Perú brilló en el mundial México ’70
Apenas empezábamos a recuperarnos de uno de los peores terremotos de nuestra historia -el 31 de mayo de 1970-, cuando nuestros seleccionados, clasificados al mundial México ‘70, se encontraban en Guanajuato, listos para practicar en la cancha donde debutarían con Bulgaria, el 2 de junio. Fuimos con perfil bajo a tierras aztecas, es cierto, pero terminamos dando cátedra de buen fútbol.
El toque corto, la jugada rápida, la pared ágil eran parte del juego endiablado que los pupilos de Waldir Pereira “Didí” empezaron a demostrar ese martes soleado del 2 de junio. La duda para el partido con Bulgaria era “Perico” León, quien tenía problemas de sobrepeso. El buen diente del popular jugador le pasaba la factura, pero un mundial sin él era impensable.
Lucho Garro y Koko Cárdenas, junto con el reportero gráfico José “Conejo” Martínez, eran los enviados especiales de El Comercio. El télex era su mejor aliado. Los previos del partido estaban marcados por la reserva con que “Didí” defendía la tranquilidad de sus jugadores.
Dos años le bastaron al brasileño para marcar la diferencia. Su equipo tenía fuerza física, así como destreza con el balón. Los críticos que habían viajado al mundial mexicano observaron en el seleccionado nacional una escuadra sólida, con las habilidades del juego sudamericano y la disciplina táctica del sistema europeo.
Los “balcánicos” temblaron
Las páginas del diario decano tras el partido daban cuenta de una jornada épica (03 06 1970 I.pdf). “El ballet peruano”, rezaba un titular. Ese martes en el estadio de Guanajuato, Perú volteó el partido que venían perdiendo 2 a 0. Alberto Gallardo a los 6’ minutos, el “Gran Capitán” Héctor Chumpitaz a los 11’ y el “Nene” Teófilo Cubillas a los 28’del segundo tiempo, superaron la férrea marca búlgara.
La anécdota de ese día fue que al volver al hotel, después del triunfo, se dieron cuenta de que les habían robado aparatos eléctricos y dinero. Pero nadie les quitaba lo bailado:“Triunfo peruano levantó la moral en toda Lima”. Y la serie de fotos de la “hazaña”, la mayoría del “Conejo” Martínez, inundaba las páginas deportivas (04 06 1970 pag 32.pdf).
Jugaron: Rubiños (arco), Campos (Gonzalez), De la Torre, Chumpitaz, Fuentes; Challe, Mifflin; Baylón (Sotil), León, Cubillas y Gallardo. El camino recién empezaba. Faltaban Marruecos, Alemania y Brasil.
A la conquista de África
El equipo volvió a concentrarse para el partido con Marruecos. Los africanos habían caído con Alemania 2 a 1. Pero la duda saltaba a la vista: el equipo teutón no había jugado al 100 por ciento en León.
Tras una jornada de descanso, y sin perder la concentración y el estado físico -a manos del profesor Heredia-, Perú estaba listo para su segundo partido en la misma cancha. Challe y Gallardo se recuperaron de sus dolencias. Solo Eloy Campos era duda.
Eran las cinco de la tarde del sábado 6 de junio, un día especialmente agitado en Lima. La gente almorzó con una cuota de ansiedad, a la espera de que llegara la hora del match, y los televisores se encendieran para ver a los blanquirrojos luchar por su pase a cuartos de final.
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El rostro adusto del réferi soviético Tofik Bachramov no amilanó al equipo incaico. Jugaron los mismos que con Bulgaria, menos Campos. El resultado fue 3 a 0, a nuestro favor (12 06 1970. portada El Dominical.pdf).
Con Alemania, ya clasificados
La gente celebró la clasificación a cuartos de final. Estábamos entre los ocho mejores del mundo. Pero lo que vendría sería de otro nivel. El Comercio del domingo 7 de junio informaba de la victoria ante el equipo marroquí, mientras los complicados alemanes venían de un triunfo contundente a Bulgaria por 5 a 2. Lucho Garro enviaba sus breves textos que contaban la rutina peruana. Tranquilos por el triunfo, los nacionales fueron a misa, desayunaron y se ejercitaron a las órdenes del profesor Heredia.
Los alemanes fueron estudiados por la dirección técnica. Como siempre, los adivinos saltaban a la palestra, y en el mismo México surgió un astrólogo, el llamado “profesor Guimo”, quien vaticinó, impávido, que el “Perú se clasificará para las finales de la Copa del Mundo”. Ni más ni menos.
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Los dos equipos invictos del grupo D chocaron en Guadalajara el miércoles 10 de junio. En Alemania destacaron Vogts, Beckenbauer, Libuda, pero especialmente Müller, el goleador. En el Perú, jugaron los mismos del partido anterior. En momentos clave ingresaron en Perú, Cruzado por Challe y “Cachito” Ramírez por “Perico” León.
El primer tiempo definió el partido. Müller a los 20’, 26’ y 38’ minutos, y Cubillas a los 43’ minutos gritaron sus goles con distinto sabor. Los alemanes con aires de líderes del grupo, los peruanos con resignación de escoltas.
