
El alcalde de Lima se enredó en una pelea de clave alta y golpes bajos con el periodista Nicolás Lúcar. Como si ajustar cuentas con él fuese una misión metropolitana. Lo llamamos justo antes de que empezara esa bronca, para preguntarle cómo se explica a sí mismo su escalada en la encuesta de Datum que publicó El Comercio el domingo pasado, de 33% en diciembre a 46% en febrero ¿Esto abona a su candidatura presidencial por Renovación Popular? “Cada día tiene su afán, no estoy pensando en eso, no he tomado la decisión, ni sé cuándo son las elecciones internas”, responde ‘Porky´. Uso la chapa porque él mismo la marketea. En el chat que precedió a la conversación recibí el GIF de un inocente puerquito guiñándome un ojo.
Le pido su lectura de la encuesta. “No les creo nada”, me dice sobre las encuestadoras. Pero hace un aparte de lo que sí cree: “Lo que rescato es que el sector más vulnerable aprueba las obras de agua potable que estamos haciendo, que haya comida para todas las ollas comunes, que hagamos escaleras ‘solidarias’”. López Aliaga se refiere a que el sector E limeño aprueba su gestión con 65%, 19 puntos por encima del promedio total, que es 46%. A esta cota ha llegado tras un continuo ascenso desde agosto del 2024 cuando tenía 25%, hasta enero pasado, que logró 33% y luego, en pocas semanas, la escalada de 13 puntos hasta el 46% de febrero.
Llamé a Urpi Torrado, CEO de Datum y coincide con su díscolo sondeado: “Uno de los factores que explican los 13 puntos son las obras de agua en sectores que se sienten olvidados”. Urpi me dio otras 3 razones que explicarían la crecida: “Primero, está haciendo cosas que conectan mejor con lo que busca la gente, mano dura para hacer las cosas”. Le pongo como ejemplo la construcción de la ‘Vía Expresa Sur’ peleando con el alcalde de Surco, Carlos Bruce. “Y declarando contra Dina para reclamar ejecución de obras”, añade Urpi.
¿Cuál es la segunda razón? “Es algo más superficial, que es la relación con streamers como Speed”. O sea, sí hubo un efecto Speed, como lo intuimos aquí hace dos semanas. El segmento etáreo que más aprueba a RLA es el de jóvenes entre 18 y 24 años, con 55%, 9 puntos por encima del promedio. “Si en la próxima medición baja la aprobación, sería una confirmación de que hubo ese efecto, porque el impacto de estas cosas no es muy duradero”, advierte Urpi ante un eventual desinfle. ¿Y la tercera razón? “Es un factor más lejano, pero veo el efecto Trump. No solo porque viajó a la asunción de mando, sino porque López Aliaga se acerca al perfil”. Por cierto, hoy una encuesta de Datum en El Comercio muestra a Estados Unidos en el top de países admirados y a Trump en el top de líderes vistos con simpatía.
Cuando le mento a Speed, ‘his friend Porky’ reacciona: “Cayó de casualidad. Mi community manager me dice, ‘tiene 36 millones de seguidores’ y yo digo, ‘hay que aprovechar cualquier publicidad así para Lima’. Lo importante no es Speed sino las redes de la municipalidad, que tienen impacto en ese público. En nuestro Instagram, Tik Tok y Kick, así como patada en inglés [se refiere a la plataforma australiana que permite trasmisiones en vivo y que también es usada por Martín Vizcarra], allí está ese sector, no en los medios mermeleros”. Río. Este cronista no cae en provocaciones, quiero que el alcalde cuente sus planes.
¿Y cuáles son sus obras clave, las que avanzan de tal modo que podrían estar listas en su gestión, vaya o no vaya a la campaña presidencial? Ha prometido y conjugado varias y le pido que mencione tres prioritarias: “La Vía Expresa Sur avanza”. ¿No se paralizó?, interrumpo. “No, esas fueron patrañas. Estamos avanzando a tres turnos. La [Ramiro] Prialé también avanza. Y la Vía Expresa Grau para conectar la Línea 1 con el Metropolitano”. Por supuesto, son varias obras las que están en distintos grados de ejecución; y suelen ser conjugadas de diverso modo y con diverso énfasis en las respuestas del alcalde. Lejos de la inmovilidad, se percibe una planificación caótica en Lima, si tal contrasentido es posible.
“Cada día tiene su afán, no estoy pensando en eso, no he tomado la decisión, ni sé cuándo son las elecciones internas”,
Rafael López Aliaga sobre su eventual candidatura presidencial.
