Impresionante y entusiasta afición taurina en la sierra de Lima
En el valle del Río Chancay, en las alturas de Huaral, al norte del departamento de Lima, cada localidad compite con los pueblos vecinos en la organización de sus corridas.
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
El sentimiento taurino en todo el Perú es notable. La tradicional corrida de Ravira, en Huaral, el pasado miércoles 22, es muestra notable de la afición a la tauromaquia que viven de forma tan intensa millones de peruanos, extendiéndose dicha afición por todo el territorio nacional. Es por ese motivo que se celebran más de 650 festejos taurinos cada año en el Perú, todos ellos en plazas que se llenan hasta la bandera, con varios miles de compatriotas −que asisten en familia, desde pequeños niños, hasta venerables abuelos− en cada corrida.
Ravira es un pequeño pueblo de la sierra de Huaral, al norte del departamento de Lima, ubicado a más de 2.500 metros de altitud. En Ravira, donde no hay más de 250 casas, viven permanentemente solo unas pocas decenas de personas. Muchos han emigrado a Huaral o a Lima. Sin embargo, el día de Santa María Magdalena, patrona del pueblo, no cabe un alfiler en su plaza de toros, con capacidad para algo más de 2 mil personas. Los que se quedan fuera, por agotarse las entradas, se encaraman en los cerros aledaños para no perderse la corrida. Los autos y camionetas, en los que llegan los aficionados saturan las escarpadas vías de acceso y salida. El ambiente de fiesta es general; desde la procesión matinal alrededor de la plaza de armas, a lo largo de la corrida y luego, en la fiesta nocturna con la que cierran sus festejos.
Pero Ravira no es un caso único en el valle del Río Chancay –que a esa altura, corre encajonado dentro de un profundo desfiladero−, ni en la provincia de Huaral. Todos los pueblos enclavados en las laderas de la cordillera limeña, sobre Huaral, son relativamente pequeños y con pocos habitantes permanentes, pero todas esas localidades tienen plazas de toros firmes, con capacidad similar a la de Ravira y todos los pueblos de la zona se esmeran para que su feria taurina sea más importante y lucida que la de sus vecinos.
Sin corrida de toros, aquellas fiestas patronales andinas no serían posibles. Cada corrida debe ser lo más formal que se pueda, con seis astados, cuadrillas completas y haciendo un significativo esfuerzo, en Ravira este año, actuaron un torero español, un francés y un peruano. El resto de pueblos del valle, con seguridad, se esforzarán por superar a Ravira. Y en 2016, todos querrán hacerlo aún mejor y de forma más lucida.
LA CORRIDA DE RAVIRA
Se lidió una corrida de Camponuevo, de Rafael Puga. En los últimos años, lo de Camponuevo suele dar buen juego en Ravira y repiten la misma ganadería año tras año. En 2013, se cortaron seis orejas y dos rabos. Este año, los ravireños no esperaban menos. Cierto que es un público festivo, dispuesto a divertirse viendo cómo los diestros se ganan los trofeos, pero a la vez, es exigente con la suerte suprema.
Este año actuaron el español Emilio Serna –torero murciano que hace largas temporadas cada año en el Perú−, el francés Mehdi Savalli –de Arles, que está empezando a conocer nuestro país− y el peruano Fernando Villavicencio, el diestro preferido, desde hace ya varias temporadas, por los pueblos del valle de Huaral.
Serna estuvo bien en ambos, pero falló con el estoque en su primero. Al segundo, un mansito encastado que logró meter en muleta, le cortó las dos orejas y el rabo. Savalli recién está explorando el Perú taurino pero ya aprendió a torear al público local. Estuvo por debajo de sus toros, pero con sus buenas maneras, se metió al público al bolsillo y cortó un rabo excesivo. Villavicencio −reiteramos lo dicho hace tiempo− requiere de un matador de toros experimentado que lo aconseje y guíe, para poder remontar y progresar; igual, encantó a los ravireños.
LA AFICIÓN DE LIMA, ANSIOSA
Citotusa, peligroso autismo empresarial
Citotusa, empresa ecuatoriana que regenta Acho, de los hermanos Juan Fernando y Pablo Salazar, sigue sin manifestarse respecto a las próximas ferias. Estando casi en agosto, están muy atrasados para anunciar la Feria del Señor de los Milagros −para noviembre− y la Feria del Cuarto de Milenio −en enero−, para conmemorar el 250 aniversario de la Plaza de Acho, que se cumplirá el 30 de enero de 2016; importante evento para un monumento que es hito notable entre los que conforman Lima colonial; edificio vivo y una de las bases sobre las que se apoya la declaración de Unesco que considera a Lima y al Rímac como Patrimonio de la Humanidad.
