una huella tanto en el paisaje como en la gente. Por ejemplo, en Estambul se pueden observar los rascacielos más altos de Europa y también múltiples murallas bizantinas construidas hace unos dos mil años.
La sociedad turca está dividida en dos: por un lado están los tradicionalistas, por el otro los seculares. La yuxtaposición entre tradición y modernidad está latente en todas partes. Para los seculares la religión es un valor privado y desean mantener a la sociedad lejos de su influencia. Por su parte, los tradicionalistas desean ver los valores del Islam reflejados en la sociedad; aunque las encuestas indican que la mayor parte de esta se opone a la idea de vivir en una república islámica. En algunos lugares, tales como el barrio de Fatih en Estambul o la ciudad de Konya, se puede ver gente muy conservadora. Al estar allí, uno parece haberse trasladado a UN país mucho más conservador, como Irán. En otros lugares, como la zona comercial de Bagdad Cadesi, ubicada en la parte asiática de Estambul, uno siente que está en un lugar como Marbella: no se ve un solo velo a la vista y la gente está vestida a la última moda internacional. En la mayor parte del país predomina un equilibrio entre ambos extremos.
El nivel de vida en Turquía ha subido mucho en las ultimas décadas y hoy en día la mayor parte de turcos viven en modernos departamentos.
El señor de la imagen es Mustafa Kemal Ataturk (padre de los turcos) y su foto se puede apreciar en edificios oficiales, negocios, casas y banderas. Ataturk fue el fundador de la república Turca en 1923 y salvó al país de ser desmembrado por los griegos, franceses e ingleses tras perder la primera guerra mundial. Ataturk instauró medidas para occidentalizar y modernizar el país, tales como la adopción de apellidos, la secularización del estado, la prohibición del velo en edificios públicos y el voto femenino, entre otros. Hasta hace poco, las élites gobernantes pertenecían a la corriente Kemalista o secular, pero la inmigración masiva de gente proveniente del interior del país hacia las ciudades y su enriquecimiento catapultó al partido islamista moderado del AKP al poder.
Independientemente de su tendencia política, una característica de los turcos es su hospitalidad y buen humor. Me sobran anécdotas de turcos que me han invitado a comer, a tomar un té o han llamado a un taxi y le han pagado para que me lleve a donde tenía que ir. Aún sin hablar el idioma, la gente transmite un sentimiento de bienvenida y bondad (salvo algunos taxistas en Estambul y uno que otro vendedor de alfombras).
Otro elemento constante de la cultura turca es el té servido en pequeños vasos de vidrio. En cada esquina parece haber una casa de té que envía a sus empleados cargados de azafates a los negocios del barrio.
El amuleto del ojo azul de vidrio sirve para ahuyentar al mal de ojo y se puede observar colgado en autobuses, combis (llamadas dolmus) y tiendas.
Los mercados cubiertos o bazares guardan muchas sorpresas. Si bien el mas famoso es el “Gran Bazar” de Estambul, este se ha vuelto un centro comercial para turistas, por lo cual ha perdido un poco de encanto. Les recomiendo el bazar de Sanlurfa, ubicado al sureste del país. Allí resulta fácil perderse por sus laberínticas calles y ver artesanos practicar su oficio, tal y como sus predecesores lo vienen haciendo desde hace siglos.
En calles y mercados se pueden encontrar frutas y verduras frescas. Los puestos de jugos de fruta fresca también abundan.
Para comer lo mas típico son las carnes asadas al estilo ‘kebab’, la cuales se están comenzando a hacer populares en el mundo entero.
La pastelería turca es muy dulce y utiliza almendras y mucha miel.
Turquía cuenta con muchos atractivos turísticos.
En todo el país se puede admirar arquitectura islámica en hermosas mezquitas y minaretes.
Hay varios vestigios arqueológicos como los del santuario de la montaña de Nemrut Dagh,
Las ruinas de la antigua capital armenia de Ani situada a los pies del monte Ararat.
Una de las mayores concentraciones de ruinas romanas y griegas en el mundo
Iglesias situadas en lugares espectaculares, como la Iglesia de Akdamar, localizada en una isla del lago Van.
Estambul, una de las ciudades más fascinantes del planeta.
Safranbolu, una antigua ciudad Otomana
El castillo kurdo de Ishak Pasha, situado en la ciudad de Dougbeyazit, cerca de la frontera con Irán
Las increíbles formas naturales de Capadocia
La basílica bizantina de Santa Sofía
Gracias a un eficiente sistema de transporte terrestre resulta fácil acceder a estas y muchas otras maravillas. Cada ciudad tiene una central de autobuses, donde se puede escoger entre varias empresas. Los autobuses suelen ser nuevos y muy cómodos. El servicio incluye bebidas, comida y hasta agua de colonia para refrescarse.
Los vuelos internos también son muy competitivos, gracias a la existencia de varias compañías aéreas entre ellas Turkish Airlines, ellas Pegasus Airlines,Sunexpress,Onur Air,o Atlasjet
A pesar de todos sus atractivos, Turquía es un país un tanto desconocido en el Perú. Poco a poco se van incrementando las relaciones entre ambos países. En abril de 2011 tuve el placer de asistir a un matrimonio entre una amiga peruana y un turco en la ciudad de Edirne. Tengo un amigo fotógrafo en Estambul muy interesado en viajar al Perú, pero por el momento tiene el obstáculo de la visa peruana, la cual es un tanto complicada de obtener. Lo mismo sucede con los peruanos que quieren visitar Turquía. La buena noticia es que la compañía Turkish Airlines estudia la posibilidad de abrir una línea directa entre Lima y Estambul. Ojala el gobierno estudie la posibilidad de hacer un acuerdo para eliminar las visas entre ambos países, esto nos facilitaría el acceso a un mercado de casi 80 millones de personas y haría más factible que otros peruanos también se enamoren de Turquía y de su gente.