Las mascotas también nos manipulan
Foto: Dave Morris
Los médicos especialistas en animales de compañía somos los que estamos en vitrina dando examen diario a las mascotas de muchas personas. Nosotros comprendemos día a día las dolencias y comportamiento de nuestros pequeño pacientes.
Como no podemos saber del hocico de ellos qué dolencias tienen, recurrimos a sus dueños, aunque muchas veces no nos ayudan en las respuestas que necesitamos. Es un reto para nosotros tener la información necesaria para contrarrestar el problema.
Previa a esta introducción contaré un caso clínico. Se trataba de un perrito Shitzu de dos años que tenía tos nocturna. Por su edad, sospeché de una tos cardíaca o colapso de tráquea. Nunca lo vi toser en la consulta pero su dueño lo traía en la madrugada, asustadísimo por esa tos de su engreído. Cuando revisábamos al animalito no encontrábamos nada raro. Con mis colegas hicimos una junta médica y por supuesto teníamos 500 diagnósticos distintos.
Un día el simpático animalito estaba en la clínica y por primera vez lo escuché toser. El dueño se levantó y comenzó a frotarlo y rascarlo, y la tos paroxística paró de golpe. Recién allí me di cuenta de lo que pasaba: cuando el perrito quería que le soben su cuero, tosía para después subir a la cama de su dueño, quien hacía exactamente eso, lo sobaba. Era una conducta aprendida para buscar cariño.
El tratamiento fue no hacerle caso cuando tosiera porque este bandido fuera del susto que provocaba en su dueño, podía manejarlo a su gusto.
Tengan cuidado con los pequeños manipuladores, pero presten atención a una importante cuestión: primero deben estar seguros de que se trata de una manipulación. Para ello conversen con el médico veterinario, él se dará cuenta de lo que le sucede a su perrito. No vaya a ser que achaquemos este engreimiento a una verdadera enfermedad.