The Last Guardian
Tras casi una década en desarrollo, esta semana se lanzó The Last Guardian para el PlayStation 4. ¿Valió la pena la espera?
The Last Guardian ha sido uno de los juegos más esperados de los últimos años. Para entender por qué, debemos revisar los anteriores juegos de su director, Fumito Ueda: Ico y Shadow of the Colossus. Ambos marcaron una gran distancia con los juegos de su generación, que optaban por la acción y la violencia antes que ofrecer momentos de reflexión e introspección. The Last Guardian nació con esa herencia en 2007 y fue pensado inicialmente para el PlayStation 3. Sin embargo, por demoras, problemas técnicos y decisiones internas, el juego fue aplazado y su desarrolló duró casi diez años.
LOS JUEGOS CREAN EMPATÍA
El panorama ha cambiado con respecto a esa época. Hoy hay juegos que no solo buscan entretener sino que conozcamos a sus personajes y que nos hagamos preguntas sobre lo que estamos haciendo. Juegos como Journey, Braid o el reciente Abzu son juegos que en 2007 nadie esperaba que salieran en el mercado de consolas. Hoy no nos parecen tan extraños. En ese contexto se ha lanzado The Last Guardian, y es importante tenerlo en cuenta para entender por qué sus mayores puntos fuertes pierden algo de relevancia. El impacto de The Last Guardian en la forma en que concebimos los juegos es mucho menor hoy al que pudo haber tenido en la generación pasada de consolas porque la empatía que genera no resulta tan novedosa.
Eso no quita que The Last Guardian sea un juego importante. Es un título indispensable para los que están interesados en las nuevas experiencias que los juegos pueden ofrecer. Es una compra obligada para los fanáticos de los juegos de puzzles y aventuras. En el juego tomamos el rol de un niño que despierta al lado de un hipogrifo al que le pone de nombre Trico, y a través de la aventura y del contacto con el animal, nos ganaremos su confianza y la relación entre ambos se hará más fuerte. La amistad que se genera entre los personajes ha sido pocas veces retratada tan bien en un videojuego.
UNA AVENTURA IMPRESCINDIBLE, PERO CON ALGUNOS FALLOS
Los puntos débiles de The Last Guardian se encuentran en el gameplay. Los acertijos son monótonos y repetitivos, y muchas veces sufren por problemas en la inteligencia artificial del juego, cuando Trico no responde correctamente a los pedidos que le hacemos. Otro elemento que distrae la atención de la historia entre el niño y el animal es la cámara. Al estar constantemente en busca de ciertos elementos específicos para seguir avanzando, la cámara es un elemento central del juego y su utilización es confusa, incluso produciendo mareos en ciertas personas. Sobretodo, en los momentos en que las acciones se desarrollan en un espacio cerrado, donde la vista es interrumpida por paredes y columnas constantemente.
Gráficamente, el juego es impecable. La dirección artística es excelente y sentimos que estamos en un mundo donde cada pieza calza a la perfección. Es cierto que por momentos la potencia del PS4 parece no ser suficiente, y que el PS4 Pro es la plataforma ideal para este título, pero en general no se sienten problemas mayores de rendimiento.
CONCLUSIÓN
The Last Guardian es un juego que todos deberían probar y una muestra de la empatía que un juego puede generar. Si bien es una pena que el juego no haya salido cinco años antes y tuviera un mayor impacto en la comunidad de desarrolladores y en los jugadores, el esfuerzo por cuidar los detalles y el resultado final hacen que la espera haya valido la pena.