Había una vez un perro pekinés
Un día Dios estaba creando todos los animales del mundo y de repente llegó la mona, quien le dijo:
- Dios, me he enamorado.
- ¿De quién?, respondió Dios.
- Me he enamorado del león y quiero casarme con él, dijo ella.
- De ninguna manera, si te quieres casar deberá ser con un mono, indicó Dios. Desde ese día la mona no dejó de tocarle la puerta para que le diera el permiso de casarse con el león. De tanta insistencia Dios aceptó y la mona se casó con el león. Pasó el tiempo y salió embarazada. Un día la mona estornudó y nació la cría. ¿Quién era esta criatura? El pekinés, animal que tiene el aspecto y la bravura del león pero la agilidad y la inteligencia de la mona.
Esta narración refleja parte de la mitología que se creó en China con relación al origen del perro pekinés.
Este ejemplar es una de las razas de perro más populares de nuestro medio. Es de origen chino. Fue mascota de emperadores, pues solo pertenecía a los nobles, quienes lo mimaban llevándolo en brazos. No salió del país sino hasta principios del siglo antepasado en que los ingleses lo sacaron de la China.
El pekinés tiene aspecto de un león pequeño. Es un perro de un temperamento fuerte y nervioso, pero es muy cariñoso con su dueño, y tiene pelo largo, ojos prominentes, cola peluda, nariz chata y tamaño pequeño.
Si tienes una mascota de esta raza deberás saber que es temperamental porque es valiente a pesar de ser pequeñito. No le tiene miedo a nada. Puede buscarle la pelea a un perro de tamaño grande a pesar de la diferencia de cuerpo.
Es muy importante que cuides sus ojos porque es muy propenso a contraer enfermedades en esa área, como por ejemplo la conjuntivitis.