Cuestionan relación entre el virus zika y la microcefalia
El zika está en boca de todos. Este virus, que es transmitido por el mismo mosquito que transmite el dengue, la fiebre amarilla y el chikungunya —Aedes aegypti—, a puesto en alerta a la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues el brote no puede ser controlado y sigue expandiéndose por toda Latinoamérica, con casos aislados en Europa y Estados Unidos.
Este virus provoca síntomas similares al dengue, pero más leves. Es más, en la mayoría de las personas, la infección pasa desapercibida. Sin embargo, los más alarmante ha sido su posible relación con la microcefalia (desarrollo insuficiente del cerebro) en los recién nacidos.
Hasta octubre del 2015, el número de casos de bebés con microcefalia en Brasil no superaban los 200 al año. Desde entonces, ya van cerca de 4000 posibles casos, la gran mayoría en el estado de Pernambuco, que es la región donde empezó este brote viral. Esto ha provocado que muchas agencias de salud recomienden a las mujeres embarazadas que no viajen a aquellos países donde el zika está presente. Incluso, se ha recomendado a las mujeres brasileras no quedar embarazadas por el alto riesgo que representa esta amenaza.
No obstante, los investigadores del Estudio Colaborativo Latino Americano de Malformaciones Congénitas (ECLAMC) están cuestionando el gran número de casos de microcefalia que se están registrando en Brasil, según un informe periodístico que apareció ayer en la revista Nature.
El reporte elaborado por ECLAMC concluye que la búsqueda exhaustiva de defectos de nacimiento en los últimos meses debido al zika ha permitido detectar casos que antes pasaron desapercibidos. Esto sugiere que el número casos reportados en años anteriores podrían estar subestimados. Por otro lado, también indican que habría una alta tasa de errores en el diagnóstico de la microcefalia debido a lo arbitrario del método empleado.
Para detectar un caso de microcefalia lo que se hace es medir la circunferencia de la cabeza del individuo. Si es menor a dos veces la desviación estándar del promedio local, en función a la edad y el sexo, se podría decir que padece de este defecto congénito. Por esta razón, el personal de salud brasilero está considerando como casos sospechosos de microcefalia a todos los recién nacidos que tengan menos de 32 centímetros de circunferencia craneal, pero, para estar seguros que es microcefalia, se debe observar una disminución en la tasa de crecimiento del cerebro.
Debido a lo poco exacto del método de diagnóstico, al 27 de enero de este año, se han reportado unos 4180 casos sospechosos de microcefalia (contados a partir del mes de octubre de 2015), de los cuales se han confirmado solo 270. Otros 462 ya han sido descartados como falsos diagnósticos.
Los investigadores del ECLAMC dicen que los datos epidemiológicos aún son muy pobres como para encontrar una relación de causa efecto entre el virus y la microcefalía. Recién se están haciendo los estudios prospectivos y analizando cada uno de los partos en las regiones donde está presente el zika, aunque ya se ha demostrado que el virus puede alcanzar el líquido amniótico, la placenta y los tejidos fetales.
Para finalizar, dado la incertidumbre en los resultados por falta de estudios, lo mejor es optar por un enfoque precautorio, ya que —parafraseando a Carl Sagan— “la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia”.
Fuente: Nature News.