La muerte de Gandhi: una irónica tragedia
Mohandas Karamchand Gandhi, mejor conocido como Mahatma Gandhi, fue una persona físicamente frágil, pero espiritualmente poderosa. Este 30 de enero se cumplieron 65 años de su muerte, y el mundo sigue esperando que aparezca otra figura de su dimensión humana. Huellas Digitales lo recuerda con verdadera admiración.
Nacido en Porbandar, un 2 de octubre de 1869, será recordado por realizar protestas pacíficas para exigir la independencia de la India. El 30 de enero de 1948 fue asesinado mientras meditaba en un templo de la mansión Birla, lugar donde residía.
Gandhi pasó su infancia junto a sus padres, quienes fueron una pareja de hindús ortodoxos, que hicieron que se casará a la edad de 13 años con Kasturba Makharji, una joven de su misma edad, siguiendo su tradición religiosa. Con ella tuvo 4 hijos.
Mahatma Gandhi fue abogado. Estudió Derecho en Londres y una vez culminados sus estudios regresó a la India. En 1893 viajó a Sudáfrica para combatir la discriminación que sufrían los hindús en ese país. Luego regresaría a su país de origen para luchar por su independencia, pues en ese entonces era una colonia británica.
Años después, en 1947, la India pasaría a ser un país independiente. El territorio que fue antes llamado el Raj Británico se dividió en dos: India y Pakistán. Sin embargo, con el establecimiento de esta separación comenzaron los problemas de índole religioso entre las personas que profesaban la creencia musulmana y la hindú.
El 30 de enero de 1948, cuando Gandhi se encontraba orando en la mansión Birla junto a su nieta, Nathuram Godse se aproximó a él y le disparó tres veces. Uno de los proyectiles impactó en su pecho y los otros dos en su abdomen.
El líder espiritual indio murió casi instantáneamente. Según contaron personas que estuvieron en el lugar de los hechos, Gandhi puso una mano en su mejilla como gesto de perdón hacia su asesino. El criminal fue atrapado horas después de concretar el atentado.
La muerte de Gandhi causó el caos en la India, estalló el desorden en las calles. Hubo enfrentamientos entre hindús y musulmanes, muchos establecimientos comerciales fueron saqueados, además de haber una gran cantidad de heridos y edificios incendiados.
Los adherentes de Gandhi estaban convencidos de que su muerte fue una conjura política de extremistas hindús que se rehusaron a entender la amistad hindú-musulmana de la que Gandhi era simpatizante.
Y la ironía empapó la muerte del pacifista indio, el hombre que abogó contra el empleo de la violencia y la resistencia pasiva en la lucha por la independencia de su país. Gran cantidad de autoridades de todas partes del mundo manifestaron sus condolencias por su muerte. El primer ministro de la India en ese entonces, Pandit Jawaharlal Nehru, dijo sentirse avergonzado por no haber podido evitar la pérdida.
“Tengo un sentimiento de completa vergüenza como individuo y como jefe de Gobierno de que no hayamos sabido proteger al más grande tesoro que poseíamos”, afirmó Nehru.
Luego de su muerte, los restos de Gandhi fueron llevados desde la mansión Birla, lugar donde fue asesinado, hasta el crematorio, ubicado a 8 km. del mencionado lugar. En el trayecto fue acompañado de una gran multitud y un fuerte contingente policial.
Parte de las cenizas de Gandhi fueron esparcidas en los ríos Ganges y Jumna. Un año después del atentado, el 15 de noviembre de 1949, el asesino Nathuram Godse fue sentenciado a muerte por la justicia india.
(José Rojas Gutiérrez)
Fotos: Agencias
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