Por ello, Citotusa, que llegó a Lima tras gerenciar Quito –plaza festiva y moderna, muy lejos, en cuanto a categoría, de la majestuosa solera de Acho− y Ambato, sencilla plaza de pueblo en Ecuador, debe ponerse a la altura de Acho y actuar en consecuencia. Al anunciar dichas ferias tan tarde, tendrá que asumir costos extraordinarios, una campaña significativa de promoción y publicidad y todos los gastos adicionales de tener que hacer –por decisión propia− las cosas a última hora. Lima no admitirá nada menos.
El persistente silencio de Citotusa, a solo dos meses y medio de la Feria del Señor de los Milagros –que linda con el autismo empresarial−, que sería lógico en una organización que se ocupase de asuntos muy confidenciales y secretos, es un absoluto contrasentido en una empresa cuya actividad es organizar espectáculos y que por lo tanto, necesita constante comunicación con su público e ir creando ambiente y expectativa. Si no rectifican de inmediato su errada política, será muy difícil que logren atraer público a Acho.
NOTICIAS DEL MUNDO TAURINO
LA ESTADÍSTICA
Roca Rey y Galdós en el escalafón
Los dos toreros peruanos están situados entre los cuatro novilleros que más vienen toreando en España y Francia. Encabeza el escalafón, hasta la semana pasada, Ginés Marín, con 19 novilladas y 24 orejas; de esos festejos, 6 fueron en plazas de primera, en las que cortó igual número de orejas. El segundo es Varea, con 13 novilladas y solo 7 orejas. El tercero es Andrés Roca Rey, con 11 festejos y 21 orejas; 5 en plazas de primera, con 5 trofeos. El cuarto es Joaquín Galdós, con 10 novilladas y 15 orejas. El quinto, Posada de Maravillas, con 8 novilladas y 11 orejas. Lo siguen Alejandro Conquero (8 y 9 orejas); Francisco Espada (8 y 6 orejas); Álvaro Lorenzo (7 y 20 orejas).
ANDRÉS ROCA REY
Sus próximos compromisos
Tiene programadas 13 novilladas antes de su alternativa el 19 de setiembre en Nimes, la que le conferirá Enrique Ponce. Probablemente actúe en algunas más, a ser anunciadas en agosto y así, habrá lidiado, al menos, 24 novilladas picadas (súmesele las toreadas en Colombia y México), acercándose a las 30 actuaciones. Llegará muy preparado a su doctorado. El 2 de agosto, en Hagetmau, Francia, con Louis Husson y Álvaro García, con los complicados albaserradas de José Escolar. El día 8, mano a mano con el venezolano Colombo, en Navas de San Juan. El 9, en Soustons, Francia, con Ginés Marín y Luis Adame, con novillos de José Cruz. El 13, en Dax, Francia, con Husson y Álvaro Lorenzo, con los de El Parralejo y el muy taurino 15 de agosto, día de la Asunción, con Husson y Galdós, en Roquefort, Francia, con los de Pedraza de Yeltes. Sin duda, el público de Acho querrá verlo torear en más de una corrida.
JOAQUÍN GALDÓS
Bordeará las 30 novilladas
Ha lidiado 10 novilladas en España y Francia, más la de México. Tiene aún por delante 11 más y otras en las que se le anunciará en lo que resta de temporada. Como comparación, en 2014 encabezaron el escalafón de novilleros con caballos José Garrido, con 31 festejos y Borja Jiménez, con 30. El 1 de agosto toreará novillos de Osborne en Riscle, Francia, con David de Miranda y Husson. El día 3, en Hagetmau, los interesantes santacolomas de La Quinta, con Posada y Lilian Ferrani. El 9, en Milas, Francia, con Ferrani y Pablo Aguado y el 15, como ya dijimos, con Roca Rey y Husson, en Roquefort. La afición peruana considera que Galdós es indispensable en la novillada de la Feria del Señor de los Milagros. No programarlo, demostraría escasa sensibilidad de Citotusa y no saber escuchar la voz de sus clientes.