La ‘telellorona’ de mamá (I)
Antes de encender el televisor, y buscar el canal 9 para no perderse el imperdible capítulo de “Cristal”, Angélica (mi madre) buscaba conciliar con un indomable niño de 7 años que no quería irse a dormir. Me llevaba al dormitorio, me recostaba y me hablaba siempre de todas esas cosas “maravillosas” que me esperaban al día siguiente. Minutos después, cuando Rudy La Scala se asomaba con “Mi vida eres tú”, terminaba dándose por vencida. No le quedaba otra que sentarme a su lado hasta que finalizara el último programa (mejor dicho, telenovela) que quería ver. Nunca llegué despierto a los noticieros.A mediados de los ochenta, las telenovelas venezolanas y mexicanas ocuparon horarios estelares en la televisión de señal abierta. No había cable y las familias peruanas, obligadas a estar en casa por algún toque de queda, se sentaban a las nueve de la noche en la sala o el comedor para primero escuchar al andrógino Rudy La Scala (juro que por muchos años pensé que era mujer) y después ver cómo la pánfila Jeannette Rodríguez sufría por amor durante una hora diaria. Por esos años también, Verónica Castro regresaba nunca tan achorada con “Rosa Salvaje” y la “Quinceañera” nos dejó una canción que veinte años después sigue siendo coreada hasta en comerciales de TV. Era demasiado.
Han pasado más de dos décadas desde aquella vorágine de cursilería. Hoy es probable que muchos de nosotros nos avergoncemos al reconocer que, obligados o no por la agenda televisiva familiar, esperábamos por las tardes los furibundos besos que les propinaba Alba Roversi a sus galanes en “Amazonas” o que nos grabamos para toda la vida la canción símbolo de “Ligia Elena”, la eterna “Solo pienso ti” de Guillermo “Nacho” Dávila (a quien desde niño le atribuí un severo parecido al futbolista uruguayo Enzo Francescoli).
Antes de los noventa, es decir antes de que se grabe la segunda versión de “Natacha”, con la rubia Maricarmen Regueiro y su inverosímil papel de doméstica con ojos azules y con acento venezolano, en el Perú también hubo una producción importante de telenovelas, casi todas extraviadas en el tiempo. ¿Alguien se acuerda de “Paloma” o “Solo por ti”? ¿Alguno de ustedes guardará videos de la improbable “Kiatari”?
De todo ese estofado de melcocha me quedo con “Topacio”. No me hablen del afiebrado argumento, ni del atontado coprotagonista (Víctor Cámara), mucho menos me pregunten por Carlos Mata y su balada “Que por qué te quiero”. “Topacio” era Grecia Colmenares y eso para mí es y será suficiente. Ella, para mí, no solo era más bonita que las otras, sino que además perturbaba con esa cara de yo-no-soy-tan-buena-como-parezco que me deja alucinado hasta hoy. Hace poco me enteré que la Colmenares se había casado por primera vez a los 16 años. Allí comprendí todo.
Aunque muchos hoy los odiemos, estos insufribles ‘culebrones’ nos acompañaron de niños o adolescentes y eso nadie lo podrá cambiar. Por suerte, en 1988 se estrenó “Vale todo” en el Perú y los brasileños nos entregaron un poco más de inteligencia a la hora de proponer una trama. Pero esa es otra historia.
¿Cuál fue la ‘telellorona’ que veía tu querida madre? ¿Cuánto porcentaje de nuestra actual sensibilidad le debemos a las telenovelas de Delia Fiallo? ¿Cuántas madres, como la mía, dejaron que sus hijos perturben sus sentidos con diosas como Grecia Colmenares? ¿Cuál fue la última telenovela que viste? ¿Cuántos se creen galanes por cortarse el cabello como Carlos Mata o por tener los bigotes de Andrés García?
¿Te quedas con las venezolanas, las argentinas, las mexicanas, las peruanas o las brasileñas? Me refiero a telenovelas, por supuesto. Mi voto es para Brasil (perdóname “Topacio”).
[Este video es, sin duda, el infaltable en este primer post. Es Carlos Mata cantando "Que por qué te quiero". Un homenaje al "queísmo" que aparecía al final de cada capítulo de "Topacio". Maldita ternura]
[Rudy La Scala y su esencial "Mi vida eres tú", canción de entrada de "Cristal". Pongan play y díganme si en 1987 fui un niño malpensado que daba por descontado que la voz era de una señora de cuatro décadas]
A pedido del público, los dejo con esta joyita. Jorge Rigó y su venerado hit: “Sola”, canción de entrada y final de “Amazonas”. La calidad no es de las mejores, pero la bendita canción se deja escuchar y el valor agregado es que en este trajinado video se aprecian extractos del último capítulo de esta ‘telellorona’.