¿Los peruanos somos generosos?
Imagine el día que en el Perú muchas de las postas médicas rurales sean levantadas por el comerciante al que le va bien, las losas deportivas por el emprendedor exitoso y los comedores populares por el ejecutivo que triunfa en lo suyo.
Foto: svilen001Imagine ahora el gran hospital donado por los señores B; el museo por el patrón de las artes, el Sr. V; el teatro por su benefactora, la Sra. H; y la red de colegios gratuitos por el ahora filántropo Sr. R (¡obviamente de los que más tienen esperamos más!).
¿Falta mucho para ese día? No lo creo. En general, los peruanos somos generosos y solidarios, especialmente los de menores recursos y, cada vez más, los jóvenes. Además, las empresas, vía proyectos de responsabilidad social, vienen haciendo mucha obra social.
Pero en lo que aún tenemos que trabajar es en grabar en nuestro ADN cultural el valor de la obligación personal de retribuir voluntariamente a la sociedad lo que ella nos da.
¿Cómo lograrlo? La semana pasada Warren Buffett, uno de los hombres más ricos del mundo, hizo un llamado a los billonarios de su país a no solo donar sus fortunas, sino a hacerlo públicamente para modelar conductas aspiracionales, alentando a otros a hacer donaciones.
Por mucho tiempo en nuestro país abundaron las razones por las que muchos se abstuvieron de retribuir a una sociedad que tampoco les cumplía. El caos y la inseguridad económica, política y ciudadana llevaron a muchos a desconfiar del sistema y ahorrar fuera del país en legítima búsqueda de seguridad.
Sin embargo, hoy estamos viviendo en una nueva sociedad más próspera y más comprometida, que viene orgullosamente redefiniendo su peruanidad, identidad y valores.
Este momento nos da la oportunidad de convertirnos en una sociedad capaz de retribuir lo recibido. Una nación que celebra el poder de la generosidad como la mejor manera de trascender.
Es una buena oportunidad también para modelar un cambio hacia una cultura en que empresarios, ejecutivos y personas de todo nivel se definan por las obras y proyectos que apoyan con dinero, tiempo o ideas. Y que sean admirados y reconocidos por lo que generosa y desinteresadamente dan a la sociedad, sin esperar a ser ricos para contribuir.