Pentagram Chile - The Malefice - Cyclone Empire - 2013
El disco más esperado del under sudamericano de este año ya salió. Pentagram Chile, una verdadera banda de culto, debuta en LP luego de más de dos décadas de haber impactado en la escena metal subterránea internacional.
Excelente portada de Santiago Caruso, su temática me recuerda a Aquelarre de Goya que sirvió de primera portada al debut de Mortem, Demon Tales.De entre las bandas extremas de metal de Sudamérica no se puede negar que Pentagram (ahora Pentagram Chile) tiene un lugar impostergable. Si bien es cierto que en su primer momento solo estuvieron en actividad tres años (1986 -1988), consiguieron que sus pocos temas registrados en cinta cruzaran el que parecía entonces un infranqueable charco atlántico y que alcanzasen a influir en la corriente principal del thrash/death metal subterráneo de entonces. No hay casi crónica que se escriba acerca del metal extremo original que no los incluya y es por tanto un caso muy insular en el metal de estas tierras. Solo las bandas brasileñas (y unas pocas de ellas, básicamente Sepultura, Sarcofago, Dorsal Atlántica y Chakal) habían influido en un dominio en el que sobre todo reinaban las bandas de Estados Unidos y Suecia con otros pequeños aportes de Europa del este, Inglaterra y Japón (Noruega en los 80 no existía en el mapa metálico salvo por Mayhem, lo demás era demasiado subte).
Sin embargo no se trata de reducir a Pentagram a una anécdota simpática; existieron montones de bandas sudamericanas lanzando demos en los 80 y estos circularon mucho en el circuito del tape trading de entonces, pero, he aquí el quid, no influyeron así, estaban influidas y algunas eran bastante originales. Pero Pentagram rebasó el nivel de la rareza para el tape trader enciclopédico un tanto iluso y vacío que abunda en el medio para convertirse en una banda memorable. Esto lo consiguió merced a la creación de un sonido auténtico, crudo y sin concesiones que se supo poner y adelantar en la corriente principal del metal extremo.
El mayor logro en los 80 de Pentagram fue conseguir editar un EP oficial mediante el sello suizo Chainsaw Murder con dos temas que junto a sus demos se convirtieron muy tempranamente en referentes para grupos como Sepultura, Tiamat (en su época como Treblinka), Nihilist (pre Entombed y Unleashed) Atrocity y muchos otros más. Su sonido a medio camino entre el thrash metal sucio y agresivo y el naciente death metal les permitió actuar de bisagra en el momento en el que el metal en su camino hacia lo extremo transitaba de uno a otro género a enorme velocidad.
La marca de la casa era la velocidad guitarrera de Juan Pablo Uribe (entonces Azazel), la contundencia de Eduardo Topelberg (Eurynomos) con las baquetas en un estilo muy thráshico que jamás abandonó y claro la desfalleciente voz obsesa de Anton Reisenegger (demominado Behemoth entonces). En su estilo, no tanto en su timbre, yace gran parte del espíritu que acompaño vocalmente el origen del death metal. Diría que antes de él era muy común que la voz gore fuese demasiado maquinal, luego todos comenzaron a tener un tono más desesperado. En realidad esto corrió como un reguero entre los demos de esa época y él contribuyó a impulsarlo. Lamentablmente para 1988, la banda se disolvió aunque Reisenegger continuó en la música (es uno de los fundadores de Criminal, que acá en los 90 toda la escena escuchaba). Una aislada reagrupación permitió un disco en vivo en el 2001, muy popular también. La banda no siguió, a pesar de eso.
Luego de una interrupta historia, curiosamente, recién se edita su primer álbum oficial. Debe ser el disco más esperado del under sudamericano de este año y de hecho con algo de temor por algunos por el riesgo de “manchar” el legado de la banda pues se trata de un disco con temas nuevos, compuestos y grabados recientemente. La idea que Reisenegger se había impuesto era como hubiera sido un disco de Pentagram si hubiesen tenido la oportunidad de hacerlo en 1988 en un estudio profesional, de allí que se han utilizado las técnicas y afinaciones que usaban entonces.
Luego de haber escuchado el disco debo decir que el resultado es a nivel musical de gran calidad, lleno de violencia y furia, sin embargo se nota que hay ciertos cambios, que tampoco es raro, hay que tener en cuenta que el tiempo no pasa en vano y que la experiencia se va sedimentando en nuestras personalidades dándonos necesariamente otra profundidad. Para empezar el disco está claramente más orientado al death metal que su trabajo original, más thrasher en general, supongo que en esto ha gravitado el que Topelberg no esté más en la batería y que haya sido reemplazado por Juan Pablo Donoso.
Otro apartado que muestra notable evolución es la guitarra, Pentagram nunca fue muy melódico, aunque sabían no saturar, pero en esta ocasión se percibe una notable mejora técnica. Acordes precisos y una más clara ambición en la ejecución, además de notarse también un poco más de death metal en la mezcla final. La estructura de los temas también acusa ese cambio, sobre todo en las marchas rítmicas que abren los temas. La voz de Reisenegger es lo que más se ha conservado en el trabajo actual con respecto del pasado.
El sonido general, al margen de la extraordinaria calidad técnica alcanzada, es bastante seco, hay poco eco y cada nota y acorde no tiene mayor reverberación, se queda en su instante sin ir más allá, lo que le otorga al disco una atmósfera propia que le distingue del pasado.
La temática del disco gira mucho en torno al horror sobrenatural inspirado en leyendas populares y en las cintas de terror de entonces, muy común a las bandas de aquella época (Mortem, Reencarnación, etc) y en consonancia con ello han procurado darle cierta atmósfera ominosa a algunos temas, como en The Apparition, que es además uno de los cortes más ambiciosos del disco, sobre todo desde la segunda mitad, en el que todos se pulen creando sonidos interesantes per se, algo cada vez más perdido en el metal actual. No falta el tributo explícito a uno de los iconos de la banda, en este caso al Angel of Death de Slayer en el inicio de Spontaneous Combustion tema en el que cuentan con el lujo total del apoyo de Schmeir de Destruction cantando en un estilo muy agudo como en sus primeros trabajos.
Y yendo de lleno al apartado de colaboraciones, el disco cuenta no solo con el vocalista de Destruction, sino también con el de Mark Grewe, de Morgoth, en la Fiura, en el que se manda con un grito sobrenatural que expresa la idea de la clase de ser al que está dedicado; de Tomas Lindberg, de At the Gates, en Sacrophobia (otro tema muy slayeriano) y de Rodrigo Cuadra, de Dorso, en The Malefice. En las guitarras tenemos un solo de Álvaro Soms en King Pest, tema que solo sale en el CD.
En la edición de digipack doble, en el segundo disco se nos ofrecen regrabaciones actuales de los antiguos temas de los demos. En este caso, tal procedimiento está plenamente justificado pues estos no tuvieron la oportunidad de gozar de un sonido profesional en los 80 y la verdad han quedado bastante bien.
En balance se trata de un disco musicalmente rico que no ha sacrificado la técnica ni la ambición estética a la violencia pura y dura y que no ha caído tampoco en el facilismo de lanzar temas que sean calcos de sus viejos logros sino que ha sabido avanzar sin ceder. Me parece que incluso un headbanger que nunca hubiese oído a la banda y comenzase por este trabajo, quedaría favorablemente impresionado. Es en definitiva un trabajo para explorar y escuchar bastante, no hay riesgo de pérdida.
Acá está el disco entero.