Dean Ambrose: la forma en que él mismo esculpió su locura
“No hay genio sin un grano de locura”. Los genios muchas veces viven en una línea muy delgada que los separa de la demencia con el mundo real. Dean Ambrose no será precisamente el luchador más técnico ni el mejor dotado para las artes “escénicas” que necesita el wrestling, pero tiene una violencia innata que mezclada con su carisma y su locución lo hacen ser un activo importante.
“La ciencia no nos ha enseñado aún si la locura es o no lo más sublime de la inteligencia”. Es un luchador que pasó por una montaña rusa de status en su actual hogar, WWE. Fue el aparente líder de The Shield, un desterrado a los mid-card y un “es lo que hay” ante las lesiones de estrellas. Pero alguien se dio cuenta lo que vale y que su potencial es necesario: Es de esos elementos raros que todos quieren ver cómo se desarrolla. Pero, ¿cómo logró formar esa personalidad que mezcla una locura delirante que explota por no controlarse?
“No hay loco de quien algo no pueda aprender el cuerdo”. Ambrose es un ser único de 29 años. Tiene más de diez años sangrando en cuadriláteros. Pese a que ya tenía un bagaje, él tomó una vía que le hizo aprender el valor de dejarlo todo por el negocio, de enseñar que todos le tienen que respetar, porque él siente que se lo merece, a construir promos que lleguen al público y que solo él construye su “cinturón de campeón”: esa vía se llamó “Combat Zone Wrestling”.
“Loco es el hombre que ha perdido todo menos la razón”. Vagando por Internet, llegué con un documental de la carrera de Ambrose cuando se hacía llamar Jon Moxley en CZW: un territorio especializado en el estilo ultra violento. Tierra en la que Terry Funk es el ejemplo a seguir y que hizo pensar a Mick Foley que Ambrose era su “descendiente” natural en WWE.
No encontré mejor forma de hablar de Ambrose que compartir su trabajo desde 2009 hasta que finalmente WWE se interesó en él y lo llamó a sus filas, dos años más tarde (cabe precisar qué en YouTube no está el documental completo, pero lo que se puede encontrar y se puede compartir es bastante significativo).
Su educación sangrienta y esa violencia que siempre será necesaria para ser un gran wrestler es lo que lo llevará a ser campeón mundial de WWE algún día. Puedo afirmar eso desde este espacio. Ese día llegará, tal y como el mismo Ambrose lo dijo aquella noche del Money in The Bank el pasado 15 de junio en el Nationwide Arena, en Columbus, Ohio, frente a más de 15 mil personas:
“Cuando robé ese título unas semanas atrás, se trataba de respeto, de tomar lo que sientes te has ganado. La vida no siempre es justa, yo soy de aquí de Ohio y ustedes saben que la vida es dura. No pueden conseguir un préstamo para comprar un auto por un tecnicismo, por eso ahora debes caminar a tu trabajo y tus hijos caminan hacia la escuela, por un tecnicismo. Tu jefe te mandonea a pesar que eres mejor que él en su trabajo, pero él es el jefe… por un tecnicismo. Por eso cuando tomé el título mandé al demonio los tecnicismos, fue tomar lo que me pertenecía, lo que mereces, lo que te has ganado.
Hoy perdí justamente, subí la escalera y no me gustó lo que sucedió cuando caí a la lona. Perdí y soy lo suficientemente hombre para admitirlo. Así que voy a arreglar estas piernas, volveré a levantarme y algún día seré el campeón mundial. ¡No habrá papeleo, no habrán tecnicismos, ni alguna mierda que me detenga!”
“Si el loco persistiese en su locura se volvería sabio”. Ambrose es el enemigo y rival natural de Seth Rollins. Lo fue así cuando llegó a FCW y quería arrebatarle el título de la zona y lo es y va a seguir siendo ahora que ambos están siendo los abanderados del cambio generacional de WWE.
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