Debe reglamentarse la concesión de los escapularios de la feria (propuesta completa para un reglamento de los trofeos)
NORMAS DETALLADAS PARA LOS GALARDONES
A la mejor faena y al mejor toro ● Equiparando a los diestros sin importar cuántos toros lidien ● A un toro con trapío, que sea bravo en el caballo.
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
La concesión de los dos galardones oficiales de la Feria del Señor de los Milagros debería reglamentarse de forma transparente, para que no surgiesen controversias que pudiesen empañar su valor. De aprobarse la correspondiente modificación al artículo 40° del reglamento taurino del Rímac, que trata de esos trofeos, estos se revaluarían. El Escapulario de Oro a la mejor faena y el Escapulario de Plata al mejor toro deberían contar con normas muy detalladas que asegurasen su imparcialidad y transparencia, como las que esta página propone (en la propuesta de modificación del reglamento que se consigna debajo, en versión completa) y que a continuación resumimos.
QUÉ PREMIAR
Al concederse el de oro a la mejor faena, se equipararía a los diestros, sin importar el número de toros que hubiese lidiado cada uno, considerando la lidia en los tres tercios, tanto en su aspecto técnico como artístico y una estocada sobresaliente, en ejecución y colocación.
El mejor toro, para ser considerado, debería tener un trapío digno de la categoría de Acho; tomando en cuenta su edad, que debería aparentar; asimismo, su cornamenta y su anatomía, acordes con dicho trapío. En conclusión, su aspecto debería reflejar cuajo e imponer respeto. En el caballo debería haber recargado metiendo la cara, sin rehuir la pelea, repucharse, ni hacer sonar el estribo. Su juego, en general, debería ser notable.
EL JURADO
Debería estar conformado por tres abonados de Sombra y Sol y Sombra, junto a otros tantos de Sol, elegidos por sorteo en acto público, ante notario, entre aquellos que al cancelar su abono hubiesen manifestado su interés en ser parte del jurado. Con ellos, dos ganaderos registrados en la Municipalidad del Rímac como tales, que no lidiasen en la feria y dos miembros de peñas taurinas; estos cuatro miembros, también elegidos por sorteo. Junto a ellos, cinco aficionados de reconocido prestigio, escogidos por los diez miembros sorteados. No podría elegirse a periodistas taurinos, por adelantar opinión, públicamente, cada semana.
El jurado elegiría a su presidente y secretario.
SESIONES PREVIAS
El jurado debería reunirse una vez por semana, en privado, a lo largo de la feria, tras cada corrida, para discutir lo sucedido en cada festejo, ver los vídeos y tomar notas, ayudando a sus miembros a ir formándose una opinión, cuyo registro y memoria, serviría para su veredicto final. Solo podrían votar en la sesión final los miembros que hubiesen participado en, por lo menos, el 80% de dichas sesiones semanales.
Se llevaría registro de asistencia. Si alguien superase el 20% de insistencias a las sesiones posteriores a cada corrida, se le notificaría que no podría participar en la votación final, comunicándoselo al jurado.
SESIÓN FINAL
Al terminar la última corrida de feria, el jurado se reuniría, en privado, en el museo de Acho y tras deliberar, emitiría por votación de sus miembros hábiles (aquellos que asistieran, al menos, al 80% de las sesiones semanales) su veredicto final para ambos escapularios. Dicho veredicto debería sustentarse y explicarse en un acta suscrita por todos los miembros del jurado. De producirse un empate se procedería a votaciones sucesivas. Si el empate se mantuviese, el presidente del jurado emitiría voto dirimente.
La transparencia, imparcialidad y rigurosidad, revaluarían a la feria y a sus trofeos.
TRANSPARENCIA
En busca de la imparcialidad
Hace algunos años se concedieron escapularios en medio de escándalos, rumores de intereses espurios que comprometían de antemano votos y siendo, finalmente, otorgados a toreros o toros que, a juicio de los aficionados, no lo merecían.
Si el sorteo de los miembros fuese transparente y si ellos eligiesen al resto de miembros, sin intervención de autoridades o personas con interés comercial en el espectáculo, habría mayor probabilidad de imparcialidad y transparencia.
MODIFICACIÓN PROPUESTA PARA EL ARTÍCULO 40° DEL REGLAMENTO TAURINO DEL RÍMAC (PLAZA DE ACHO, LIMA, PERÚ)
Artículo 40°. Los Escapularios de Oro y Plata serán los únicos galardones oficiales de la Feria del Señor de los Milagros y se concederán bajo las siguientes normas:
a) El Escapulario de Oro se concederá al matador que haya realizado la mejor faena de la feria.
b) El Escapulario de Plata se otorgará al ganadero del mejor toro de la feria.
c) Al premiarse la mejor faena de la feria se equipara a los diestros, sin importar el número de toros que haya lidiado cada uno.
d) El juzgamiento a la mejor faena deberá considerar la lidia en los tres tercios, tanto en su aspecto técnico como artístico, rematada con una estocada sobresaliente, en su ejecución así como en su colocación.
