Grupos de “M”
Los hijos negados de Menudo
“¿Te rapo? ¿Quieres que te rape?”. Con la máquina “corta pelo” como instrumento de poder en la mano derecha, la señora Vicky pedía mi aprobación para ejectuar un delito imperdonable. Aquella estilista de barrio había visto muchas veces “Siempre en domingo” y creía que esos quintetos de adolescentes desafinados dictaban los cánones de la estética. En su desarreglado salón de belleza, la doña hizo del corte “honguito” su bandera y de nosotros, sus parroquianos, las víctimas diarias de los grupos del momento. Esa tarde, un día antes de comenzar mis clases de segundo de secundaria, convirtieron mi decente y varonil raya al costado en un impresentable casco de minero. La señora Vicky decía que era el corte de moda. En el colegio a quienes osamos a usar ese andrógino peinado, los pasillos nos saludaban con un “habla Magneto monse” o un “buena… mi querido H2O”.Todo adolescente tuvo su propia versión de grupo cinco. Vestidos con retazos coloridos y con el play back como salvavidas, se presentaban en programas musicales o en programas de concursos. Desde México, Puerto Rico o Venezuela, quintetos con nombres que tenían como principal referencia a la tabla periódica de los elementos. Grupos de “M” como Mercurio, Magneto y H2O (que lleva la “m” en sus “malísimas” canciones ) nacieron entre los ochenta y noventa como niños probetas fallidos. ¿Alguien habrá pensado en formar el grupo Magnesio o al quinteto juvenil Molibdeno? Podría decirse que eran los hijos negados de Menudo (grupo que será citado muy poco porque estarán en un post aparte). Una suerte de experimentos colmados de canciones preproducidas, de castings exigentes y de astutos promotores. Eran los muchachos que daban la hora. Las chicas corrían tras ellos, los chicos simplemente los convertían en sus primeros enemigos.
Quizá en un festival por “el día de la primavera” te obligaron a ser uno de ellos. Te peinaron con gel de cinco soles, te pusieron el saco de tu hermano (o peor, el de tu hermana), maquillaje, mucho maquillaje y días enteros de ensayos para aprenderte las tontas coreografías de “40 grados” o de “Vuela vuela”. Aceptabas porque no te dejaban elegir, porque boicotear una actuación del colegio era tan faltoso como ese cubano del taekwondo olímpico que molió a patadas a un juez. Era casi motivo de suspensión perpetua en tu claustro escolar.
Magneto, y los demás, estaban en todos lados. En el Triki Trak, en Aló Gisela, en los folders de colegio, en los cuadernos de tus amigas. Y lo peor, estaban en los peinados más audaces de esos salones de secundaria. No tengo recuerdos más vergonzosos que ese primer día de clases con mi corte H2O. Quería regresar al salón de doña Vicky para exigirle (con una de sus navajas en mis manos) que arregle ese desastre natural que provocó en mi cabeza. “Pero niño, tú me dijiste que te rape, para que tu honguito caiga, así como ellos”, me dijo señalando las fotos de Maury y Álex de Magneto. La única solución era dejarme pelado. Lo pensé, pero a los 13 años uno no está para riesgos. Me fui con mi casco, castigado a meses de improperios y burlas en la hora de recreo.
Si en la banda sonora de tu vida no está Magneto, estará Mercurio, y si no, H2O o MDO (los primogénitos sí firmados de Menudo). Igual era. Todos riman, todos se parecen. Si no era el pop de estos quintetos de “estudio”, era la salsa de Salsa Kids, Los adolescentes o Salserín. Este último grupo sí bordeó con el desborde popular, lo más parecido al Menudo ochentero pero allí la historia terminó muy mal. Si avanzamos unos años más, ya no era pop ni salsa, era la tecno-cumbia de Skándalo, Joven Sensación o Tornado. Esos sí eran peruanos pero duraron lo que dura un verano. Tuvieron su cuarto de hora y nada más. Mejor así.
Estos grupos “cinco” (en algunos casos uno menos o uno más, pero con cinco muchachos era la tendencia), fueron tantos que ningún gusto adolescente podía escaparse. Si no eran hijos de Menudo lo eran de esos referentes estadounidenses llamados New Kids on the Block, los mismos que aparecían en las recortadas revistas Bravo que usaban mis amigas del colegio para forrar sus cuadernos.
