Acho: una feria imaginativa y creativa sería exitosa
250 AÑOS: ANIVERSARIO SINGULAR Y MEMORABLE
Circunstancias únicas ● El cuarto de milenio ● Nunca antes con dos toreros peruanos como estos ● No sería aceptable una feria nada menos que apoteósica.
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
Estamos a escasas seis semanas del inicio de la singular Feria del Señor de los Milagros por el cuarto de milenio de Acho. En 42 días −se dice pronto, pero se pasan volando− harán el paseíllo tres novilleros, un español, un francés y un peruano para cruzar el ruedo de una plaza monumental con dos siglos y medio de historia sobre sus machones de adobe, que han soportado los tendidos de un monumento vivo, palpitante, único en el mundo; la de Zaragoza y la de Sevilla, ambas más antiguas, son hoy muy distintas a cómo eran cuando se inauguraron.
Ese domingo, 30 de octubre, al saltar al ruedo el primer novillo de La Centinela, se inaugurará una feria única, la de los 250 años. Feria que nos encuentra en una situación que nunca antes habíamos tenido la suerte de disfrutar, lo que haría imperdonable que la actual empresa de Acho no llenase los tendidos de la venerable señora en varias de las corridas.
Nunca antes la tauromaquia peruana había tenido una figura en ciernes que remece los ruedos de todo el mundo y, al mismo tiempo −increíble suerte−, otro diestro peruano con una notable primera temporada en España y Francia, tras gran campaña novilleril; Andrés Roca Rey y Joaquín Galdós. Añádasele a esa suerte que se celebran dos siglos y medio de historia viva en Acho y el resultado debería ser explosivo.
Cierto que vendrán a Acho, junto a Roca Rey y Galdós, las primeras figuras del toreo y que lidiarán toros españoles de ganaderías prestigiosas. Pero sin imaginación y empeño, sumados a una campaña promocional creativa e intensa, que cubra no solo Lima moderna y tradicional, sino también los perímetros norte, sur y este −donde, por cierto, hay una enorme afición taurina−, se perdería una ocasión inigualable. Se dejaría pasar una conjunción favorable que no volverá a presentarse: la novedad de dos toreros peruanos brillantes y un aniversario que solo sucede una vez en la vida.
IMAGINACIÓN
El domingo 6 de noviembre, en solo siete semanas, partirán plaza El Juli y Andrés Roca Rey, mano a mano, para lidiar toros españoles de Garcigrande.
La empresa intenta traer invitados notables a esa corrida. Pero a esos invitados debería sumar, y hacerles un homenaje público, a los ganadores retirados, aún vivos, del escapulario: Ostos, Curro Romero, Gregorio Sánchez, El Viti, El Cordobés, El Pireo, Teruel, Galloso, Ruiz Miguel, Capea, Palomo, Juan A. Esplá, Curro Vásquez, Ojeda, Ortega Cano, Mendes, Emilio Muñoz, Vicente Barrera y Manuel Caballero, junto a los peruanos Rafael Puga, Villafuerte, Pablo Salas y Gastañeta. Asimismo, ofrecerle a los aficionados poder compartir con ellos algunos momentos.
GOYESCA
Esa corrida, que inaugurará los festejos mayores del cuarto de milenio, debería ser goyesca y de lujo, luciendo los toreros −matadores y subalternos− los trajes de cuando se inauguró Acho, lo que sería muy pertinente, decorándose la plaza de forma especial y utilizándose banderillas de lujo; todo ello, con el correspondiente relato para el púbico. Recordemos; el último lleno multitudinario de Acho fue una goyesca con Antonio J. Galán y Roberto Domínguez. ¿Por qué no repetirlo, ahora que procede?
Sin imaginación, creatividad, corridas especiales y eventos extraordinarios, para un aniversario único; todo ello profusa y eficazmente comunicado ¿cómo sería posible que los limeños interiorizasen la importancia de no poder perderse está feria? Porque contar con mucha gente en los tendidos, pero sin lograr llenar Acho, no sería el éxito rotundo que 250 años merecen.
COMERCIALIZACIÓN
Eficacia en el mensaje y precios
Lima es una ciudad muy grande y los aficionados, muchos de ellos inmigrantes de zonas muy taurinas del interior del Perú, están dispersos. Por ello, la comunicación no solo debe ser publicitaria. Se requieren constantes noticias en medios diversos, cubriendo cada extremo de la ciudad y sobre todo, intenso marketing directo y activas redes sociales.
Además, la empresa debería cambiar la forma de anunciar los precios de las entradas. Muchos abonados nos han comunicado que les sabe muy mal y les molesta que al cancelar sus abonos se les cobre una comisión –nada despreciable− que no tenían prevista, para la empresa que vende las entradas.