e) El mejor toro de la feria, para ser considerado como tal, deberá tener un trapío mínimo, digno de la categoría de la Plaza de Acho. Dicho trapío deberá tomar en cuenta su edad y la res deberá, además, aparentarla; asimismo, su cornamenta y el remate de su anatomía deberán estar acordes con dicho trapío mínimo. En conclusión, su aspecto deberá ser el de un animal con cuajo y que imponga respeto.
f) Solo podrá concederse el premio para el mejor toro a un animal de comportamiento sobresaliente en el caballo, recargando y empleándose, metiendo la cara, sin rehuir la pelea, sin repuchar, ni hacer sonar el estribo. Su juego en los otros dos tercios deberá ser notable, acometiendo, no rehuyendo seguir embistiendo, ni refugiándose en tablas.
g) El jurado para la concesión de los escapularios estará conformado por tres abonados de los tendidos de Sombra y Sol y Sombra y tres abonados de los tendidos de Sol; por dos ganaderos de toros de lidia con ganaderías debidamente registradas como tales en la Municipalidad del Rímac; por dos miembros de las peñas taurinas inscritas como tales en los Registros Públicos y en la Municipalidad del Rímac; la Municipalidad del Rímac abrirá un registro de peñas taurinas y sus miembros con ese fin. El jurado se completará con cinco aficionados de reconocido prestigio elegidos por los miembros sorteados (abonados, ganaderos y miembros de las peñas), de acuerdo a lo indicado en el inciso “i”.
h) Los abonados serán elegidos por sorteo, en acto público, con presencia de un notario público, al menos quince días antes del inicio de la feria entre aquellos que al cancelar el costo de su abono, al ser consultados, manifiesten su interés en ser parte del jurado de los escapularios; la empresa proporcionará oportunamente a la Municipalidad del Rímac el listado con los datos de dichos abonados con interés en participar, para poder elegir por sorteo a los seis que participarán en el jurado. Los dos ganaderos serán elegidos, en el mismo acto público, también por sorteo, entre aquellos registrados en la Municipalidad del Rímac, que no lidien en la feria. Los dos miembros de las peñas taurinas inscritas también se elegirán por sorteo en el mismo acto.
i) Los cinco aficionados titulares y tres suplentes que completarán el jurado serán elegidos por los seis abonados, los dos ganaderos y los dos miembros de las peñas en la primera sesión que tengan los miembros sorteados, la que deberá realizarse, a más tardar, diez días antes del inicio de la feria. No podrán ser miembros del jurado los periodistas taurinos, por adelantar opinión, públicamente, cada semana. Se invitará a los cinco aficionados elegidos, informándoles cuáles son las normas que regulan la concesión de los escapularios y solicitando confirmen su participación en un lapso de 48 horas. Si algún aficionado no pudiera participar o declinara la invitación se procederá a convocar a los suplentes en forma sucesiva. Una vez obtenidas las cinco confirmaciones necesarias, se notificará a los miembros del jurado la conformación final del mismo mediante correo electrónico.
j) El jurado completo, con sus quince miembros (seis abonados, dos ganaderos, dos miembros de las peñas y los cinco aficionados reconocidos), deberá reunirse, al menos, cinco días antes del comienzo de la feria. En esa sesión el jurado elegirá a su presidente y secretario. En esa primera sesión del jurado completo (quince miembros), se fijarán las fechas y el lugar de las reuniones semanales a las que se refiere el inciso “l”.
k) El presidente del jurado dirigirá los debates y convocará por correo electrónico a las sesiones del jurado. El secretario levantará las actas de las sesiones, recabará las firmas de los miembros en dichas actas y llevará el registro de asistencia. Si algún miembro superara el 20% de insistencias a las sesiones posteriores a cada corrida, especificadas en el inciso “l”, notificará a ese miembro que no podrá participar en la votación final y se lo comunicará al resto de integrantes del jurado.
l) El jurado deberá reunirse una vez por semana, en estricto privado, a lo largo de la feria, tras cada corrida, para discutir lo sucedido en cada festejo, ver los vídeos del mismo y tomar notas, lo que ayudará a los miembros del jurado a ir formándose una opinión, cuyo registro y memoria, les servirá para su veredicto final. Solo podrán votar en la sesión final, que especifica el inciso “m”, aquellos miembros que hayan participado en, por lo menos, el 80% de dichas sesiones semanales tras cada corrida. De ser necesario, la empresa facilitará un local que no sea sus oficinas para las sesiones, proporcionará los vídeos de las corridas y los equipos necesarios para su exhibición.
m) El día de la última corrida de feria, al terminar la misma, el jurado se reunirá, en estricto privado, en el museo de la Plaza de Acho y tras deliberar, emitirá por votación de sus miembros hábiles (que hayan asistido al menos al 80% de las sesiones a las que se refiere en inciso “l”) su veredicto final para ambos escapularios antes de las 8:00 pm. Dicho veredicto deberá sustentarse y explicarse en un acta final suscrita por los miembros del jurado. De producirse un empate en las votaciones se procederá a votaciones sucesivas. Si el empate se mantuviese, el presidente del jurado podrá emitir un voto dirimente.