RLA está surfeando todas las olas con viento a favor. Al menos en Lima. La cifra de Datum no se puede extrapolar al Perú. La última medición de intención de voto de Ipsos en enero, le dio un segundo lugar con 4%, detrás de Keiko Fujimori (12%) y empatado con Carlos Álvarez. El gran favorito para el 2026 es, aún, la suma del voto blanco, el viciado y el que no sabe/no opina (44%). Agreguemos que en la encuesta de Ipsos, RLA tiene 9% en Lima y 2% en el resto del país. ‘Porky’ no ha dejado de ser un fenómeno limeño para tomar con pinzas nacionales.
Cambio de guerra
El alcalde había perdido mucho tiempo trompeándose contra el asfalto. La de los peajes es una guerra muy larga. Su antecesor Jorge Muñoz pasó por ella y desaconsejó pelearla hasta que el Poder Judicial no diera una sentencia en el Caso Susana Villarán que fuera leída por los árbitros internacionales como prueba de corrupción de Odebrecht. Ahora bien, López Aliaga no ha abandonado la guerra con Rutas de Lima (la empresa que tomó la posta de Odebrecht), simplemente, ya no se desgasta en ella (su frente legal apunta a los peajes en Lima Este). Digamos que la ha pausado tras su triunfo cuando el TC dio la razón a un amparo constitucional de un vecino de Puente Piedra al que se sumó la MML, y anuló la única caseta que quedaba en la Panamericana Norte citadina.
A RLA Le ha salido, eso sí, una guerra que no buscó con quienes le recuerdan que siendo regidor castañedista opinó en el 2009 a favor de la concesión de Línea Amarilla a un consorcio encabezado por OAS, empresa brasilera con imputaciones similares a Odebrecht. RLA ha admitido lo innegable, pues su opinión a favor está consignada en las actas del consejo metropolitano. Ahora, dice que en aquel entonces no sabía lo que pasaría con OAS y que Villarán distorsionó todo. Varios expertos coinciden en que es un proyecto mal negociado para Lima aunque no tanto como la concesión que se dio a Odebrecht.
Conversando con Urpi, le planteo una cuarta razón de la escalada limeña, con la que ella concuerda a medias: la restauración y apertura del Centro Histórico a los peatones. Esto es relativo porque la Plaza Mayor se cierra en muchas ocasiones por directivas de la seguridad palaciega; pero ha habido aperturas con impacto: los fans de Speed corriendo por la ciudad patrimonio de Unesco y las celebraciones del 490 aniversario con los ritmos de moda. Hasta aquí 4 razones que explican una aprobación que no es alta para estándares ajenos pero sí para los nuestros.
“Veo el efecto Trump. No solo porque viajó a la asunción de mando, sino porque López Aliaga se acerca al perfil”.
Urpi Torrado explicando el ascenso en aprobación de la gestión metropolitana
Es muy temprano para hacer la prospectiva presidenciable/metropolitana de López Aliaga ¿Es Porky sostenible, previsible, digerible por más audiencias que las que ha seducido hasta ahora? El martes pasado cumplió 64 años y los celebró con una serenata en la que participaron delegados regionales del partido. Fue algo así como ‘si Porky no va a regiones, que las regiones vengan a él’. Ha hecho algunos viajes nacionales pero no puede abusar de ellos pues faltaría a sus obligaciones esenciales de alcalde. La incorrección política está de moda, faltar a la chamba no.
¿Cómo se define Renovación respecto de Dina?, le pregunto. “Es un partido de oposición. Y se lo decimos a la presidenta: necesita un plan de seguridad y dejar de meterle plata a Petro Perú. Qué bueno que se fue [José] Arista”. A su reemplazo en el MEF, José Salardi, lo ve con mejores ojos. Ya se ha reunido con él. Cuando le pregunto por la continuidad de Juan José Santiváñez en el Ministerio del Interior, esquiva la pregunta para hablar de inseguridad.
Cuando la triada ‘Lima, partido y campaña nacional’ se enerve más de lo que ya lo está; quizá el alcalde abandone Lima, como mandan las reglas electorales, y algunas de las guerras con sus críticos. A otras las engarzará con su campaña y con sus eventuales aliados. ¿Es posible una alianza con Fuerza Popular? “Es imposible” responde en una. ¿Y Avanza País? “No es un partido, no hay ideología, se ha reunido gente para lucrar con la política”. Pero deja puertas abiertas cuando le menciono a Phillip Butters, su amigo y sobrino, como precandidato de Avanza. “Ya se verá en el camino”, dice, con la ambigüedad que no lo caracteriza.