La Quai du Mount Blanc en Ginebra
Hace mucho calor en Ginebra hoy día, 28 grados C.
Ya las delegaciones que vienen al Congreso Mundial de Cáncer se están preparando para la inauguración que será esta tarde y mientras espero noticias frescas relacionadas al cáncer, quiero contarles algunas cosas que he visto por aquí.
Le digo que nos visite frecuentemente en el blog porque en los próximos días pienso ir poniendo algunas notas sueltas relacionadas al cáncer y a la ciudad de Ginebra.
Quiero empezar hoy día con mis observaciones en una importante calle de Ginebra, la Quai du Mont Blanc.La Quai du Mount Blanc es una avenida larga que circunda gran parte del lago Ginebra, una especie de malecón de la Costa Verde con el agua para un lado y el centro de la ciudad para el otro.
Lo interesante de la Quai du Mont Blanc es que en ella la riqueza y la clase media (porque la verdad es que hasta ahora no he visto pobreza evidente en esta ciudad) coexisten amablemente, a pesar de que la evidente diferencia socioeconómica se expresa sin piedad en las tiendas, los hoteles, los carros y los restaurantes a uno y otro lado de la calle.
El lado de la avenida Monte Blanco que da a la ciudad tiene restaurantes cuyos platillos promedian los 50 o 60 francos suizos (el cambio con el dolar está casi uno a uno), llegando algunos de ellos a los 150 CHF (abreviatura de franco suizo). Por supuesto que cada platillo debe ser una delicia, pero ese no es el punto de esta nota…
En esta foto se ve como las mesas al aire libre de los restaurantes caros usan arbustos para aislarse solapadamente del tránsito callejero…
Por su parte, al otro lado de la calle, la gente (mayormente musulmanes y turistas con billeteras medio vacías) consume sus alimentos en restaurantes populares a la orilla del lago. Usted nota que están realmente contentos, que están gozando de una buena comida, ríen, se expresan, gesticulan con gracia.
En estos restaurantes populares, muy limpios y bien cuidados, un buen sánguche de jamón, queso y tomates cuesta alrededor de 7 CHF y una latita de cerveza cuesta 5 CHF. También venden salchichas suizas, pizzas y otros deliciosos platillos italianos.
Y no faltan los heladitos, que son una verdadera delicia…
Caminando por la Quai du Mont Blanc, usted ve que la gente entra a los caros restaurantes del lado izquierdo de la avenida, desmontándose de bellísimos carros de lujo.
En un momento dado se puede ver que las personas más pudientes que salen de los restaurantes caros cruzan la avenida y se pasean por la orilla del lago y se sientan en las bancas a gozar del aire puro, mientras que los menos pudientes pasean por el otro lado de la avenida mirando los restaurantes de lujo y pensando quizás que les gustaría entrar allí.
Lo interesante de todo y el motivo de esta nota es que al parecer, los unos y los otros se toleran sin mayor problema; se ceden el paso en la calle con mucho respeto, se sonrien genuinamente si se tropiezan, es decir, parecen aceptarse los unos a los otros sin problemas, viviendo sus vidas sin fijarse en los demás.
La historia de Ginebra dice que ésta es una ciudad que se ha caracterizado siempre por abrirle sus puertas a los refugiados y es uno de los centros mas importantes de tolerancia europea.
Creo que el pasear por la Quai du Mont Blanc me ha permitido darme cuenta de que esta antiquísima ciudad mantiene todavía intacto su sentido de tolerancia y convivencia.
Ah, y hablando de salud, porque al fin y al cabo este es un blog de salud, les cuento que si a alguien en Suiza le da un cáncer, tiene acceso a las mismas medicinas y a los mismos tratamientos de su enfermedad; independientemente de que vaya a los caros restaurantes del lado izquierda o a los “pobretones” del lado derecho de la calle.
Quizás el pudiente se cubra en batas de seda y el menos pudiente en batas de algodón, pero ambos tienen batas con qué cubrir su desnudez cuando están enfermos, y son seres humanos que tienen acceso a la misma posibilidad de recuperarse para seguir acudiendo a su restaurante favorito, ya sea en el lado derecho o en el lado izquierdo de la Quai du Mont Blanc…
Les seguiré contando…