Lo mejor (y lo peor) de estos quintetos es que se reciclan o se reinventan. Siempre habrá un grupo para corretear o para demoler a críticas. Recuerdo alguna canción de los New Kids y después comparo con los Backstreet Boys o N’Sync, me detengo en Menudo ochentero y pongo una de Mercurio y mi conclusión es simple. Muchos de estos grupos de “M” fueron malos pero los que llegaron después casi siempre fueron peores. Dentro de sus miserias musicales, grupos como Magneto al menos sirven para un curioso recuerdo. Escuchar ahora al insoportable RBD es condenarlos, desde la primera estrofa, al agujero negro del olvido.
¿Con cuál de estos grupos de “m” te quedas? ¿Cuáles fueron de tu época? ¿Amor u odio? ¿Magneto, Mercurio o H2O? ¿Salserín con mucho swing o Skándalo… skándalo? ¿Quintetos de pop, salsa o tecno-cumbia? ¿ “Vuela vuela”, “De sol a sol” o “Si esto no es amor? ¿Recuerdas cómo eran los cortes honguito “H2O? ¿Fuiste víctima de ellos?
[“Vuela Vuela” de Magneto. Los pocos convencionales pasos y la ambigüedad que para algunos existe en la letra hacen de esta canción un clásico. Lo mejor de lo peor]
[“Si esto no es amor” del grupo H2O, es la única canción que encontré de este grupo en YouTube. La mejor señal de que así como llegaron, se fueron]
[“Enamoradísimo” del grupo Mercurio. No me queda claro si este grupo pegó en el Perú. A ver si las fans aparecen en este post]
[Los padres estadounidenses: New Kids on the Block y su hit “Step by step”]
[“Yo sin ti” de Salserín. No encaja totalmente en el molde de “grupo cinco de estudio” pero despertó fenómenos similares]
[Para cerrar: la tecno-cumbia de Skándalo. La canción se llama “Colegiala”. No la escuchen]
[Para recordar 1: Gracias inacabables a todos los que votaron por este pequeño blog para el concurso de “20 blogs peruanos”. Estar entre los tres finalistas de la categoría Entretenimiento es mucho más de lo que esperaba con solo dos meses “en el aire”. Al margen que nos llevemos o no el premio este viernes, la primera misión ya está cumplida. Suficiente para mí. Ahora sí creo que somos un club. Como diría el buen Luiggi, sigamos recordando]
Bonus Track (El Chavo): Ahora sí les cuento. ¿Qué pasó con las cartas al maestro Chespirito? Bueno, motivado por mi carta lanzada al escenario el día del estreno, regresé con dos sobres repletos con los comentarios de los lectores del blog. Peleé por muchos días por la entrevista, pero la agenda de Roberto Gómez estaba definida desde un mes anterior. No podía cambiar.
Fiorella Rodríguez, conocida conductora de TV y ahora amiga del blog, nos pidió mil disculpas pero se comprometió a darnos una mano con las cartas que ella también había leído. Así intentamos ingresar al “backstage” pero tampoco era posible. Pero el día de la despedida, de la última función, Fiorella entró con los sobres, se lo entregó a Roberto Gómez Bolaños y se tomó dos fotos con él.
Ella nos cuenta que el Chavo agradeció mucho y que no esperaba despertar tantas cosas en la gente peruana. Después que salió del “backstage”, Fiorella grabó un saludo para nosotros con la historia bien contada. Pero ese video se perdió. Desastres de la tecnología que sigo lamentando.
Lo único que conservo de esas peripecias es el correo que me llegó una semana después de mi carta abierta. Eran las respuestas de Chespirito. No lo he publicado porque siento que no fue escrita por él sino por un agente de prensa de la obra “11 y 12”. Igual la he conservado. También espero que Fiorella me mande las fotos (ha estado muy ocupada estos días por la final de Bailando por un sueño).
Pero ya no quiero seguir retrasando este tema. Si alguno de ustedes quiere leer el correo de Roberto Gómez, o ver las fotos de Fiorella entregando las cartas, mándenme sus correos personales y prometo la próxima semana un mail colectivo con eso.
¿Les parece bien?
Ojalá queden contentos con este desenlace, sino es así, disculpas totales. De veras que lo intentamos, hay muchos testigos de eso.
Ahora sí, un abrazo.