Lo que opinan los aficionados: cómo deberían otorgarse los escapularios del Señor de los Milagros
La encuesta reveló qué opinan acerca del jurado los que pagan sus entradas.
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
Actualmente el alcalde del Rímac elige, de forma directa, por sí y ante sí, a 10 de los 17 miembros del jurado, lo que representa el 59% de los votos. Lo hace porque así lo dispone el Reglamento Taurino del Rímac, que él y su concejo modifican y/o aprueban.
−El jurado−
Un abrumador 87% opina que no está de acuerdo con un jurado elegido de esa manera por el alcalde; apenas 13% lo acepta.
Lo menos que debería hacer el alcalde del Rímac es escuchar ese clamor del público que aporta, dentro del precio de sus localidades, un valioso 10% de impuesto para su municipalidad y modificar el reglamento, absteniéndose de influenciar en la concesión de los escapularios. ¿Lo hará?
De lo contrario, las respetables personas que el alcalde elige para el jurado, deberían abstenerse –por decencia− y no convalidar esa impopular y desequilibrante participación edil. En todo caso, los seis abonados y el representante de las peñas taurinas que completan el jurado, no deberían aceptar ser convidados de piedra.
−La elección−
Los escapularios se deciden, atropelladamente, en 45 minutos, al culminar la última corrida de feria, para otorgarlo −al premiado o su representante− esa misma noche. Además, se hace sin un reglamento que se haga público y divulgue las condiciones para concederlo.
Un 79% opina que el jurado debería disponer –al menos− de una semana, reuniéndose y examinando videos de las corridas para poder otorgar de forma razonada y motivada los galardones de la feria.
El sentir de los aficionados y abonados es más que evidente. Se les puede escuchar y atender, eligiendo un jurado enterado e imparcial, publicando su reglamento y dándoles un indispensable período de reflexión u optar por seguir como hasta ahora y continuar desprestigiando los otrora valiosos escapularios del Señor de los Milagros.