Malevolent Creation: los diez mandamientos de la muerte, nueva presentación en Lima
Los conciertos se siguen sucediendo en Lima y lo que en los inicios de la escena era solo una quimera se ha convertido en realidad cotidiana. Tenemos para todos los gustos del metal. Hace unos días estuvieron Archgoat, después Artillery y luego Yngwie Malmsteen, todos en menos de 15 días, tres sonidos, tres formas de entender el metal. Se viene en pocos días el Metal Fest con toda una amplia paleta de más formas de abordar el género y luego más shows. Una de las presentaciones más importantes que se avecinan es la de Malevolent Creation, el miércoles 21 de septiembre, quienes tocarán en Lima por segunda vez como parte de la gira de su más reciente trabajo, Dead Man’s Path editado el año pasado.
Malevolent Creation forma parte de la primera generación de bandas estadounidenses de death metal y practica, por ende, un sonido muy tradicional. Formados por Bret Hoffmann a las voces, Phil Fasciana a la guitarra, Jason Blachowicz al bajo y secundados por Jeff Juszkiewicz en la otra guitarra y Mark Simpson a la batería; su centro de irradiación fue Fort Lauderdale en Florida. Como sabemos, su debut en largas duraciones fue en 1991 con el hoy considerado clásico The Ten Commandments, álbum con el que engrosó la división del nuevo metal extremo capitaneada por Death, Morbid Angel y Obituary que, parecía entonces, sucedería al thrash metal. Tenía todo para inscribirse en la línea dominante del sonido radical, voces guturales, guitarras enloquecidas, solos disonantes, baterías a la velocidad de una ráfaga de ametralladora, letras oscuras, producción de Scott Burns y una gran portada de Dan Seagrave (uno de sus mejores trabajos); pese a ello el disco recibió críticas mixtas: en los principales medios, como RIP, se le achacó el sonar muy parecido a otros trabajos del momento y que era difícil diferenciar a la banda de otras de su generación. Malevolent Creation era un buen grupo, en medio de otros buenos grupos que, por puesta de mano (menos de un año antes incluso), habían sido conocidos antes que ellos al haber publicado sus discos primero y, por ello, parecía no encontrar el espacio para su propio sonido en medio de la creciente audiencia death metal.
En 1992, aprovechando el hambre de death metal que las nuevas hordas extremas exigían, lanzaron el Retribution, disco que les dio un mayor prestigio merced a una producción más sólida y a temas interpretados de manera más salvaje. Es posible que esto haya tenido que ver con acertados cambios en la alineación ya que a la guitarra entró Rob Barret en lugar de Juszkiewicz, y en la batería Alex Márquez por Simpson. Se trata de un disco capital del death metal, al punto que si hay algún trabajo que se acerque la idea platónica de este estilo, es Retribution. Eve of Apocalypse, Systematic Execution y Coronation of Our Domain son temas que están entre lo más logrado que haya dado alguna banda de ese género en toda su historia. Las críticas son mucho mejores, y las giras igual. El nombre de Malevolent Creation crece, y el death metal se consolida rápidamente aunque también se inicia su veloz proceso de descomposición.
Para 1993, todo el metal enfrenta una crisis; el glam, que fue la cara comercial del género, está en sus estertores y con eso todo parece ir para peor; el thrash está muerto; el death, pese a un interés inicial por parte de los medios, pronto muestra su bajo techo comercial (ahuyenta al mercado femenino, no es bailable, etc.) y el arribo de sonidos nuevos más digeribles, sobre todo Nirvana y el grunge, orilla a ir por una cuerda floja a todos los grupos.
Lamentablemente Stillborn, el tercer trabajo de la banda, parece un paso en falso. La crítica es adversa y justo en ese momento todo el género se sumerge de nuevo en el underground, en el que es incluso opacado por la nueva ola de black metal de inspiración nórdica y sus actos “militantes” que les granjean fama y escándalo. Se siguen años de trabajos de buena calidad aunque de escaso impacto mediático, incluso en el mismo ambiente death metal. Hoffmann se retira (luego regresa y se vuelve a ir) y las voces las asume Blachowicz; Fasciana es el motor de la banda que, con constantes cambios de alineación, nos dan discos como Eternal e In Cold Blood (quizás el mejor disco de ese periodo). Poco a poco, luego de que la ola black remitiese, el death metal se vuelve a consolidar.
Ya en el siglo XXI, la banda retorna con dos excelentes discos, Envenomed (2000) y The Will To Kill (2002)en los que asumen un estilo más extremo y brutal y una forma de cantar más descarnada (en el primero canta Hoffmann de nuevo, pero en el segundo lo hace Kyle Symons). El asunto es que por fin parece que Malevolent Creation comienza a alcanzar el estatus y el respeto que siempre merecieron. Sus viejos trabajos son vueltos a escuchar y valorar. Warkult (2004) es un trabajo de (re)consolidación y el Doomsday X (2007) es recibido como la obra de unos maestros consagrados. Se trata de un disco redondo en todo sentido, como su viejo disco Retribution, con Hoffmann a las voces de nuevo. Pasan unos tres años hasta el Invidious Dominion, un trabajo que si bien no presenta novedades, es del todo original, por su fidelidad al estilo.
Luego dejaron pasar todo un lustro y en el 2015 editaron Dead Man’s Path, su duodécimo disco y otro de los hitos mayores y que llega a ser así una obra maestra de la madurez de estos artistas. Se trata de un álbum extremo en todo sentido, no solo por la obvia brutalidad del género sino por la concepción misma del disco, llena de un espíritu aberrante y visceral, casi viscoso. No tiene ni un tema de más. Es como una antología de Machen o Lovecraft hecha música metal; acompañado, además, de una colosal producción sonora y una portada extraordinaria, una vez más. No exageramos por acá si decimos que se podría hacer un concierto solo interpretando este disco, pero eso no es lo usual.
Con lo antes dicho, queda demostrado que la presentación de Malevolent Creation es una de las principales en esta segunda mitad del 2016, y para quienes no vieron a la banda hace años, esta es la oportunidad de desquitarse. El concierto será el miércoles 21 de septiembre en MKvip Av. Arenales 1746 Lince desde las 9:00, gracias a Xaria music.
Además, se presentarán los chilenos Dark God, veterana banda de inicios de los 90, y los peruanos Sexorcism.
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