Antesala del Perú-Brasil
La idea era olvidar el traspié con Alemania, y pensar en el entonces bicampeón brasileño. Un equipo distinto, con todos sus partidos ganados.
El choque en Guadalajara estaba previsto para el domingo 14 de junio. Era una nueva etapa y los peruanos se enfrentaban a un viejo conocido de las competencias sudamericanas. Hasta ese momento ambos combinados eran los dos más efectivos en goles anotados. Brasil con 8 goles y Perú con 7.
Más que la magia de Pelé había que temer la contundencia de Jairzinho, quien había colocado en la redes enemigas 4 goles; pero ellos también debían tener cuidado con el “Nene” Cubillas, quien también era autor de 4 goles de gran factura.
En esos días previos todos trataban de ver en el rostro de “Didí” al hombre providencial. En declaraciones a la agencia Reuters, el “profe” refiriéndose a Brasil, dijo: “Podemos derrotarlos, como pueden vencernos ellos a nosotros. Va a ser un partido muy, pero muy difícil, aunque lógicamente también resultará enormemente interesante”.
Los golpeados en Perú eran Challe y Cubillas, pero estarían listo para el partido. El Comercio publicaba muchos cables y además las notas de sus enviados especiales. En una de ellas Garro confirmaba que jugaría el “belicoso Gerson”. Este fue el protagonista de una bronca descomunal en el Maracaná, un año antes, en un partido supuestamente amistoso, en el que lesionó a “Chito” De la Torre. Quizás por ello, para evitar la represalia personal, “Didí” no dejó jugar al defensa peruano, y lo reemplazó por José Fernández. Volvería también Eloy Campos.
Y llegó el domingo esperado. Los peruanos tomaron desayuno temprano, y aguardaron el partido a la una de la tarde (hora de Lima). El otoño en la capital estaba caldeado por los ánimos patrióticos. Había confianza en el equipo nacional.
Enfrentando al carnaval brasileño
El silbato del belga Vital Loraux inició el juego. El primer tiempo fue intenso y receloso, los dos equipos se medían, como dos fieras que buscaban ser letales. Pero Brasil golpeó primero con un soberbio remate de Rivelino a los 11’ minutos. Rubiños, el arquero peruano, no hizo más que arrojarse sin opción al gramado de juego. Era 1 a 0.
Cuatro minutos después, Brasil pareció agigantarse con el juego de sus delanteros, y fue Tostao quien dio el segundo golpe. Iban 2 a 0. La selección deambulaba en el medio campo, y las arremetidas brasileñas con Rivelino y Tostao como los más entusiastas dejaban dudas en la defensa inca.
Pero reaccionaron, y la dupla Cubillas-Challe tomó el mando y por unos minutos pusieron en aprietos a la defensa carioca. Hasta el mismo Pelé tuvo que bajar para marcar. En el instante preciso, surgió la potencia de Gallardo, quien con un tiro potente desde la derecha batió al portero Félix. El choque se ponía 2 a 1.
El segundo tiempo siguió igual. La iniciativa era de los brasileños, y les dio buenos resultados cuando a los 7’ minutos otra vez Tostao anotó en el arco de Rubiños, tras pase de Pelé. Brasil se alejaba 3 a 1. Había que hacer algo más. Entonces “Didí” hizo entrar a Sotil, y a los 11’ minutos funcionó. El toque de barrio apareció y las “paredes” de siempre de Mifflin, Cubillas y el “Cholo” preocuparon a la zaga rival.
Reyes y Sotil avanzaron con pelota dominada, combinando con rapidez, para dejar a Cubillas dar el golpe a los ‘verdeamarelos’. Eran los 24’ minutos, y Perú se acercaba con su segundo gol. Cuando parecía que podíamos ir al empate, los hombres de Zagalo –compañero de “Didí” en los mundiales del ‘58 y ‘62-
reaccionaron y adelantaron sus filas, dominando en el medio campo del Guadalajara.
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Y cuando ese Brasil del ‘70 tomaba la iniciativa, algo tenía que pasar. Vino un nuevo gol de los hombres de la zamba. Jairzihno, el goleador del equipo, cumplió su papel de verdugo. A los 30 minutos sentenció el encuentro.
“Perú perdió frente a Brasil por 4 a 2”, “El equipo mostró que no fue un ‘turista’ y cayó luchando”, “Se perdió ante candidato al título”, “Tranquilidad en camarín peruano”, fueron algunos de los titulares de El Comercio del lunes 15. Y aún el martes 16 el diario decano decía: “Perú mostró que su fútbol tiene un porvenir inmenso”.
Tras un viaje a la Ciudad de México, donde permanecieron unos días, y pasar por Panamá, la selección peruana llegó a Lima el viernes 19 de junio.
Se dijo que ese partido Perú-Brasil fue uno de los mejores del mundial mexicano. A lo mejor sí desde el punto de vista técnico, pero mejores batallas se verían en ese recordado mundial, como el de la semifinal Italia-Alemania, o la propia final Brasil-Italia. Cuestión de opiniones, ¿no es así?
(Carlos Batalla)
(Fotos Archivo Histórico El Comercio)