Lorena Vásquez, master blender y matriarca de ron Zacapa
Luego de 7 años, Lorena Váquez, master blender de la casa ronera Zacapa de Guatemala regresó de visita al Perú y ha quedado sorprendida de los enormes cambios que se dan especialmente en la gastronomía. Lo hizo para dirigir la cuarta clase maestra que abordó cómo se elabora este exquisito ron. Otra razón fue integrar el jurado que calificó a los bartenders participantes en la cuarta fecha de la competencia para elegir al representante nacional que irá con la camiseta peruana a pelear el título de campeón mundial.
Química farmacéutica de profesión sintió que lo suyo más que la medicina era con los productos de la buena mesa, por ello hizo una especialización en alimentos. “Es que en lugar del olor de los remedios, prefiero los aromas del mar, de la montaña, de los cítricos” me dice. Gusta de los sabores exóticos, poco comunes, por eso sus frutas favoritas son el mango, la chirimoya, la guanábana.
Solo usa perfumes los fines de semana, cuando no está trabajando, catando de las distintas barricas, así las fragancias no interfieren en su trabajo cotidiano. Los olores determinan su estado de ánimo marcando su mundo de emociones y sensaciones. Las especias la ponen alegre y feliz, el del sándalo la molesta. Aunque no tiene un perfume en especial, recuerda Air du Temps de Nina Ricci porque la lleva irremediablemente a su niñez y adolescencia.
Reconoce que la naturaleza es sabia, no puede comer nada muy ácido pues se le va la voz e irrita la garganta. Tampoco nada muy frío, ni agua helada, menos con hielo, debido a la alta sensibilidad que tiene. No fuma y es alérgica a la piña y aunque suene increíble, la cebolla amarilla le produce taquicardia. ¿Sera por eso que sus sentidos son excepcionales?
Justamente para mantenerlos en forma, su entrenamiento es cotidiano. Recurre a los aromas de cocina, de lo cercano y no se lleva nada a la boca si no lo huele antes así rompa con el manual de Carreño. Toma solo del buen café, sino lo es, prefiere una infusión, especialmente el té verde (tibio) para limpiar sus sentidos cuando está catando.
Madre de dos hijos que han vivido con ella un buen tiempo en la misma destilería, crecieron entre barricas y hoy sus sentidos son tan agudos como los de su madre. Sobre la maternidad, Lorena dice que tiene más de dos hijos. Para ella los rones de Zacapa que elabora de alguna son sus hijos también y no oculta su emoción al decirlo (sus ojos se llenan de lágrimas) aunque esto genera celos en los otros. Lleva 30 años trabajando para la destilería y desde el 2013 tiene la nueva responsabilidad de hacer nacer un “hijo” cada año. Se trata de un ron de reserva limitada, de producción pequeña cuya venta está dirigida a algunos países de Europa y Guatemala.
El equipo que lidera es conformado por mujeres, tanto en la producción como en el control de calidad. Lorena viene formando a estas damas que se encargarán de los “hijos” cuando ella no esté. Es un matriarcado que ella prefiere, afirma con firmeza que las féminas somos más sensibles, más dedicadas, ponemos devoción, paciencia y pasión que resulta un tanto difícil encontrar en los varones. No le falta razón.