Iván Fandiño, otro diestro que ofrenda su vida en el ruedo; QEPD (con videos)
El sábado fue corneado en Francia mientras toreaba de capa.
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
Iván Fandiño ha muerto. Otro espada que ofrenda la vida. El vasco, que tantas veces toreó en Acho, preparaba su viaje al Perú para torear, a fin de mes, en Cutervo. El sábado fue cogido en la plaza francesa de Aire Sur L’Adour haciendo un quite a un toro de Juan del Álamo.
El de Baltasar Ibán lo derribó y corneó en el suelo, por el costado derecho del tórax. Estabilizado en la enfermería, se le trasladó a Mont de Marsan, donde nada se pudo hacer. Yendo, en brazos de los toreros, hacia la enfermería, nadie sospechaba la gravedad del percance; aunque le dijo a Thomas Duffau, el otro alternante, de solo 26 años, que también ha toreado varias veces en el Perú, “De prisa, que me ha partido por dentro”. Tras la corrida, Del Álamo no se explicaba cómo una cornada que no parecía seria había podido tener tal desenlace.
−La ética de la tauromaquia−
En los toros se muere de verdad. No es una ficción. Es algo real, como la vida misma; una lucha por triunfar, armado el frágil hombre solo con una tela, ante una poderosa fiera, indómita e imprevisible. Rito con trágico desenlace; el torero arriesga la vida y muchas veces −como el sábado− la pierde. Esa es, aunque duela comprobarlo, en casos como este, la ética de la tauromaquia; la de una liturgia en la que el oficiante pone su vida en juego.
La cirugía taurina ha progresado enormemente, pero la endeblez del ser humano, ante la fuerza irrefrenable del toro de lidia, hace que cornadas muy graves, como la de Fandiño, resulten mortales.
−Su trayectoria−
Fandiño, 36 años, triunfó en Madrid en 2014, vestido de salmón y oro; los mismos colores que lucía el sábado. Vea, debajo de estas líneas, aquellas faenas.
Escaló, a base de valor –a veces más decidido que estético−, a las cotas más altas, pero había tenido mala suerte las dos últimas temporadas y luchaba por retornar a la primera fila del escalafón.
Al hablar con él se percibía su indesmayable voluntad. Su voz y gestos lo reflejaban. Se enorgullecía de no deberle nada a nadie. Atribuía su éxito a su valor y decía lo que le parecía, sin noción alguna de diplomacia. A pesar de ello, o quizá por ello, sus compañeros lo respetaban. Descanse en paz, torero.
VIDEOS
PUERTA GRANDE DE IVAN FANDIÑO EN MADRID
FERIA DE SAN ISIDRO, 13 DE MAYO DE 2014
AMBAS FAENAS COMPLETAS
https://youtu.be/FLSSIH3SEho
Video: Taurovideo dos
CORNADA SUFRIDA POR FANDIÑO EN AIRE-SUR-L’ADOUR
TORO ‘PROVECHITO’, DE BALTASAR IBÁN, N° 53, DE OCT DE 2011
https://youtu.be/skLsrHR-Av8
Video: Philippe Gil Mir