Más sobre la reputación en la empresa
¿Contratarías a alguien de quien sus anteriores empleadores y supervisados hablan mal o cuya conducta no es impecable también fuera de la oficina? ¿Asumirías que un ejecutivo puede ser honesto contigo aunque no lo sea con los suyos? ¿Te dejarías operar por un médico al que ves borracho los fines de semana? ¿Construirías tu casa con alguien a quien le han puesto demandas por incumplimiento?¿Puede uno ser integro con unos y no con otros? ¡Obviamente no!
Foto: Scott McLeod
Los logros, competencias, experiencia, habilidades, imagen y reputación son vitales para el éxito de quienes vendemos nuestros servicios profesionales. Son la manera en que conseguimos clientes para nuestros servicios. Es el boca a boca que crea o destruye carreras. Y eso es en todos los ámbitos.
Miremos como ejemplo el caso de esos ejecutivos que siempre son muy buscados por las empresas de selección de ejecutivos. Preguntando al respecto a amigos headhunters, su repuesta es siempre contundente: son personas correctas, con buenos valores, que producen excelentes resultados y son muy respetados y estimados por la gente que los conoce en sus trabajos, sean estos jefes, pares o subordinados. A eso es lo que llamo construir una reputación.
La reputación que precede a una persona corresponde a una realidad percibida por quienes la conocen, para bien o para mal. Esta imagen que proyectamos es el reflejo de lo que pensamos de nosotros mismos, de nuestros valores y nuestro comportamiento. Muchos asumen equivocadamente que su comportamiento privado es invisible y creen que pueden separar su vida personal de la profesional, o que sus “pecados” del pasado serán olvidados.
Sin embargo, la realidad enseña que nuestra reputación está sentada en las cabezas de las personas que nos conocen o que han escuchado de nosotros a través de terceros. Cuidarla, junto con nuestro talento y palabra es fundamental para nuestra carrera y nuestra credibilidad.
He visto a brillantes ejecutivos perder el paso en su carrera por arrastrar reputaciones que los eliminaban de las búsquedas. Y casi siempre esa mala reputación estaba asociada a dudas éticas, a excesos de arrogancia o a malas relaciones interpersonales.
Nunca olvidemos que lo que dice el mercado de nosotros casi siempre corresponde a una realidad ¡que hemos contribuido a crear!