Aumento de impuesto a los cigarrillos: ¡Cuidado con los cavernarios!
Es increíble darse cuenta cómo en los últimos años, la lucha contra el tabaco ha pasado de las clásicas y atemorizantes advertencias de salud al campo económico. En este nuevo campo de batalla, a pesar de que EE.UU. y otros países adelantados llevan la ventaja; es alentador ver cómo muchos países de medianos ingresos económicos, como el Perú, están aprendiendo rápidamente. Pero hay que tener mucho cuidado con los cavernarios…
La lucha contra el tabaco se hace porque el cigarrillo constituye la primera causa de enfermedad prevenible en el mundo. Y es que casi 6 millones de personas mueren cada año por fumar cigarrillos, calculándose que en el Perú, diez mil personas mueren anualmente por fumar, número que equivale a 28 personas cada día.
Una de las acciones más efectivas y científicamente comprobadas para alejar el cigarrillo de las manos de niños y adolescentes es aumentar el precio de los cigarrillos (otras incluyen la educación escolar, la protección del aire en lugares cerrados y la prohibición de propagandas de tabaco). Ese aumento de precio lo ejecutan los gobiernos responsables elevando el impuesto a los cigarrillos. Al aumentar el impuesto, aumenta el precio del producto.
Por más increíble que parezca, cuando se discuten ese tipo de acciones en países adelantados, los representantes de la industria del tabaco casi nunca aparecen en los medios de comunicación. El prestigio y la credibilidad de los ejecutivos o portavoces de la industria tabacalera ha llegado a un punto tan bajo que ya no se atreven a opinar en público, nadie les cree. Algunas veces, solo sus portavoces (generalmente políticos subvencionados por la industria) emiten alguna opinión, siempre corriendo el riesgo de que sus electores los consideren “vendidos” y ya no los reelijan.
Recientemente se anunció que se aumentará en 50% el Impuesto Selectivo al Consumo de los cigarrillos en el Perú, una medida que sin duda tendrá un impacto positivo en el futuro de la salud pública del país. La reacción de la industria tabacalera peruana y sus portavoces es digna de analizarse.
Por ejemplo, algunos días antes de que se anunciara el aumento de los impuestos, un ex ministro de Economía declaraba en un influyente foro radial que esa sería “una pésima idea”. Decía el economista que esa medida “sonaba bonito” pero que “solo iba a favorecer a los empresarios chilenos” (¿existe alguna manera de crear más zozobra en el público peruano que sembrarle la idea de que Chile va a salir ganando a costa del Perú?). El economista fundamentaba su idea diciendo que al aumentar los impuestos, el contrabando de cigarrillos iba a aumentar, y que por eso el Estado iba a recaudar menos dinero y que los únicos ganadores iban a ser los chilenos.
En países adelantados, cuando se discute este tema, el debate empieza con la premisa de que la medida va a favorecer la salud pública y que el contrabando que se origine, deberá ser controlado. Nadie (excepto algunos cavernarios) dice que esa es una “pésima idea”.
Luego de anunciado el aumento de impuestos, el gerente de Asuntos Corporativos y Regulatorios de la British American Tobacco declaró que esa era una “medida precipitada y requiere de un mayor análisis”. Por su parte, el representante de la Comisión de Tabaco y Contrabando de la Sociedad Nacional de Industrias dijo que “esta medida afectará el negocio del tabaco en el Perú, precisando que ello aumentaría el contrabando”. En un arranque de audacia, el representante de la industria tabacalera, concluyó diciendo que no parará hasta llegar al Tribunal Constitucional para evitar el incremento de los impuestos.
¿Se dan cuenta, estimados lectores, cómo coinciden los argumentos del ex ministro de Economía y de los representantes de la industria del tabaco?
Lo mismo sucedió cuando se discutía el asunto de la implementación de los espacios libres de humo en bares y restaurantes en el Perú. En este artículo en El Comercio, con fecha del 21 de marzo del 2009, el gerente de asuntos corporativos de la British American Tobacco (BAT) le mentía al publico peruano diciendo que esa medida haría que los bares y restaurantes pierdan dinero porque el público fumador “dejaría de consumir en sus locales”. ¡Qué increíble, otra idea cavernaria!
Ese argumento, que solo pretende infundir miedo a los empresarios, ha sido ampliamente rebatido en cada localidad en la que los bares y restaurantes implementaron medidas para proteger el aire de los que no fuman (que dicho sea de paso constituyen la gran mayoría de las personas). Ese tipo de ideas se esgrimían en EE.UU. y otros países adelantados 10 a 15 años atrás, cuando no muchas localidades habían implementado esas saludables medidas.
Después de que se demostró que los bares y restaurantes en California, Florida, Colorado, Nueva York y otros estados de EE.UU. y países en el mundo aumentaron sus ingresos económicos al convertirse en lugares saludables para la familia, el argumento de que el negocio va a perder dinero no se usa más. En este artículo se discute el beneficio para los negocios en Londres y Nueva York. Hasta en Irlanda, los famosos pubs irlandeses están haciendo más dinero porque ahora tienen más gente.
Es por eso que es increíble ver cómo en el Perú, la industria del tabaco y sus portavoces aparecen en los medios de comunicación insultando la inteligencia de los peruanos usando argumentos antiguos y ya superados. ¿Es que acaso no se dan cuenta que los peruanos estamos también viviendo en un mundo globalizado y que la información cruza fronteras en milésimas de segundo a través de Internet?
Como información general, les copio la lista de las ventajas para la salud pública (y para el Estado) que se derivarán del reciente aumento de impuestos firmado por el Presidente Obama en el 2009.
• Número de niños viviendo ahora que no se volverán fumadores: 1’992.000
• Número de nacimientos que no serán afectados por los efectos del humo del cigarrillo: 248.000
• Número de fumadores que se salvarán de morir por el cigarrillo: 905.000
• Ahorros durante los próximos años por:
o Menor número de embarazos afectados por el cigarrillo: 423.000 millones de dólares
o Menor número de infartos cardíacos y derrames cerebrales: 493.300 millones de dólares
• Ahorros totales a largo plazo: 44,500 MIL millones de dólares.
En el Perú, se ha documentado que cada año, el cigarrillo hace que se pierdan aproximadamente 83 mil años de vida saludable en sus pobladores. Esa cifra representa unos 208 millones de dólares en pérdidas de fuerza productiva para el Estado por cada año. El Perú recauda aproximadamente 100 millones de dólares al año por el impuesto al cigarrillo y pierde 208 millones de dólares durante ese mismo tiempo. No se necesita ser ningún sabio para darse cuenta que más es lo que se pierde que lo que se gana.
Por último pensamos que el recientemente anunciado ingreso extraordinario por el aumento al impuesto de los cigarrillos debe ser destinado a financiar el trabajo de la Coalición Multisectorial Perú Contra el Cáncer, una organización que tiene la misión de cambiarle la cara al cáncer en el país. Esta Coalición, un verdadero orgullo para el Perú, es única en su género en América Latina y está ahogándose por falta de fondos para cumplir su misión. El destinar el dinero de los impuestos al cigarrillo a la Coalición sería un ejemplo increíble para otros países del mundo.
La lucha continúa pero hay que tener mucho cuidado con los cavernarios que se oponen todavía a que en el Perú se cambie la norma social: lo normal es NO fumar.