Acho debe celebrar su cuarto de milenio con categoría
Los 250 años son la oportunidad para que se escuche la opinión de sus clientes, los abonados, y se vire en 180 grados su rumbo.
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
Hay un hecho notable y un consenso general respecto a la Plaza de Acho. Lo notable es que en solo 12 días, un ágora cultural que a la vez es un monumento hermoso e imponente, cumplirá un cuarto de milenio; se dice rápido y fácil, pero es un período admirablemente largo en la escala humana del tiempo; un extenso lapso, a lo largo del cual, dicho monumento se ha mantenido vivo, vibrante y palpitando al son de la ciudad. Por otro lado, el consenso que todos los usuarios de Acho comparten es que a pesar de su enorme prestigio y de las innegables virtudes de su conjunto monumental, se le ha gestionado mal, muy mal; cada vez peor, hasta haber llegado a lo que hoy constatamos: sus venerables 250 años serán celebrados ¡con un coctel! ¿Sin un evento taurino de categoría? ¡Nada taurino, nada! Por magnífica que fuese dicha fiesta (¿puede ser “magnífico” un banal coctel?), será una pálida y desfalleciente ceremonia para lo que semejante plaza de toros representa en la historia de Lima, del Perú y en los anales de la historia taurina mundial.
EL 250 ANIVERSARIO
Desde que el acaudalado alcalde de Lima Agustín de Landaburu planeó junto a su mujer Mariana Belzunce −hembra de fortísimo y notable carácter−, en su hermosa hacienda cañetana de Arona, la construcción de la Plaza de Acho, el coso fue proyectado para que sus rentas financiasen el Hospicio de Pobres y así fue desde su inauguración el 30 de enero de 1766; propósito benéfico de Acho que se mantiene hasta hoy. Pocos años más tarde, el hijo tarambana de los Landaburu Belzunce terminó sus días de forma lamentable. Agustín hijo, ex niño rico, era tan inteligente y preparado como para escribir un tratado de geometría y metafísica, pero tuvo escaso carácter y su vida estuvo signada por un comportamiento errado y errático. Quizá castrado psicológicamente por la sobreprotección de sus padres y por el fuerte carácter de ambos, murió desterrado en Londres, embargado, olvidado, solo y sin descendencia. Su antiguo tutor y albacea, Hipólito Unanue, consiguió que Fernando VII –el peor y más vil rey español de la historia− lo perdonase póstumamente y devolviese sus bienes y las haciendas que se le habían embargado. Unanue, al poco tiempo, incorporó las haciendas a su patrimonio y cedió Acho al Hospicio de Pobres; de allí, la plaza pasó a la Sociedad de Beneficencia de Lima (SBLM). De esos polvos derivan estos lodos; la causa del estado actual de Acho es la consuetudinaria y errada gestión de la SBLM. No de ahora; esto viene de años y ha ido empeorando.
CONSENSO GENERAL
Entre aquellos que tienen mayor derecho para opinar acerca de Acho, sus abonados, existe el consenso general de que el coso se ha gestionado pésimamente. Tienen más derecho que nadie, pues son el núcleo duro de los clientes que mantienen la plaza; con su aporte económico sostienen su actividad taurina y su dinero termina en las arcas de la SBLM. Esos clientes sufridos pagan los precios más altos del mundo taurino por cada entrada y no siempre reciben a cambio el espectáculo magnífico por el que apoquinan una pequeña fortuna. Pero su afición los hace reincidir año tras año; aunque claro, han sido esquilmados tantas veces por empresas taurinas informales, que lógicamente, van disminuyendo de feria en feria.
A ello hay que añadir que lo último que la SBLM cobró por el alquiler de Acho fueron 1,8 millones de soles anuales, pero con un contrato que ponía muchos impedimentos para celebrar otras corridas y eventos a lo largo del año, salvo las cinco corridas de feria. Además, hay que sumar que la Municipalidad del Rímac percibe el 10% de los ingresos de Acho, pero tiene el entorno de la plaza abandonado y pudiendo habilitar estacionamientos en colegios aledaños y en un terreno muy cercano, jamás ha hecho nada de eso. Asimismo, que dependiendo la SBLM de la Municipalidad de Lima, esta ha remozado otras partes del Rímac, pero no los alrededores de Acho. Para no hablar del mantenimiento a fondo que Acho necesita y que la SBLM cree que puede paliar con pintarla −o hacerla pintar− de vez en cuando. En realidad, la SBLM jamás ha reinvertido de verdad, ni con un proyecto serio, en su inmueble más valioso.
Conclusión: la SBLM, la Municipalidad de Lima y la del Rímac parecen haberse conjurado para acabar con Acho. Añádase la actitud de abuso del Rímac –cuyo alcalde es del mismo partido que el alcalde de Lima− sobre la última empresa taurina y la imagen que se refleja no puede sino asombrar y decepcionar a los clientes fieles de Acho, sus abonados.
Clientes que están debidamente registrados en una base de datos actualizada y que deben ser consultados ¡de inmediato!
