Testament atacó Lima y la hizo despertar de su endémico estado letárgico
Testamente golpeó con fuerza asesina la aplatanada noche limeña con verdadero thrash de la vieja escuela en perfecto estado y calidad.
Testament es un grupo para metaleros. Su público se ha mantenido dentro de los márgenes de la comunidad headbanger sin alcanzar la exposición de, por ejemplo digamos, Megadeth o Anthrax. Esa es la razón creo que explica que no integren el famoso Big 4 (como tampoco lo integrarían Overkill o Exodus). Mejor para nosotros, de esa forma Testament se ha visto menos contaminado por las presiones del gran público y la expectativa de mantener altos estándares de viabilidad comercial, algo que el metal por lo general no alcanza (salvo las excepciones de ley, que no llegan ni a la decena de bandas, las superbandas en términos de convocatoria)
Así que la noche del miércoles pasado nos vimos en medio de una verdadera reunión familiar sin intrusos. La pequeña escena thrashera local, algo de 800 personas, se encontraron en el Scencia de la Molina para presenciar un largamente esperado show. La expectativa era enorme, pues son famosas las presentaciones de Testament por su intensidad y energía (para muestra chequen el Live in London del 2005). Y eso nos lo brindaron con creces.
Se trató de un show claramente de promoción de su última producción, el unánimemente ovacionado Dark Roots of The Earth, del cual presentaron 4 temas. El inicio fue justamente con Rise Up que comienza la última placa de la banda. La gente respondió bien a este tema, lo que quiere decir que el disco ha andado sonando entre los veteranos. Para continuar con More than Meets the Eye, del anterior The Formation of Damnation. Así, sin complejos, Testament comenzaba su show acometiendo con temas recientes.
Desde el principio quedó establecido el gran dominio de escena de los músicos, en los que cada uno adoptaba una actitud de abierto disfrute del show. Peterson hacía maromas y poses de rock star con la guitarra muy divertidas. Skolnick desde el otro lado transmitía con su headbanging la emoción que le inspiraba ejecutar su instrumento. Gregg Christian era el que adoptaba la actitud desafiante hacia el público abriendo los brazos y soltado su instrumento a cada momento como pidiendo una respuesta. Pero el que se llevaba la palma del dominio era Chuck “Chief” Billy quien demostró ser el más grande airguitarrist del mundo. Qué tales solos imaginarios que se mandó. De verdad, no es broma. Con el mástil de su micrófono simulaba estar tocando la guitarra y hacía movimientos que parecían ser los de un instrumentista, con gran precisión. Algunos vieron más sus solos que los de Peterson o Skolnick.
Tras la batería estaba el gigante de Dark Angel, el oso de las baquetas, Gene Hoglan. Con una precisión en el golpe que mantenía toda la música cohesionada y al auditorio en permanente éxtasis metálico.
Decíamos que le dieron mucho peso a su último disco, del que también tocaron Native Blood, alusivo a la identidad nativo americana que el mismo Chuck ostenta, True American hate, que fue el primer single que promocionaron del disco antes de su salida y que estuvo genial como aperitivo, y, claro, Dark Roots of the Earth.
El otro disco ejecutado en cantidad apreciable fue su debut del 86 The Legacy, con Burnt Offerings, The Haunted y Over the Wall, temas que fueron recibidos con mucha rabia por parte del respetable y que obviamente están entre los más conocidos. Y es que el debut de Testamente allá por el 86 fue uno de los mejores de edad clásica del thrash metal. Del New Order interpretaron Into the Pit, en el que Chuck pidió crear un gran moshpit y fue ampliamente obedecido. Es verdad, el slaming no paró en toda la noche, aunque con algunos temas nuevos disminuyó en intensidad. Otro tema de aquel disco fue la clásica homónima que llegó a uno de los ápices del concierto.
El The Gathering estuvo representado por dos temas: 3 days in Darkness que la verdad apenas noté, y DNR uno de los mejores temas de la noche pero que no tuvo la reacción debida, creo que muchos no han oído ese disco por acá. El Practice Waht You Preach se hizo presente solo con dicho tema, que está entre los más celebrados de la banda. La gente estalló con locura violenta al reconocerlo. La noche oficialmente cerró con The Formation of Damnation. Sin embargo y supongo que por ser la primera vez en nuestro país, Testament tocó dos temas más. Las geniales Alone in the Dark y Disciples of the Watch. De verdad fue inesperado ya que el show en Costa Rica terminaba solo con el citado Formation of Damanation y ahora hay una tendencia a tocar más o menos lo mismo en cada show de las giras. El público agradeció esta muestra de reconocimiento de la banda al público local.
Durante la presentación se notó mucha emoción de parte de la banda. Chuck se dirigió en varias ocasiones al público incluso llamando “Testamento” al grupo. Le satisfizo que el público reaccionase con tanto fervor metálico. Elogió mucho al público peruano e incluso posaron con una bandera nacional. Además señaló que no iban a pasar 26 años para que volviesen. Aunque eso depende no de ellos sino de los productores locales.
Aunque el show lo disfrutamos mucho, yo al menos extrañé varios temas como Hail Mary, Souls of Black y sobre todo The Preacher (supongo que deben estar un poco hartos de tocarlas). Me hubiera gustado escuchar una vez Return to Serenity o por qué no The Legacy, el tema. Me pareció mal que no tocasen aquel Souls of Black para nada. Parece que no le tienen mucho cariño. Tampoco del Low apareció ni un tema y eso que tuvieron un video de amplia rotación allá por los primeros 90. Bueno, no se puede tener todo.
Un aspecto que sí creo que fue en contra del show fue la pésima calidad del sonido. Al parecer ese local, el Scencia, tiene una acústica deplorable (techo alto, para colmo dividido en cuadrículas) que entorpece la definición del sonido. Pero creo que el problema era también la pobre calidad del equipo de salida. El sonido saturaba horrible y cada minuto lo hacía más. Hacia el final de la noche apenas se distinguía la voz de Chuck y ya no se discernían las guitarras una de otra. Grave falta para el show de una gran banda. Así que desde acá invoco para que haya más cuidado en la elección del equipo de sonido apropiado y creo que ese local ya no debe ser considerado para shows, no tiene la sonoridad debida. Por supuesto, igual es absolutamente meritorio el enorme esfuerzo y riesgo que debe haber representado para los organizadores realizar este show.