Torneo del Inca: episodio final.
El capítulo de hoy es para Guillermo Sanguinetti. O para el soplo divino que le susurró los cambios al oído. El sábado en el Callao le salió todo al charrúa y producto de ello, Alianza está en la final del Torneo del Inca. Y quiere el ‘bi’.
[El PDF es la crónica publicada el domingo en Deporte Total de El Comercio]
Porque claro, los excesivos riesgos que tomó el técnico hoy se aplauden, pero bien pudieron costar la clasificación. Primero porque sacó del titularato a Juan Diego Li para ubicar a Roberto Guizasola y la decisión durante casi todo el partido fue cuestionada. Más cuando el lateral se durmió en el primer gol de San Martín y no incomodó a Hohberg, quien anotó el gol sin que le hicieran sombra.
Estuvo después el cambio de Mauro Guevgeozián por Julio Landauri. Era a todas luces una locura si nos remitimos a los antecedentes y sabemos que ‘Tití’ ha sido el mejor asistidor del ‘Loco de la cabeza’. ¿Quién iba a ponerlo centros precisos al armenio?
Incluso cuando Mauro, cuando estaba en la línea de cal, hizo que al otro lado de la cancha Gabriel Costa se ofuscura porque era evidente que la sustitución era por él. Entonces ya abandonaba la cancha enfadado consigo mismo -no había tenido un buen partido- y tuvieron que pasarle la voz que el cambio era por ‘Tití’. Minutos después, Costa encontró la situación de gol y la convirtió. Otro milagro de Sanguinetti.
Después el técnico decidió cerrar el partido ingresando a Josimar Atoche en lugar de Christian Cueva. Apenas era un cambio para aumentar la marca al centro, quemar tiempo y proteger a Cueva que se encuentra con carga muscular. Pero Atoche cerró la tarde con un golazo que no solo fue el empate ante San Martín, sino que cargó su tanque de combustible con toda la moral para que actúe de titular el domingo contra Vallejo en lugar del suspendido Paulo Albarracín. Milagros del ‘Topo’ 3, 4, 5…
Eso sí, sería absurdo precisar que Alianza fue superior a los santos en los 180 minutos. San Martín tuvo los mejores minutos de juego, pero Alianza alcanzó la efectividad que necesitaba para superar la llave. Le sumó el peso de su camiseta, claro que sí. Esto último es inobjetable y existe desde que el fútbol empezó a tener instituciones grandes y otras transitorias en la historia.
SE VIENE LA FINAL
A este periodista siempre le gustó más el fútbol de San Martín que el de otros equipos en el Torneo del Inca. Por eso es que indiqué que Alianza se había topado con el mejor equipo de la temporada en la semifinal, a pesar de que Vallejo tiene mejores números.
Esta final tiene una connotación parecida. Alianza 11 contra 11 no me parece que esté tan por debajo de Vallejo, aunque sí aprecio algunas carencias de los grones que se subsanan a partir de la motivación de la tribuna que tienen los aliancistas y que se dará también el próximo domingo en el Estadio Nacional.
No jugarán Gabriel Costa y Paulo Albarracín, pero estarían Jean Deza y Josimar Atoche en reemplazo; también retornará Miguel Araujo atrás. No siento que el equipo se desequilibre demsiado con estas variantes.
Reitero que este Alianza, como casi siempre, es un equipo más emotivo que funcional. Puede alcanzar un pico alto de rendimiento durante minutos y en poco tiempo mostrarse atrás como el más vulnerable.
¿Alianza puede ser campeón este domingo? Tiene la grandeza, sin embargo no se puede subestimar en ningún momento a Vallejo, que de por sí cuenta con una planilla bastante más alta y un técnico como Franco Navarro que aspira de una vez por todas a sacarse la sal con respecto a campeonatos que se le queman en la puerta del horno.
En Alianza yo apostaría otra vez por Mauro Guevgeozián como pieza de recambio. El resto de la formación está clara y no se discute. Con mucha inteligencia y corazón -sobretodo-, los grones podrían dar una vuelta olímpica y clasificarse de una vez a las semifinales de los Playoff de fin de año. El pueblo en la tribuna ha de tener fe.