LOS RETOS
La gestión de Acho debe cambiar
Acho es una plaza con historia y tradición y con 250 años sobre sus muros y machones que contemplan lo que hoy se hace –o más bien, no se hace− con ella y sus alrededores. El Rímac es un distrito deprimido y abandonado; con muchos inmuebles ruinosos y con un déficit de bienestar para su población que, desgraciadamente, se traduce en inseguridad y en la carencia de espacios urbanos atractivos, a pesar de su enorme potencial monumental y de su cercanía al centro de Lima. A lo largo de los últimos 12 años, Lima se benefició de un boom inmobiliario que revalorizó distritos otrora deprimidos. Al norte y sur del Cercado de Lima, Rímac y Breña han tenido destinos opuestos. Mientras que en Breña el suelo se ha revalorizado espectacularmente, el Rímac sigue desvalorizado. La explicación debe residir en las gestiones municipales de cada distrito, pero fruto de ello, Acho sigue perjudicada; en un entorno ruinoso, poco seguro y sin estacionamientos para los que allí acuden.
Ahora que la SBLM depende de la Municipalidad de Lima, es imperdonable que el entorno de Acho y el Rímac sigan en ese abandono.
LA MUNICIPALIDAD DE LIMA Y LA BENEFICENCIA DEBEN RELANZAR LA MARCA “ACHO”
En el año del cuarto de milenio no se pueden dar el lujo de perder el tiempo
con ensayos o con inciertas idas y venidas.
Acho es una marca sin el prestigio que merece su solera. Alcanza sus primeros 250 años asociada a un título dudoso: la más cara del mundo y últimamente, con una sucesión de malas empresas. Además, se encuentra en un barrio ruinoso e inseguro. La propia plaza requiere de un mantenimiento a fondo; reparar las filtraciones que humedecen su estructura de adobe; ampliar el restaurante; habilitar un lugar seco, más grande y adecuado para su museo; remodelar los corrales; cambiar la arquería de madera e incorporar el Mirador de Ingunza. Por último, carece de estacionamientos y sus 13 mil localidades requieren que al menos se puedan parquear, de forma segura, 2.600 autos.
La oportunidad para relanzar la marca “Acho” es el año de su cuarto de milenio. Pero la plaza se acaba de quedar sin empresa. Convocar un concurso para arrendarla –a la carrera, redactando bases nuevas apresuradamente y sujetos a seguras impugnaciones y demoras− no dará tiempo a organizar una feria medianamente decente en 2016 y menos con lo que los abonados exigirán: toros españoles de garantía. Y a lo mejor, al final, Acho termina en manos de informales o de gente con fondos de dudoso origen.
Este año, la SBLM deberá encontrar una solución heterodoxa e imaginativa, ejerciendo el control debido y tomándose todas las garantías posibles. Pero a grandes males (la espantá de Citotusa tras solo dos años de contrato), soluciones integrales, que tras un buen año, inicien el renacer de la Plaza de Acho. Una administración municipal como la del alcalde Luis Castañeda, tan parca en palabras, tiene la oportunidad de hacer algo real y reorientar la gestión del inmueble más valioso de la SBLM. ¿Castañeda y la SBLM serán capaces de dejar para el futuro algo trascendente en un monumento que en 12 días cumplirá un respetable cuarto de milenio?
LA MARCA “ACHO”
−Acho es el buque insignia de un país con una tauromaquia en alza y con millones de peruanos que no se pierden sus corridas.
−Mal gestionada por administraciones deficientes como la de la alcaldesa Villarán no tiene porqué seguir el mismo rumbo con Castañeda.
NOTICIAS DEL MUNDO TAURINO
BOGOTÁ, EL 16
Andrés Roca Rey, muy bien, pero sin orejas, el sábado
El sábado, en Puente Piedra, Bogotá, Andrés Roca Rey lidió toros de Mondoñedo, con El Cid y el colombiano Libardo. El Cid cortó una oreja a su segundo. Libardo no pasó de discreto. Andrés superó las dificultades del tercero; se pidió la oreja, que no se concedió. Al sexto bis le hizo una gran faena; lances de todo tipo y variedad con la muleta. Tras buena estocada, tardó en doblar y no estuvo certero con el descabello; escuchó dos avisos y perdió las dos orejas que pudo haber cortado.
GALDÓS ENTRENA
Joaquín Galdós lidió un toro a puerta cerrada en Zalduendo
Entrenándose para la próxima temporada europea y la novillada de Mondoñedo y Guachicono que lidiará el 30 de enero en Puente Piedra, Bogotá, Joaquín Galdós lidió un toro en la ganadería de Zalduendo, junto a los otros toreros de Fusión Internacional por la Tauromaquia (FIT), Diego Urdiales, Ginés Marín y el mexicano Leo Valadez. El video del tentadero y la gran faena de Joaquín se pueden ver en el Blog Fiesta Brava del Perú y el Mundo de El Comercio.
TENTADERO EN ZALDUENDO
- Diego Urdiales
- Ginés Marín
- Joaquín Galdós
- Leo Valadez
https://vimeo.com/151767346