Nigthmare - The Burden of God - AFM - 2012
Octavo larga duración de esta tradicional banda francesa que comenzara su carrera allá por los 80 al lado de otros grandes, como Sortilege.
Casi nuca he escuchado a gente de nuestro medio hablar de grupos franceses de los 80 y de hecho nada de Nightmare, sin embargo desde que escuchara el Cosmovision por el 2001 me llamó la atención y comencé a rastrear su pasado.
Comenzaron en 1979 (y eso es bien temprano para una banda que no sea de Inglaterra, Estados Unidos o Alemania). En los 80 lanzaron dos discos de primer nivel de clásico e inconfundible heavy metal a la Judas Priest Waiting for the Twilight (1984) y Power of the Universe (1985) que creo deben estar entre lo más graneado del metal galo. Luego, con el declive comercial del heavy metal y la popularidad de otros géneros más extremos el grupo ingresó al silencio hasta hasta que a fines de los 90, con cambio de alineación y un poco de giro musical, se subieron al carro del power europeo que encabezaban las bandas alemanas y facturaron el ya mencionado Cosmovision (2001), Silent Room (2003), The Dominion Gate (2005) Genetic Disorder (2007) e Insurrection (2009) todos haciendo gala de una ejecución y energía impecables en el género.
Ahora nos vuelven a atacar con un nuevo trabajo que vuelve a pasar por las líneas ya trabajadas antes por el grupo. Si sabes que te gusta el power de alta calidad y solo manyas a las bandas alemanas y una que otra más, acá hay otro insumo para tu apetito. No hay nada nuevo que buscar ni te lo van a dar, son de esas bandas obreras que hacen bien su chamba y te dejan temas con los que te engancharás, aunque nunca esté demás pues todos tenemos clásicos menores que son nuestras pequeñas bandas de culto personal que no podemos dejar (a mí me pasa con Winters Bane).
De este disco, como algo especial, destaca el sonido un poco más acerado y fuerte que algunas producciones previas del grupo, un poco más suaves. La voz es bastante promedio, pero destaca por su capacidad por maniobrar en las melodías que abundan y matizan los temas y en algunos agudos bien rasposos que le sientan muy bien al disco en general. Las guitarras cumplen un buen rol soltando cumplidos solos y algún que otro riff inteligente. Los teclados que ocasionalmente asaltan en los temas juegan un interesante papel de contrapunto.
Lo mejor de la banda se expresa cuando se ponen un poco más speedicos y les salen las viejas influencias priestianas, por ejemplo en el tema título y en The Preacher. Tambien se siente la onda del primer Savatage esto en temas como Crimson Empire (para mí el mejor del disco).
Quizás lo que no ha terminado de cuajar son algunos sonidos electrónicos que quieren darle una patina de modernidad a un trabajo que no tiene por qué aspirar a ello pues se enraíza en la tradición por completo. No empañan tanto pero sería preferible que no estuvieran.
Si lo tuyo es la línea Judas Priest – Helloween – Scanner – Iron Savior, acá hay algo que te puede gustar, si lo tuyo es lo extremo, de todas maneras óyelos, a veces cuando uno anda metido en una onda, le gustan los ejemplos menos conocidos de otras. Si quieren conocer más de la banda oigan los trabajos antiguos y se encontrarán con algo quizás más interesante.
La banda se compone en la actualidad de Jo Amore (Vocalista) e Ives Campion (bajo) (integrantes originales), David Amore (batería), Franck Milleliri (guitarra) y Matt Asselberghs (guitarra) (este es el más nuevo).
Han editado un video promocional para este disco