Usa Waze para tu vida profesional
Publicado en el diario El Comercio, el 12/05/2019
Publicado en la revista Aptitus, el 08/05/2019
Así como usamos la aplicación para encontrar nuestro camino, podemos también definir el mapa mental para llegar a nuestra meta.
Constantemente me hacen esta pregunta: ¿es posible lograr ser feliz en el trabajo? Yo siempre respondo lo mismo: se puede, aunque para lograrlo debemos ser muy coherentes con nosotros mismos y también muy realistas. Dicho de otro modo: debemos trabajar en algo que de verdad nos guste, donde culturalmente calcemos bien, donde podamos
sentir que nos desarrollamos y aprendemos mucho. Un lugar o un espacio donde tengamos la oportunidad de mantener siempre una excelente actitud y la flexibilidad suficiente para ir adaptándonos a las cambiantes realidades del entorno y los mercados.
Sentirse feliz y satisfecho en el trabajo es obviamente fundamental para el éxito profesional, para la productividad y crecimiento en la organización. Pasamos más de ocho horas en el trabajo así que este aspecto es clave para nuestra felicidad personal. Además, las personas que son más felices en sus trabajos realizan sus labores con más pasión
y energía, y son más empleables y productivos. Lamentablemente vemos a muchos que se resignan y aspiran a poco, no vislumbran un futuro mejor para ellos ni se ponen a pensar en un trabajo ideal, en un trabajo que realmente les guste y los llene.
Sé que no es fácil, pero uno tiene que auto determinarse acerca de querer ser feliz en el trabajo. Claramente eso no es una tarea fácil. Necesitamos trabajar hoy porque las cuentas no esperan, no es que podamos sentarnos a buscar el trabajo ideal. Eso es evidente; pero no podemos dejar pasar nuestros sueños de ser feliz con lo que hacemos, de encontrar nuestra verdadera vocación o pasión, aquello que les da sentido a nuestras vidas profesionales.
Entonces, mientras estemos trabajando en algo que no nos guste mucho, tenemos que reflexionar: ¿qué quiero hacer de verdad?, ¿dónde quiero trabajar?, ¿cómo hago para lograrlo?, ¿qué tengo que aprender?, ¿con quién debo contactarme?, ¿dónde investigo sobre ese trabajo que me dará satisfacción? Una discusión abierta y honesta con
nosotros mismos es el primer paso. Si uno no piensa en sí mismo, en sus ambiciones, en sus sueños de vida, ¿quién lo hará por nosotros? Entonces, una vez que hemos visualizado y delimitado nuestro sueño o meta, nos toca realizar un plan para llegar a esa meta, en el corto, mediano, y largo plazo.
Es lo mismo que cuando en Waze escribimos la dirección de a donde queremos ir y la aplicación nos muestra el camino en el mapa y nos informa acerca del tiempo que demoraremos en llegar. Mi propuesta es sencilla: pongámosle la dirección al Waze de nuestra vida profesional. Tengamos claro, dónde queremos estar en el corto plazo (un año), mediano plazo (tres o cinco años) o largo plazo (15 o 20 años).
Quizá para alcanzar nuestros sueños nos tomemos un tiempo no tan corto, pero lo importante es que ya tenemos un rumbo definido. Acá la clave es no rendirnos: solo logran sus sueños los que perseveran. No dejemos que el ajetreo de la vida nos haga salir cada día sin rumbo ni destino. Nuestros sueños y aspiraciones están ahí, delante de nosotros, listos para que salgamos a su encuentro.