Mitos sobre empresarios
He hablado muchas veces de cómo hemos empezado en el Perú a generar una cultura que valora el éxito, al punto que hoy admiramos y reconocemos a quienes son capaces de hacer empresa, de generar nuevas ideas, de triunfar.
Sin embargo, nuestra aceptación del éxito tiene todavía un punto de quiebre y es que admiramos al emprendedor, pero rechazamos al empresario. Sí. ¿Cuántas veces hemos oído calificar a los empresarios de egoístas, más interesados en el dinero que en el bienestar común y, por lo tanto, seres de los que se debe desconfiar?
Hay una regla que dice que el 2% de las personas trata de engañar sistemáticamente, pero no perdamos de vista que el 98% restante actúa correctamente y entre ellos está la mayoría de empresarios del país. Seamos objetivos, nuestra ética no depende de cómo nos ganamos la vida, sino de nuestros valores. Es momento de romper algunos mitos.Mito 1: Los empresarios solo piensan en su bolsillo. La función principal de la empresa es generar utilidades, y al hacerlo genera empleo y ayuda al crecimiento del país. Eso lo hacen muchos peruanos que dirigen sus empresas dentro de marcos éticos. Es más, el Perú es un país líder en responsabilidad social empresarial (RSE) en la región.
Mito 2: A los empresarios no les importan sus trabajadores. Hoy hay dos cosas que distinguen al Perú en la región: la cantidad de empresas preocupadas por ser un buen lugar para trabajar y, cuando las cosas se ponen difíciles, por apoyar en la recolocación de quienes se desvinculan. Ciertamente, no todas actúan así aún, pero la mayoría de empresas formales sí cumple con las normas laborales.
Mito 3: La responsabilidad social sirve solo para efectos de imagen pública. Lo que vemos sobre RSE en el país es apenas la punta del iceberg. La mayor parte de este trabajo, que es mucho, es hecho sin buscar notoriedad. ¡Además, las buenas obras aún generan suspicacias en nuestro país!
Mito 4: Solo los grandes empresarios se pueden dar el lujo de ser solidarios. Todos fuimos testigos de la enorme solidaridad de tantos empresarios chicos y grandes con las víctimas del terremoto del 2007. Y no lo hicieron para quedar bien con la prensa, lo hicieron para ayudar.
Mito 5: Los empresarios no tienen visión de país ni buscan el bien común. Ciertamente, la clase empresarial peruana prefiere abstenerse de hacer política partidaria. Sin embargo, invierte y apoya infinidad de causas relacionadas al bien común. Para muestra un botón: más de 230 empresarios del más alto nivel se reunieron con los participantes de la CADE Universitaria y entregaron gratis su tiempo en beneficio de los futuros líderes del país, sin esperar nada a cambio.
Mito 6: La mayoría de empresarios son tan corruptos como los que aparecen en los titulares. La realidad es que las malas noticias son las que generan los titulares y, por ello, el actuar de unos pocos corruptos desprestigia a muchos líderes que podrían servirnos de ejemplo.
En un país donde el 90% de los peruanos quiere tener su propia empresa y donde los padres impulsan el emprendimiento de sus hijos, contribuyamos todos a destruir ese mito negro que degrada su imagen.
Un empresario ético y exitoso genera un círculo virtuoso de crecimiento y empleo para el país. ¡Valorémoslo!